Continúa el juicio contra la exnadadora siria Sarah Mardini en Grecia
Aunque la justicia de la isla de Lesbos anuló este viernes el juicio por espionaje contra 24 trabajadores humanitarios, incluida Mardini, todavía deben afrontar el proceso que los acusa por tráfico de migrantes.
Impacto Mujer con información de Efe y AFP
En la segunda sesión del juicio que se inició el 10 de enero contra la exnadadora Sarah Mardini y otros 23 trabajadores humanitarios acusados de espionaje, el tribunal de Mitilene, capital de la isla de Lesbos, Grecia, decidió anular el proceso por fallas de forma, pues no se había traducido el acta de acusación destinada a personas extranjeras, exvoluntarios que ayudaban a migrantes.
En 2018, Mardini, junto a Seán Binder, activista por los derechos de los refugiados e hijo de un refugiado vietnamita, fueron detenidos y acusados de tráfico de personas, espionaje, uso ilegal de frecuencias de radio y fraude, mientras trabajaban en la ONG Centro de Respuesta Internacional a la Emergencia (ERCI), dedicada al rescate de migrantes que operó en la isla griega entre 2016 y 2018.
Después de más de cien días retenidos, fueron liberados bajo fianza en diciembre de 2018. Actualmente, sigue activa una investigación contra Mardini y Binder “por la presunta comisión de los delitos de facilitar la entrada ilegal de extranjeros al país, pertenencia a una organización criminal y blanqueo de capitales”, según informó la Agencia EFE, aunque sin imputación de cargos.
Amnistía Internacional denunció que después de este hecho, muchos voluntarios “dejaron el trabajo solidario en Lesbos” por el temor a ser perseguidos por la justicia griega. Además, emitió un comunicado alegando que los cargos que enfrentan los 24 activistas son injustos y que están siendo acusados “simplemente por ayudar personas refugiadas y migrantes en peligro de ahogarse en el mar”.
Antes de iniciar el juicio, este viernes, la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos también se pronunció y solicitó que fueran retirados todos los cargos contra los 24 activistas de la ONG ERCI juzgados en Grecia.
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Elizabeth Throssell, portavoz de la ONU aclaró que “salvar vidas y prestar ayuda humanitaria nunca debe ser objeto de criminalización o persecución”; además advirtió que la persecución contra defensores de derechos humanos puede causar un “efecto paralizador” en las organizaciones que asisten a la población migrante y refugiada. Aseguró que ERCI, la ONG implicada en el caso, ayudó a más de un millar de personas en Lesbos antes de 2018, cuando inició el proceso judicial.
Si bien hoy finalizó el juicio que los acusaba de espionaje, los 24 activistas todavía están a la expectativa por el desenlace de otro proceso que adelanta el país griego contra ellos por tráfico de migrantes que los expone hasta a ocho años de prisión.
La persecución que han vivido Mardini y Binder por su trabajo en defensa de los refugiados en Lesbos fue catalogada por el Parlamento Europeo en 2021 como “el mayor caso de criminalización de la solidaridad en Europa”.
La crisis migratoria en Grecia
De acuerdo con datos de la Unión Europea, más de 100.000 personas encontraron protección de esa organización entre 2015 y 2021. Aunque parece una cifra amplia, no responde a las necesidades de los migrantes y refugiados que llegan a los países miembros. Solo entre enero y julio de 2020, 153.900 cruzaron de forma ilegal las fronteras de la UE, registrando un aumento del 85 % en relación con el mismo periodo de 2021.
Grecia, que comparte frontera con Turquía, ha sido, junto a Italia, Malta y Chipre uno de los países de la Unión Europea más impactado por la crisis migratoria de personas que, huyendo del conflicto de Medio Oriente, buscan ingresar a la Unión Europea. En noviembre de 2022, los cuatro países solicitaron ayuda de los demás miembros de la UE para afrontar el flujo migratorio, facilitar la reubicación y asentamiento de los refugiados que llegan por las rutas del Mediterráneo a otros países y así distribuir la carga que tienen como países “de primera línea”.
