“Juntas llegamos más lejos”: comunidades de mujeres colombo-venezolanas

Más allá de las banderas Somos Mujeres ha empoderado a cientos de mujeres migrantes y colombianas, estableciendo redes de apoyo, promoviendo emprendimientos y superando barreras culturales y de violencia.

Tatiana Moreno Quintero
30 de agosto de 2024 - 02:27 p. m.
El evento tuvo lugar en Barranquilla y fue solo uno de los esfuerzos de un largo proceso que se ha llevado a cabo de la mano de lideresas migrantes y de las comunidades de acogida pertenecientes a la Red Caribe Mujeres Colombovenezolanas.
El evento tuvo lugar en Barranquilla y fue solo uno de los esfuerzos de un largo proceso que se ha llevado a cabo de la mano de lideresas migrantes y de las comunidades de acogida pertenecientes a la Red Caribe Mujeres Colombovenezolanas.
Foto: Tico Ángulo/ONU Mujeres

“Solas llegamos más rápido, pero juntas llegamos más lejos”, pronunció Yennifer Suárez, lideresa de 24 años de edad, en el grupo Ella Sorprende en Soledad. Se refería al trabajo que se ha desarrollado con Más allá de las banderas somos mujeres, un proyecto que se inició en Colombia hace cuatro años que tiene como fin empoderar y fortalecer a mujeres venezolanas y colombianas para la inclusión y en la lucha contra la violencia de género.

El jueves 22 de agosto, más de 50 mujeres de comunidades migrantes y nacionales, entre ellas líderes, asistieron a un evento realizado por ONU Mujeres con el respaldo de Población, Refugiados y Migrantes del Departamento de Estado de los Estados Unidos. Tuvo lugar en Barranquilla y fue solo uno de los esfuerzos de un largo proceso que se ha llevado a cabo de la mano de lideresas migrantes y de las comunidades de acogida pertenecientes a la Red Caribe Mujeres Colombovenezolanas en territorios como Atlántico, Bolívar, La Guajira, Magdalena y Nariño.

En este encuentro por lo menos 1.000 personas se han visto beneficiadas por medio del trabajo en conjunto entre estos actores internacionales, las lideresas y otras 722 personas que participaron en las diferentes capacitaciones y esfuerzos articulados para fortalecer habilidades de liderazgo e incidencias comunitarias, apoyo para la protección de mujeres migrantes y colombianas en caso de violencia basada en género y xenofobia y, finalmente, un impulso para emprendedoras y mejoramiento de perfiles profesionales de las mujeres de la comunidad.

Más allá de las banderas somos mujeres se ha desarrollado en un proceso de tres fases. Estas han abordado el empoderamiento de mujeres y líderes, la protección frente a la violencia de género —incluyendo la sensibilización sobre masculinidades y la xenofobia— y el apoyo para alcanzar la autonomía económica.

El proyecto, por otro lado, hasta el primer semestre del año ha beneficiado a 4.015 personas de las cuales el 92 % son mujeres, de las cuales 1.092 han participado en actividades de protección contra la violencia de género y la xenofobia, 110 han recibido sensibilización sobre la corresponsabilidad en masculinidades, 592 han obtenido certificaciones en competencias empresariales y otras 592 han sido certificadas en competencias laborales a través del SENA entre otros resultados que la iniciativa ha logrado materializar.

A raíz de estas mesas de trabajo entidades administrativas como lo es la Alcaldía de Barranquilla, Cartagena, Soledad, Santa Marta, Riohacha, Maicao, Valledupar, Pasto e Ipiales sea han sumado a la red para apoyar a estas comunidades y hacer de las incidencias un producto tangible.

Para Dinervis Hernández, migrante y lideresa venezolana, que llegó a Maicao en 2018 junto a sus dos hijas, ha sido un proceso que define como construcción y crecimiento, pues afirma que en el proceso se ha empoderado como lideresa para colaborar en su comunidad y a su gente.

Mujeres y comunidades que se fortalecen

“No lo veo solo como un proyecto, sino que lo hemos llegado a convertir en una familia”, comentó Génesis Morín, migrante y lideresa venezolana radicada en Nariño que pertenece a la comunidad Guaguachama.

Por medio del trabajo articulado se ha establecido una red de mujeres que se apoyan, aprenden y se fortalecen en áreas clave como el autocuidado, el desarrollo de actividades económicas, la planificación de rutas de acción, la prevención de la violencia de género y el fortalecimiento del liderazgo.

Un ejemplo destacado es el testimonio de la guardia indígena Luz Marina Taquez del resguardo indígena de Ipiales. Reconoce que, inicialmente, su comunidad tenía prejuicios hacia los migrantes, pero, gracias a dicho proceso, han logrado integrarse y formar lazos con mujeres de otros territorios, superando así la xenofobia en sus entornos. “Ellas me demostraron que son unas supermujeres”, afirmó.

En la comunidad de Maicao se ha organizado una red de mujeres emprendedoras y en el espacio articulado el 22 de agosto múltiples participantes comentaron sobre sus negocios y cómo han ido creciendo de la mano de Más allá de las banderas somos mujeres.

Así lo relato Hernández: “En el taller hablaron todas las mujeres sobre sus emprendimientos. Ha sido satisfactorio el saber que los negocios de las mujeres, que hacemos parte de los nodos de la Red Caribe Mujeres Colombovenezolanas, son un fortalecimiento de la comunidad”.

La transformación ha llegado a las masculinidades mediante la sensibilización de las comunidades y la erradicación de las violencias basadas en género; los hombres han participado activamente en las capacitaciones donde se les brindan rutas de atención, acción y prevención e información sobre el problema.

