Cybergirls, las chicas del Chocó que buscan en la robótica una alternativa de vida
Luego de un año de formación en tecnología, ciencia, innovación y liderazgo femenino, un grupo de seis niñas ganaron la competencia de robótica VEX IQ en Medellín. Su sueño es que más jóvenes se sumen, y aportar a que la participación femenina sea cada vez mayor en estos espacios.
Angely Alexandra García Cuesta, Daviana Isarama Isabare, Eilyn Sofía Mosquera Hinestroza, Yailin Daiana Palacios Asprilla, Franchesca Mena Gil y Maxdy Lorena Perea Andrade hacen parte de “Cybergirls”, un programa de la Fundación Nuevo Amanecer ESAL en alianza con la Fundación Global, Arte, Ciencia y Tecnología y financiado por Motorola Solutions.
Tras un año de existencia, este grupo de menores de 15 años —que nació a inicios del 2023— llegó a las instalaciones de la Universidad EIA (Escuela de Ingeniería de Antioquia), lugar que fue testigo del primer puesto que ganaron en la categoría “Girl Powered International”, de la competencia de robótica VEX IQ, que se realizó en la capital antioqueña a finales de febrero.
“Este premio significó el reconocimiento a todo el esfuerzo que tuvimos que hacer para llegar ahí”, afirmó Angely García en entrevista con este diario.
El camino para llegar a este premio estuvo cargado de compromiso, trabajo constante y organizar el tiempo entre sus clases de colegio y la formación que recibían desde la fundación Global, organización que también aportó kits robóticos para las chicas. Cada sábado, en la Institución Educativa Femenina de Enseñanza Media (IEFEM) en Quibdó, el grupo de chicas, liderado por las docentes Enith Mena, Gabriela Areiza y Tricia Buritica, asistía a clases magistrales y virtuales toda una jornada en robótica, ciencia, tecnología e innovación.
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Para Haidy Sánchez Mattsson, fundadora y directora de ESAL, este programa busca cerrar brechas de género en la robótica y la tecnología en niñas del Chocó y generar un impacto en sus vidas. “Mi intención siempre ha sido cerrar brechas de inclusión y crear esta iniciativa de llevar robótica a las niñas del Chocó en condiciones de vulnerabilidad para darles la posibilidad de mirar el futuro con otras oportunidades, de construir un futuro donde ellas produzcan y aprendan nuevas cosas”, afirmó Sánchez.
Con esa idea en mente, Haidy Sánchez comenzó a tocar puertas y charló con la Fundación Global, Arte, Ciencia y Tecnología, una entidad sin ánimo de lucro que buscan potenciar la formación de futuros artistas, científicos y tecnólogos en el país, especialmente, con los más jóvenes. “Un proyecto que solo tienen en Antioquia lo llevamos a Quibdó, que era solamente para niñas. Así creamos el programa para Chocó y a inicios del 2023 le dimos marcha y se seleccionaron a las niñas”, recordó la fundadora de ESAL.
Gabriela Areiza, coordinadora y docente de la Fundación Nuevo Amanecer, le dijo a esta redacción que ha sido de las mejores experiencias que ha liderado la organización y el impacto que tiene en la vida de las niñas.
“[La formación en robótica] fue algo que siempre empoderó a las niñas desde el sentido en que tenían que romper las brechas de conocimiento, autoestima, conocimiento, de empoderamiento para que ellas tuvieran siempre en su mente y canalizadas de que las mujeres también podemos posicionarnos en todos los temas, tanto de tecnología, innovación, robótica y ciencia”, comentó la docente.
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Eilyn, Angely, Maxdy, Daviana —quien hace parte de la comunidad indígena Embera—, Yailin y Franchesca con cada clase iban aprendiendo más de robótica, a cómo simular y crear un robot y también sobre liderazgo femenino. En este módulo, según Sánchez, las niñas aprendieron sobre liderazgo, comunicación asertiva, salud mental, trabajo en equipo, capacidades blandas y manejo financiero —en alianza con el Banco de Bogotá—.
La robótica en función de sus comunidades
El grupo de “Cybergirls” también creó un proyecto sobre agua y contaminación del río Atrato, el más importante del departamento, para medir cuánto nivel de mercurio y plomo tiene. La docente Enith Mena en alianza con IFEM guiaron a las niñas en la construcción del proyecto.
“Lo que más me animó de entrar al grupo fue saber qué se puede hacer con la robótica y cómo nos favorece a nosotras individualmente y a la comunidad”, afirmó Angely García.
Con esta investigación buscan crear alternativas —basadas en la ciencia y la robótica— para que sus comunidades puedan abastecerse de un agua mucho más limpia y adecuada para sus organismos.
Para Franchesca Mena, una de las integrantes del programa “Cybergirls”, uno de sus sueños es poder seguir poniendo en práctica los conocimientos de robótica en su día a día y animar a que otros jóvenes se interesen por el tema.
El programa está en búsqueda de más financiación para poder continuar con los procesos de enseñanza a niñas en robótica, liderazgo femenino, empoderamiento y habilidades blandas, sociales y comunicativas. Aunque el proceso no es sencillo, desde ESAL esperan que con las capacidades instaladas que quedaron en cada participante, las instituciones educativas a las que asisten puedan brindar espacios para crear programas o semilleros para compartir esos conocimientos y crear nuevos proyectos.
