Ya está en marcha protocolo para la liberación de los dos periodistas holandeses
El Eln confirmó que los comunicadores están en su poder y que con la intermediación de la iglesia católica serán puestos en libertad
Redacción Politíca
Terminó la incertidumbre sobre el paradero de los dos periodistas holandeses Derk Johannes Bolt y Eugenio Ernest Marie Follender, quienes el pasado lunes desaparecieron en área rural de El Tarra (Norte de Santander).
Fuentes del Eln informaron que los comunicadores de 52 y 68 años, respectivamente, se encontraban en poder de sus unidades guerrilleras, quienes los “retuvieron preventivamente” para confirmar sus identidades y la labor que realizaban en esta zona de conflicto.
De igual manera, este grupo insurgente informó que ya están en marcha el protocolo para su liberación, la cual se llevará a cabo en las próximas horas con intermediación de la iglesia católica, la Defensoría del Pueblo y el personero de Tibú, en este mismo departamento.
Precisamente, esta mañana el personero Richard Claro informó que los reporteros realizaban un documental y que tenía información sobre que estaban en manos de la guerrilla y en perfectas condiciones físicas.
Sin embargo, el secuestro de los dos holandeses significó una nueva dificultad en la mesa de negociaciones entre el Gobierno y el Eln que funciona desde Quito. Ya que, según el jefe negociador del Ejecutivo, Juan Camilo Restrepo, calificó el hecho como “además de un crimen, una torpeza” por parte del Eln.
Incluso, el tema del secuestro ha sido uno de los más espinosos que se trabajan en la mesa de negociaciones, ya que el Gobierno ha insistido en la necesidad de que el grupo insurgente proscriba públicamente esta práctica, por considerarse una grave infracción al derecho internacional humanitario.
Tanta ha sido la insistencia del Gobierno en este asunto, que incluso ha considerado que la reiteración del secuestro es “el freno de mano” que impide avanzar en la consecución de un acuerdo de desescalamiento del conflicto armado que permita que se decrete el cese bilateral del fuego y las hostilidades.
Precisamente, sobre la necesidad de que la mesa de Quito avance en esta dirección se pronunció el cardenal primado de Colombia, Rubén Salazar, quien dijo que la visita del Papa Francisco a Colombia, el próximo 6 de septiembre debería servir para “blindar el proceso de paz” y “romper con la polarización que vive la sociedad”.
Y es que de alguna manera, la relación histórica que ha existido entre el Eln y la iglesia católica es un factor que podría darle un importante impulso a la mesa de Quito, hasta el punto que, fuentes cercanas al proceso de paz, le confirmaron a El Espectador que el Eln tiene la intención de hacer gestos humanitarios para celebrar a llegada del Pontífice y que incluso se trabaja en una ruta para firmar el cese bilateral en su presencia en Colombia.
Al respecto, este miércoles se conoció una carta del exministro Restrepo en que le contesta a los jerarcas de la iglesia sobre su llamado a avanzar hacia un acuerdo de cese al fuego. En la misiva Restrepo señala: "Permítanme señalar entonces, que coincide su carta exactamente con el momento que se vive en la Mesa de Quito. Ese mismo día, el pasado martes 13 de junio, el Gobierno le informó a la delegación del ELN la disposición de iniciar de inmediato el estudio de las condiciones para acordar un eventual cese bilateral al fuego y de hostilidades"
Agrega el jefe de la delegación de paz del Gobierno en Quito: "La visita apostólica del Santo Padre Su Santidad Francisco a Colombia en septiembre, nos compromete a recibirlo con avances concretos que respondan a los anhelos de una paz completa. Esa es la tarea que nos ocupa actualmente en la Mesa y debemos decir que el ELN le ha manifestado al Gobierno que realizará consultas sobre esta propuesta".
Y concluye la carta: "El cese al fuego, como ustedes muy bien lo señalan, debe ir acompañado de un desescalamiento de agresiones contra la población civil, que, al crear confianza, prepare estas conversaciones para arribar al estadio final de las mismas que no es otro que: "ponerle fin al conflicto armado, erradicar la violencia de la política; ubicando en el centro el tratamiento de la situación de las víctimas; y avanzar hacia la reconciliación mediante la activa participación de la sociedad civil en la construcción de la paz estable y duradera", tal como reza en el Acuerdo de Diálogos para la Paz de Colombia de marzo de 2016".
