Día de la Mujer: los rezagos en la igualdad de género
Cuando en el mundo se conmemora el Día Internacional de la Mujer, vale la pena revisar qué tanto se ha avanzado y qué tanto falta en términos de igualdad, atención y derechos de las mujeres.
La persistencia de la discriminación y las desigualdades que se exacerbaron con la crisis del covid-19 siguen siendo asuntos pendientes en el proceso de búsqueda de igualdad de género y condiciones equitativas de aprendizaje y productividad para las mujeres en el mundo.
Y aunque desde múltiples sectores y organismos se ha llamado la atención sobre la necesidad de crear condiciones y escenarios de igualdad, los avances siguen siendo insuficientes. En América Latina, por ejemplo, de acuerdo con un informe de la Cepal presentado este lunes, titulado “Una década de acción para un cambio de época”, la desigualdad de género “tiene un carácter estructural, indisociable del modelo de desarrollo que produce y reproduce la desigualdad de ingresos y limita el acceso a derechos”.
El documento señala que las mujeres dedican el triple del tiempo que los hombres a las actividades de trabajo doméstico y de cuidados no remunerado, lo que obstaculiza la autonomía económica e impide avanzar hacia la igualdad. En números el panorama se ve así: mientras que las mujeres dedican entre el 12,0 % y el 24,7 % de su tiempo a dichas tareas, los hombres dedican entre el 2,3 % y el 12,5 %.
Una radiografía en la que además hay que incluir los fenómenos de violencia que también incrementaron a raíz de la pandemia. El feminicidio sigue siendo un problema y, de acuerdo con datos correspondientes a 2020, del Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe, las tres tasas más altas de feminicidio de la región se registran en Honduras (4,7 por cada 100.000 mujeres), República Dominicana (2,4) y El Salvador (2,1). “Más allá del diseño de políticas referentes a la atención, el acceso a la justicia y el establecimiento de sanciones, se requiere poner énfasis en el sistema educativo y los medios de comunicación en la necesidad de superar los patrones culturales que subyacen a la violencia de género, actuar sobre los mecanismos de transmisión de la violencia por razón de género y avanzar en la implementación de políticas públicas para su prevención”, señala la Cepal.
La persistencia de la discriminación y las desigualdades que se exacerbaron con la crisis del covid-19 siguen siendo asuntos pendientes en el proceso de búsqueda de igualdad de género y condiciones equitativas de aprendizaje y productividad para las mujeres en el mundo.
Y aunque desde múltiples sectores y organismos se ha llamado la atención sobre la necesidad de crear condiciones y escenarios de igualdad, los avances siguen siendo insuficientes. En América Latina, por ejemplo, de acuerdo con un informe de la Cepal presentado este lunes, titulado “Una década de acción para un cambio de época”, la desigualdad de género “tiene un carácter estructural, indisociable del modelo de desarrollo que produce y reproduce la desigualdad de ingresos y limita el acceso a derechos”.
El documento señala que las mujeres dedican el triple del tiempo que los hombres a las actividades de trabajo doméstico y de cuidados no remunerado, lo que obstaculiza la autonomía económica e impide avanzar hacia la igualdad. En números el panorama se ve así: mientras que las mujeres dedican entre el 12,0 % y el 24,7 % de su tiempo a dichas tareas, los hombres dedican entre el 2,3 % y el 12,5 %.
Una radiografía en la que además hay que incluir los fenómenos de violencia que también incrementaron a raíz de la pandemia. El feminicidio sigue siendo un problema y, de acuerdo con datos correspondientes a 2020, del Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe, las tres tasas más altas de feminicidio de la región se registran en Honduras (4,7 por cada 100.000 mujeres), República Dominicana (2,4) y El Salvador (2,1). “Más allá del diseño de políticas referentes a la atención, el acceso a la justicia y el establecimiento de sanciones, se requiere poner énfasis en el sistema educativo y los medios de comunicación en la necesidad de superar los patrones culturales que subyacen a la violencia de género, actuar sobre los mecanismos de transmisión de la violencia por razón de género y avanzar en la implementación de políticas públicas para su prevención”, señala la Cepal.