“Pensamos que los hombres no iban a asistir en las charlas y la verdad se están animando muchísimo. Hemos visto el cambio en nuestra comunidad respectiva, cambiando conductas, maneras de hablar y expresarse”, aseguró Yennifer Suárez.

Productivas y económicamente independientes

Se desarrolló un plan de incidencia en cada territorio de intervención del proyecto. Estos fueron los mecanismos por medio de los que las lideresas recogían las problemáticas constantes para las mujeres en su comunidad y a partir de eso planteaban posibles soluciones.

Red Caribe de Mujeres Colombovenezolas está compuesta por nodos de grupos locales de cada uno de los territorios donde tiene presencia el proyecto y cada nodo está compuesto alrededor de 30 mujeres.

La inestabilidad económica resulta ser uno de los mayores retos a los que estas comunidades se enfrentan. Algunas de ellas no cuentan con estudios previos o fuente de ingreso financiero para soportar a sus hogares y a sí mismas.

En casos como el de la joven líder de Soledad, que es profesional en ingeniería industrial, la ansiedad e inestabilidad que viene de la mano con ser una persona desempleada en el país era una realidad.

No obstante, hoy goza de los beneficios de ser una mujer emprendedora. Por medio del laboratorio de impulso económico para emprendedoras y para mejorar perfiles profesionales’, ha desarrollado un servicio de catering asociativo llamado ‘Memories Food’, del que su madre también forma parte y que hoy le da el sustento necesario.

Las dos mujeres de Nariño entrevistadas por este diario han desarrollado emprendimientos que hoy soportan a sus familias. Para la guardia indígena del resguardo, el conocimiento adquirido en el manejo de redes sociales a través de la iniciativa Más allá de las banderas somos mujeres ha sido fundamental para mejorar la trayectoria de su negocio. Por ello el emprendimiento de comida, ‘Tradición y sabor de María’, heredado de su madre, ha logrado mantenerse sostenible a lo largo del tiempo.

El negocio de Génesis, fundado en 2020 en Venezuela y especializado en el autocuidado de la mujer así como en el arte y la cocina con repostería, como galletas, ha logrado crecer y expandirse a nivel internacional. “Salí de Venezuela con una bandeja de galletas, pero en Colombia he logrado mantener el negocio y ahora puedo enviar productos a Ecuador”, afirmó la lideresa.

Las administraciones se unen al trabajo

El trabajo en cooperación con las instituciones es uno de los temas que el proyecto de ONU Mujeres buscaba mejorar. De modo que actores como las Alcaidías han empezado a colaborar para mitigar las problemáticas que enfrentan las mujeres migrantes y colombianas de los territorios.

“La articulación con los jefes territoriales de cada localidad, las administraciones públicas, alcaldías y demás actores, con sus actividades de desarrollo dentro de estas iniciativas, favorecen a la igualdad de género”, atestiguó la líder de Soledad.

En Maicao la Alcaldía se vinculará en varios espacios que pretende realizar con la mano de grupos locales, en los que se gestionará una mentoría con el Sena para capacitar y certificar a mujeres en talleres de contaduría básica y tener habilidades para realizar y administrar un negocio.

La Dirección de la Mujer y la Comisaría de Familia han jugado papeles muy importantes en el Atlántico. “Son muy prestas para todas estas actividades, están presentes y colaboran con todo lo que se necesita. Siempre están prestas y las actividades se llevan a cabo siempre han contado con sus colaboraciones”, aseguró Dinervis Hernández.

Para las integrantes de Guachamama, las alianzas con la Gobernación, la Alcaldía y organizaciones como Pastoral Social han sido fundamentales para el desarrollo y sostenibilidad de sus proyectos. “A través de este proyecto hemos podido establecer esos enlaces y firmar actas de compromiso, que nos obligan tanto a ellos como a nosotros a continuar con esta labor, a seguir creciendo y ejecutando cada uno de estos proyectos, a pesar de las dificultades”, aseveró Morín.

El futuro de las comunidades

En territorios como Maicao, el proceso ya está dando frutos, ya que el 30 de agosto se implementarán las políticas discutidas en las mentorías. La lideresa del área explica que se está trabajando para visibilizar el gran número de mujeres emprendedoras. Estos emprendimientos están comenzando a recibir reconocimiento, y en el futuro se planifica un proyecto para fortalecer aún más estas iniciativas.

En Soledad, el proyecto ha empezado a dar resultados positivos. Se llevó a cabo una feria socioeconómica en la que se enseñó a las mujeres sobre diversas oportunidades de formación laboral y emprendimiento para mejorar su economía a través de sus talentos.

El objetivo es inspirar a más mujeres mediante testimonios, ayudándolas a alcanzar la independencia financiera. Además, se busca que, a través de una ruta formativa, más mujeres reconozcan sus habilidades y aprendan sobre mercadeo digital para exhibir y monetizar sus talentos. Las lideresas pretenden hacer este proyecto sostenible en el tiempo y seguir realizando este tipo de iniciativas en el territorio.

En Guachamama esperan continuar desarrollando soluciones que beneficien a todas las mujeres. Como comentó la guardia indígena Luz Marina: “Todas las mujeres se merecen un empujoncito para seguir trabajando y sacar a sus familias adelante”.

Tatiana Moreno Quintero

Por Tatiana Moreno Quintero

Comunicadora social y periodista de la Universidad de La Sabana con énfasis en Big Data. Ganadora del premio CPB en la categoría Especial Multimedia.tmorenoqtmoreno@elespectador.com

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