Las organizaciones que apoyan este proceso hacen un llamado a que los gobiernos locales y nacionales inviertan en innovación y robótica para aportar a que la participación femenina sea cada vez mayor en estos espacios.
Angely Alexandra García Cuesta, Daviana Isarama Isabare, Eilyn Sofía Mosquera Hinestroza, Yailin Daiana Palacios Asprilla, Franchesca Mena Gil y Maxdy Lorena Perea Andrade hacen parte de “Cybergirls”, un programa de la Fundación Nuevo Amanecer ESAL en alianza con la Fundación Global, Arte, Ciencia y Tecnología y financiado por Motorola Solutions.
Tras un año de existencia, este grupo de menores de 15 años —que nació a inicios del 2023— llegó a las instalaciones de la Universidad EIA (Escuela de Ingeniería de Antioquia), lugar que fue testigo del primer puesto que ganaron en la categoría “Girl Powered International”, de la competencia de robótica VEX IQ, que se realizó en la capital antioqueña a finales de febrero.
“Este premio significó el reconocimiento a todo el esfuerzo que tuvimos que hacer para llegar ahí”, afirmó Angely García en entrevista con este diario.
El camino para llegar a este premio estuvo cargado de compromiso, trabajo constante y organizar el tiempo entre sus clases de colegio y la formación que recibían desde la fundación Global, organización que también aportó kits robóticos para las chicas. Cada sábado, en la Institución Educativa Femenina de Enseñanza Media (IEFEM) en Quibdó, el grupo de chicas, liderado por las docentes Enith Mena, Gabriela Areiza y Tricia Buritica, asistía a clases magistrales y virtuales toda una jornada en robótica, ciencia, tecnología e innovación.
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Para Haidy Sánchez Mattsson, fundadora y directora de ESAL, este programa busca cerrar brechas de género en la robótica y la tecnología en niñas del Chocó y generar un impacto en sus vidas. “Mi intención siempre ha sido cerrar brechas de inclusión y crear esta iniciativa de llevar robótica a las niñas del Chocó en condiciones de vulnerabilidad para darles la posibilidad de mirar el futuro con otras oportunidades, de construir un futuro donde ellas produzcan y aprendan nuevas cosas”, afirmó Sánchez.
Con esa idea en mente, Haidy Sánchez comenzó a tocar puertas y charló con la Fundación Global, Arte, Ciencia y Tecnología, una entidad sin ánimo de lucro que buscan potenciar la formación de futuros artistas, científicos y tecnólogos en el país, especialmente, con los más jóvenes. “Un proyecto que solo tienen en Antioquia lo llevamos a Quibdó, que era solamente para niñas. Así creamos el programa para Chocó y a inicios del 2023 le dimos marcha y se seleccionaron a las niñas”, recordó la fundadora de ESAL.
Gabriela Areiza, coordinadora y docente de la Fundación Nuevo Amanecer, le dijo a esta redacción que ha sido de las mejores experiencias que ha liderado la organización y el impacto que tiene en la vida de las niñas.
“[La formación en robótica] fue algo que siempre empoderó a las niñas desde el sentido en que tenían que romper las brechas de conocimiento, autoestima, conocimiento, de empoderamiento para que ellas tuvieran siempre en su mente y canalizadas de que las mujeres también podemos posicionarnos en todos los temas, tanto de tecnología, innovación, robótica y ciencia”, comentó la docente.
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Eilyn, Angely, Maxdy, Daviana —quien hace parte de la comunidad indígena Embera—, Yailin y Franchesca con cada clase iban aprendiendo más de robótica, a cómo simular y crear un robot y también sobre liderazgo femenino. En este módulo, según Sánchez, las niñas aprendieron sobre liderazgo, comunicación asertiva, salud mental, trabajo en equipo, capacidades blandas y manejo financiero —en alianza con el Banco de Bogotá—.
La robótica en función de sus comunidades
El grupo de “Cybergirls” también creó un proyecto sobre agua y contaminación del río Atrato, el más importante del departamento, para medir cuánto nivel de mercurio y plomo tiene. La docente Enith Mena en alianza con IFEM guiaron a las niñas en la construcción del proyecto.
“Lo que más me animó de entrar al grupo fue saber qué se puede hacer con la robótica y cómo nos favorece a nosotras individualmente y a la comunidad”, afirmó Angely García.
Con esta investigación buscan crear alternativas —basadas en la ciencia y la robótica— para que sus comunidades puedan abastecerse de un agua mucho más limpia y adecuada para sus organismos.
Para Franchesca Mena, una de las integrantes del programa “Cybergirls”, uno de sus sueños es poder seguir poniendo en práctica los conocimientos de robótica en su día a día y animar a que otros jóvenes se interesen por el tema.
El programa está en búsqueda de más financiación para poder continuar con los procesos de enseñanza a niñas en robótica, liderazgo femenino, empoderamiento y habilidades blandas, sociales y comunicativas. Aunque el proceso no es sencillo, desde ESAL esperan que con las capacidades instaladas que quedaron en cada participante, las instituciones educativas a las que asisten puedan brindar espacios para crear programas o semilleros para compartir esos conocimientos y crear nuevos proyectos.
Las organizaciones que apoyan este proceso hacen un llamado a que los gobiernos locales y nacionales inviertan en innovación y robótica para aportar a que la participación femenina sea cada vez mayor en estos espacios.