Terminó la incertidumbre sobre el paradero de los dos periodistas holandeses Derk Johannes Bolt y Eugenio Ernest Marie Follender, quienes el pasado lunes desaparecieron en área rural de El Tarra (Norte de Santander).
Fuentes del Eln informaron que los comunicadores de 52 y 68 años, respectivamente, se encontraban en poder de sus unidades guerrilleras, quienes los “retuvieron preventivamente” para confirmar sus identidades y la labor que realizaban en esta zona de conflicto.
De igual manera, este grupo insurgente informó que ya están en marcha el protocolo para su liberación, la cual se llevará a cabo en las próximas horas con intermediación de la iglesia católica, la Defensoría del Pueblo y el personero de Tibú, en este mismo departamento.
Precisamente, esta mañana el personero Richard Claro informó que los reporteros realizaban un documental y que tenía información sobre que estaban en manos de la guerrilla y en perfectas condiciones físicas.
Sin embargo, el secuestro de los dos holandeses significó una nueva dificultad en la mesa de negociaciones entre el Gobierno y el Eln que funciona desde Quito. Ya que, según el jefe negociador del Ejecutivo, Juan Camilo Restrepo, calificó el hecho como “además de un crimen, una torpeza” por parte del Eln.
Incluso, el tema del secuestro ha sido uno de los más espinosos que se trabajan en la mesa de negociaciones, ya que el Gobierno ha insistido en la necesidad de que el grupo insurgente proscriba públicamente esta práctica, por considerarse una grave infracción al derecho internacional humanitario.
Tanta ha sido la insistencia del Gobierno en este asunto, que incluso ha considerado que la reiteración del secuestro es “el freno de mano” que impide avanzar en la consecución de un acuerdo de desescalamiento del conflicto armado que permita que se decrete el cese bilateral del fuego y las hostilidades.
Precisamente, sobre la necesidad de que la mesa de Quito avance en esta dirección se pronunció el cardenal primado de Colombia, Rubén Salazar, quien dijo que la visita del Papa Francisco a Colombia, el próximo 6 de septiembre debería servir para “blindar el proceso de paz” y “romper con la polarización que vive la sociedad”.
Y es que de alguna manera, la relación histórica que ha existido entre el Eln y la iglesia católica es un factor que podría darle un importante impulso a la mesa de Quito, hasta el punto que, fuentes cercanas al proceso de paz, le confirmaron a El Espectador que el Eln tiene la intención de hacer gestos humanitarios para celebrar a llegada del Pontífice y que incluso se trabaja en una ruta para firmar el cese bilateral en su presencia en Colombia.
Al respecto, este miércoles se conoció una carta del exministro Restrepo en que le contesta a los jerarcas de la iglesia sobre su llamado a avanzar hacia un acuerdo de cese al fuego. En la misiva Restrepo señala: "Permítanme señalar entonces, que coincide su carta exactamente con el momento que se vive en la Mesa de Quito. Ese mismo día, el pasado martes 13 de junio, el Gobierno le informó a la delegación del ELN la disposición de iniciar de inmediato el estudio de las condiciones para acordar un eventual cese bilateral al fuego y de hostilidades"
Agrega el jefe de la delegación de paz del Gobierno en Quito: "La visita apostólica del Santo Padre Su Santidad Francisco a Colombia en septiembre, nos compromete a recibirlo con avances concretos que respondan a los anhelos de una paz completa. Esa es la tarea que nos ocupa actualmente en la Mesa y debemos decir que el ELN le ha manifestado al Gobierno que realizará consultas sobre esta propuesta".
Y concluye la carta: "El cese al fuego, como ustedes muy bien lo señalan, debe ir acompañado de un desescalamiento de agresiones contra la población civil, que, al crear confianza, prepare estas conversaciones para arribar al estadio final de las mismas que no es otro que: "ponerle fin al conflicto armado, erradicar la violencia de la política; ubicando en el centro el tratamiento de la situación de las víctimas; y avanzar hacia la reconciliación mediante la activa participación de la sociedad civil en la construcción de la paz estable y duradera", tal como reza en el Acuerdo de Diálogos para la Paz de Colombia de marzo de 2016".