La isla de Lesbos, aunque pertenece a Grecia, se encuentra apenas a 16 kilómetros de la costa de Turquía. Su cercanía la convirtió en un punto de llegada para miles de migrantes provenientes de Medio Oriente que se embarcan en el mar Egeo para buscar asilo en Europa.
Ante las oleadas de migrantes, Grecia ha endurecido sus controles fronterizos e, incluso, organizaciones defensoras de derechos humanos han denunciado al país de devolver ilegal y violentamente a quienes buscan asilo al país turco.
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“Continuaron las devoluciones sin el debido procedimiento de personas refugiadas y migrantes y los abusos contra sus derechos humanos a pesar de que las autoridades los negaban sistemáticamente. Las autoridades continuaron reprimiendo a ONG y a quienes trabajaban para ayudar a las personas refugiadas”, relata el informe 2021/2022 de Amnistía Internacional sobre el manejo migratorio en el país europeo.
“Las Nadadoras”
La historia de Sarah Mardini en Grecia no se inició en 2018 con su trabajo atendiendo a migrantes, fue en 2015 cuando ella y su hermana Yusra Mardini navegaban en una balsa por el Egeo con 18 migrantes que, como ellas, buscaban asilo en Europa.
Ambas nadadoras se vieron forzadas a dejar Siria y emprender un viaje a Turquía, de allí avanzaron por el mar Egeo hacia la isla de Lesbos, pero en el camino el motor de la balsa falló y la habilidad de ambas deportistas fue fundamental para empujar la balsa durante más de tres horas hasta conseguir ayuda.
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Su historia es contada en “Las Nadadoras”, la película de Netflix estrenada en 2022 y dirigida por la cineasta Sally El Hosaini que cuenta no solo su hazaña para salvar sus vidas y las de otros migrantes, sino su historia deportiva para llegar a participar en los Juegos Olímpicos de Brasil 2016.
Yusra se convirtió en la embajadora de Buena Voluntad de ACNUR en 2017, reside en Berlín, Alemania y al igual que su hermana mayor, Sarah, se ha dedicado al activismo por los derechos de los migrantes y refugiados.
En la segunda sesión del juicio que se inició el 10 de enero contra la exnadadora Sarah Mardini y otros 23 trabajadores humanitarios acusados de espionaje, el tribunal de Mitilene, capital de la isla de Lesbos, Grecia, decidió anular el proceso por fallas de forma, pues no se había traducido el acta de acusación destinada a personas extranjeras, exvoluntarios que ayudaban a migrantes.
En 2018, Mardini, junto a Seán Binder, activista por los derechos de los refugiados e hijo de un refugiado vietnamita, fueron detenidos y acusados de tráfico de personas, espionaje, uso ilegal de frecuencias de radio y fraude, mientras trabajaban en la ONG Centro de Respuesta Internacional a la Emergencia (ERCI), dedicada al rescate de migrantes que operó en la isla griega entre 2016 y 2018.
Después de más de cien días retenidos, fueron liberados bajo fianza en diciembre de 2018. Actualmente, sigue activa una investigación contra Mardini y Binder “por la presunta comisión de los delitos de facilitar la entrada ilegal de extranjeros al país, pertenencia a una organización criminal y blanqueo de capitales”, según informó la Agencia EFE, aunque sin imputación de cargos.
Amnistía Internacional denunció que después de este hecho, muchos voluntarios “dejaron el trabajo solidario en Lesbos” por el temor a ser perseguidos por la justicia griega. Además, emitió un comunicado alegando que los cargos que enfrentan los 24 activistas son injustos y que están siendo acusados “simplemente por ayudar personas refugiadas y migrantes en peligro de ahogarse en el mar”.
Antes de iniciar el juicio, este viernes, la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos también se pronunció y solicitó que fueran retirados todos los cargos contra los 24 activistas de la ONG ERCI juzgados en Grecia.
