“El arte no tiene género”: fotógrafa colombiana que documenta la soledad
Renata Bolívar, a través de su trabajo expuesto a nivel internacional, desafía los estereotipos y enriquece el panorama del arte femenino.
Tatiana Moreno Quintero
Desde retratos de mujeres solitarias o desoladas calles de Colombia hasta la atmósfera de hoteles de carretera, la fotógrafa colombiana Renata Bolívar se ha centrado en documentar diversas circunstancias de la vida humana con un enfoque especial en la soledad.
Con una formación en artes visuales en la Universidad Javeriana de Bogotá y en fotografía documental en la escuela EFTI de Madrid, Bolívar ha profundizado en la captura de la vulnerabilidad humana.
Renata nació en Bogotá en 1984 y desde niña creció rodeada de arte. Pasaba horas en un cuarto oscuro donde ayudaba a su padre, fotógrafo y arquitecto, a revelar rollos fotográficos.
Y fue en ese armario, transformado en laboratorio, que descubría las experiencias de vida de personas comunes por medio de la captura de cada imagen que realizaba su progenitor.
Inició su carrera profesional explorando la fotografía publicitaria, arquitectónica y de interiorismo, así como el retrato y la fotografía de productos.
Con el tiempo evolucionó hacia la creación de historias de autor, desarrollando proyectos en diversos lugares de América, aunque reside en Bogotá.
Su incursión en el gremio comenzó documentando exorcismos en Colombia, un desafío tanto por el difícil acceso a estos casos como por los retos culturales asociados a su género. “No está muy bien visto que una mujer esté en esos temas tan difíciles y duros”, afirmó Bolívar.
Siendo mujer, Renata notó que, en muchos escenarios, las personas no le otorgaban el crédito merecido únicamente por su género, llegando incluso a cuestionar sus habilidades.
Un claro ejemplo de esta situación ocurrió cuando le ofrecieron un trabajo para documentar a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), proyecto que finalmente no pudo realizar, ya que su vida se hubiera visto seriamente comprometida.
A pesar de que el trabajo no se concretó, la fotógrafa consultó a personas cercanas si creían que habría sido capaz de llevarlo a cabo; la respuesta fue negativa, argumentando que la labor exigía una gran demanda física y mental.
“La gente no le da a uno el crédito simplemente por el hecho de ser mujer. Ya te dicen que no cuando realmente no conocen el dolor que uno puede alcanzar a tener en un parto, por decir algún escenario”, comentó Renata.
A pesar de este panorama, la fotógrafa ha logrado convertir sus sueños en realidad a través de la fotografía. Afirma que el arte no tiene género y que las mujeres pueden explorar una amplia variedad de temas y oportunidades si se lo proponen.
Una mujer explorando la soledad
Bolívar define el arte como un medio para explorar y retratar formas de pensar, miedos e identidades. “Es la visión que cada artista tiene frente a una posición y momento de la vida”, aseveró la fotógrafa.
Aunque se describe a sí misma como una mujer alegre, extrovertida y sociable, la soledad ha sido un tema que la ha fascinado internamente. Ha sentido una necesidad profunda de explorar y comprender su complejidad, tanto a nivel personal como social.
Desde esta perspectiva exploró en la resonancia emocional de los espacios físicos, donde se refleja la carencia, ya sea voluntaria o involuntaria, de compañía.
Comenzó esta faceta con su galería de retratos de mujeres en la ciudad de Nueva York que llevan una rutina completamente repetitiva, pero en una soledad absoluta.
Para esta obra, Renata Bolívar siguió a las mujeres durante un prolongado período de tiempo para capturar la evolución de personajes que experimentan la vida de manera individual.
En contraste, Bolívar creó la galería “Vestigios”, un proyecto que comenzó a desarrollar en 2019 y que se presenta como un “manifiesto de la noche”. Esta serie de fotografías retrata instantes fugaces en desoladas carreteras de Colombia.
Su última serie sobre moteles de carretera, en particular, resalta la interacción entre el aislamiento y los detalles vibrantes, a menudo ignorados, de estos entornos. “ROSA VENUS”, como continuación de “Vestigios”, profundiza en la temática de los hoteles de carretera y en las personas que habitan estos lugares solitarios.
La obra ha alcanzado un éxito internacional, ya que la artista la ha exhibido en Nueva York, en Colombia y, próximamente, en Miami, durante la Feria del Millón, un evento latinoamericano con una trayectoria de 10 años.
Bolívar fue seleccionada entre 1.000 postulantes que se presentan cada año para formar parte de este espacio.
El futuro para las artistas femeninas
La fotógrafa enfatiza que “el rol de la mujer en el arte es importantísimo” y que su importancia y relevancia han crecido a lo largo del tiempo.
Reconoce la necesidad de que más artistas mujeres y jóvenes se aventuren a crear y a ocupar espacios donde puedan exponer sus obras sin que el miedo al fracaso las detenga.
“Siempre está el fracaso, en cualquier trabajo que se haga, y de eso se trata también el viaje de la vida”, agregó Renata.
Por ello enfatiza la importancia de que las mujeres en el gremio sean proactivas en la búsqueda de oportunidades para que cada vez más artistas femeninas plasmen su arte en el mundo.
Desde retratos de mujeres solitarias o desoladas calles de Colombia hasta la atmósfera de hoteles de carretera, la fotógrafa colombiana Renata Bolívar se ha centrado en documentar diversas circunstancias de la vida humana con un enfoque especial en la soledad.
Con una formación en artes visuales en la Universidad Javeriana de Bogotá y en fotografía documental en la escuela EFTI de Madrid, Bolívar ha profundizado en la captura de la vulnerabilidad humana.
Renata nació en Bogotá en 1984 y desde niña creció rodeada de arte. Pasaba horas en un cuarto oscuro donde ayudaba a su padre, fotógrafo y arquitecto, a revelar rollos fotográficos.
Y fue en ese armario, transformado en laboratorio, que descubría las experiencias de vida de personas comunes por medio de la captura de cada imagen que realizaba su progenitor.
Inició su carrera profesional explorando la fotografía publicitaria, arquitectónica y de interiorismo, así como el retrato y la fotografía de productos.
Con el tiempo evolucionó hacia la creación de historias de autor, desarrollando proyectos en diversos lugares de América, aunque reside en Bogotá.
Su incursión en el gremio comenzó documentando exorcismos en Colombia, un desafío tanto por el difícil acceso a estos casos como por los retos culturales asociados a su género. “No está muy bien visto que una mujer esté en esos temas tan difíciles y duros”, afirmó Bolívar.
Siendo mujer, Renata notó que, en muchos escenarios, las personas no le otorgaban el crédito merecido únicamente por su género, llegando incluso a cuestionar sus habilidades.
Un claro ejemplo de esta situación ocurrió cuando le ofrecieron un trabajo para documentar a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), proyecto que finalmente no pudo realizar, ya que su vida se hubiera visto seriamente comprometida.
A pesar de que el trabajo no se concretó, la fotógrafa consultó a personas cercanas si creían que habría sido capaz de llevarlo a cabo; la respuesta fue negativa, argumentando que la labor exigía una gran demanda física y mental.
“La gente no le da a uno el crédito simplemente por el hecho de ser mujer. Ya te dicen que no cuando realmente no conocen el dolor que uno puede alcanzar a tener en un parto, por decir algún escenario”, comentó Renata.
A pesar de este panorama, la fotógrafa ha logrado convertir sus sueños en realidad a través de la fotografía. Afirma que el arte no tiene género y que las mujeres pueden explorar una amplia variedad de temas y oportunidades si se lo proponen.
Una mujer explorando la soledad
Bolívar define el arte como un medio para explorar y retratar formas de pensar, miedos e identidades. “Es la visión que cada artista tiene frente a una posición y momento de la vida”, aseveró la fotógrafa.
Aunque se describe a sí misma como una mujer alegre, extrovertida y sociable, la soledad ha sido un tema que la ha fascinado internamente. Ha sentido una necesidad profunda de explorar y comprender su complejidad, tanto a nivel personal como social.
Desde esta perspectiva exploró en la resonancia emocional de los espacios físicos, donde se refleja la carencia, ya sea voluntaria o involuntaria, de compañía.
Comenzó esta faceta con su galería de retratos de mujeres en la ciudad de Nueva York que llevan una rutina completamente repetitiva, pero en una soledad absoluta.
Para esta obra, Renata Bolívar siguió a las mujeres durante un prolongado período de tiempo para capturar la evolución de personajes que experimentan la vida de manera individual.
En contraste, Bolívar creó la galería “Vestigios”, un proyecto que comenzó a desarrollar en 2019 y que se presenta como un “manifiesto de la noche”. Esta serie de fotografías retrata instantes fugaces en desoladas carreteras de Colombia.
Su última serie sobre moteles de carretera, en particular, resalta la interacción entre el aislamiento y los detalles vibrantes, a menudo ignorados, de estos entornos. “ROSA VENUS”, como continuación de “Vestigios”, profundiza en la temática de los hoteles de carretera y en las personas que habitan estos lugares solitarios.
La obra ha alcanzado un éxito internacional, ya que la artista la ha exhibido en Nueva York, en Colombia y, próximamente, en Miami, durante la Feria del Millón, un evento latinoamericano con una trayectoria de 10 años.
Bolívar fue seleccionada entre 1.000 postulantes que se presentan cada año para formar parte de este espacio.
El futuro para las artistas femeninas
La fotógrafa enfatiza que “el rol de la mujer en el arte es importantísimo” y que su importancia y relevancia han crecido a lo largo del tiempo.
Reconoce la necesidad de que más artistas mujeres y jóvenes se aventuren a crear y a ocupar espacios donde puedan exponer sus obras sin que el miedo al fracaso las detenga.
“Siempre está el fracaso, en cualquier trabajo que se haga, y de eso se trata también el viaje de la vida”, agregó Renata.
Por ello enfatiza la importancia de que las mujeres en el gremio sean proactivas en la búsqueda de oportunidades para que cada vez más artistas femeninas plasmen su arte en el mundo.