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Elizabeth Throssell, portavoz de la ONU aclaró que “salvar vidas y prestar ayuda humanitaria nunca debe ser objeto de criminalización o persecución”; además advirtió que la persecución contra defensores de derechos humanos puede causar un “efecto paralizador” en las organizaciones que asisten a la población migrante y refugiada. Aseguró que ERCI, la ONG implicada en el caso, ayudó a más de un millar de personas en Lesbos antes de 2018, cuando inició el proceso judicial.
Si bien hoy finalizó el juicio que los acusaba de espionaje, los 24 activistas todavía están a la expectativa por el desenlace de otro proceso que adelanta el país griego contra ellos por tráfico de migrantes que los expone hasta a ocho años de prisión.
La persecución que han vivido Mardini y Binder por su trabajo en defensa de los refugiados en Lesbos fue catalogada por el Parlamento Europeo en 2021 como “el mayor caso de criminalización de la solidaridad en Europa”.
La crisis migratoria en Grecia
De acuerdo con datos de la Unión Europea, más de 100.000 personas encontraron protección de esa organización entre 2015 y 2021. Aunque parece una cifra amplia, no responde a las necesidades de los migrantes y refugiados que llegan a los países miembros. Solo entre enero y julio de 2020, 153.900 cruzaron de forma ilegal las fronteras de la UE, registrando un aumento del 85 % en relación con el mismo periodo de 2021.
Grecia, que comparte frontera con Turquía, ha sido, junto a Italia, Malta y Chipre uno de los países de la Unión Europea más impactado por la crisis migratoria de personas que, huyendo del conflicto de Medio Oriente, buscan ingresar a la Unión Europea. En noviembre de 2022, los cuatro países solicitaron ayuda de los demás miembros de la UE para afrontar el flujo migratorio, facilitar la reubicación y asentamiento de los refugiados que llegan por las rutas del Mediterráneo a otros países y así distribuir la carga que tienen como países “de primera línea”.
La isla de Lesbos, aunque pertenece a Grecia, se encuentra apenas a 16 kilómetros de la costa de Turquía. Su cercanía la convirtió en un punto de llegada para miles de migrantes provenientes de Medio Oriente que se embarcan en el mar Egeo para buscar asilo en Europa.
Ante las oleadas de migrantes, Grecia ha endurecido sus controles fronterizos e, incluso, organizaciones defensoras de derechos humanos han denunciado al país de devolver ilegal y violentamente a quienes buscan asilo al país turco.
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“Continuaron las devoluciones sin el debido procedimiento de personas refugiadas y migrantes y los abusos contra sus derechos humanos a pesar de que las autoridades los negaban sistemáticamente. Las autoridades continuaron reprimiendo a ONG y a quienes trabajaban para ayudar a las personas refugiadas”, relata el informe 2021/2022 de Amnistía Internacional sobre el manejo migratorio en el país europeo.
“Las Nadadoras”
La historia de Sarah Mardini en Grecia no se inició en 2018 con su trabajo atendiendo a migrantes, fue en 2015 cuando ella y su hermana Yusra Mardini navegaban en una balsa por el Egeo con 18 migrantes que, como ellas, buscaban asilo en Europa.
Ambas nadadoras se vieron forzadas a dejar Siria y emprender un viaje a Turquía, de allí avanzaron por el mar Egeo hacia la isla de Lesbos, pero en el camino el motor de la balsa falló y la habilidad de ambas deportistas fue fundamental para empujar la balsa durante más de tres horas hasta conseguir ayuda.
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Su historia es contada en “Las Nadadoras”, la película de Netflix estrenada en 2022 y dirigida por la cineasta Sally El Hosaini que cuenta no solo su hazaña para salvar sus vidas y las de otros migrantes, sino su historia deportiva para llegar a participar en los Juegos Olímpicos de Brasil 2016.
Yusra se convirtió en la embajadora de Buena Voluntad de ACNUR en 2017, reside en Berlín, Alemania y al igual que su hermana mayor, Sarah, se ha dedicado al activismo por los derechos de los migrantes y refugiados.