La apuesta para invertir en las mujeres: así funcionó “Presupuestos para la igualdad”
El Viceministerio para las Mujeres, el Departamento Nacional de Planeación (DNP), el Gobierno de Canadá y ONU Mujeres lideraron este proyecto para impulsar el enfoque de género en los planes de desarrollo territoriales con la participación de las mujeres.
La iniciativa “Presupuestos para la igualdad” cerró enfatizando en la importancia de la participación de las mujeres en la formulación de los presupuestos y la planificación regional. Lo que se inició como un proyecto del Ministerio de Igualdad, desde el Viceministerio para las Mujeres, y el Departamento Nacional de Planeación (DNP), junto con el gobierno de Canadá y ONU Mujeres, dejó en un año de trabajo unos $167.289 millones priorizados por las entidades regionales por el plan plurianual de inversiones 2024-2027, que serán destinados para garantizar los derechos de las mujeres.
El evento, en el que Impacto Mujer, de El Espectador, fue medio aliado, para dar fin a la iniciativa, ocurrió este miércoles en el hotel Marriott y contó con la participación de organizaciones de la sociedad civil, delegados de entidades gubernamentales y figuras claves en la implementación del proyecto. Liderado por la periodista María Alejandra Villamizar, comenzó con las palabras de delegados de las organizaciones que trabajaron en el proyecto: la viceministra para las Mujeres, Támara Ospina; la directora de Desarrollo Social del Departamento Nacional de Planeación, Diana Paola Salcedo; el jefe de cooperación encargado de la Embajada de Canadá en Colombia, Rémi Grimard, y la oficial a cargo y representante adjunta de ONU Mujeres en Colombia, María Inés Salamanca.
“La planeación y la elaboración de presupuestos con enfoque de género son unas de las herramientas más importantes para lograr la igualdad de oportunidades y la equidad para las mujeres en nuestro país”, manifestó la viceministra Ospina.
El proyecto buscaba institucionalizar el uso del Trazador Presupuestal para la Equidad de las Mujeres, que fue incluido por primera vez en el Presupuesto Nacional en 2021, con el fin de que las instituciones nacionales “identifiquen las asignaciones presupuestales que financien los planes, programas y proyectos en favor de la garantía de los derechos”, logrando así que las entidades reconozcan “que las políticas, programas y proyectos no son neutrales frente al género”. Sin embargo, hasta hace poco, la tendencia mundial demostró que Colombia sigue con una falta de financiamiento para los avances en los derechos de las mujeres, un déficit anual que, según señala la iniciativa, llega a los US$360 mil millones.
La forma de sobrepasar esas dificultades sería con asistencia técnica a ocho sectores nacionales —los ministerios de Justicia, Trabajo, Agricultura, Comercio, Ambiente y Educación, y el Departamento de Prosperidad Social—, y, a nivel local, con las gobernaciones de Antioquia y Meta, y las alcaldías de Villavicencio, Cartagena, Santa Marta, Riohacha, Maicao, Cumbal, Santander de Quilichao y Timbiquí.
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Tras un trabajo que tuvo en medio unas elecciones regionales y cambios de mandato a nivel regional, las entidades territoriales acogieron las asesorías, por lo que comenzó con 254 proyectos trazados (lo que correspondía a $6.780 millones), finalizó con 358 iniciativas y el aumento de la inversión a más de $1 billón. María Inés Salamanca, oficial a cargo y representante adjunta de ONU Mujeres en Colombia, enfatizó en que se logró aprobar más Planes de Desarrollo que incluyeran el Trazador Presupuestal para la Equidad de la Mujer, aumentar la participación de corporaciones públicas como concejos y asambleas departamentales, así como fortalecer las organizaciones de mujeres en el territorio.
“Los presupuestos no son neutrales al género”, resaltó.
La recién posesionada ministra de Justicia, Ángela María Buitrago, señaló que iniciativas como estas no pueden ser ajenas a las realidades de las territoriales, por lo que “las reglas no pueden ser genéricas, generalizadas”. Además, apuntó que la apuesta era cumplir la agenda 2030 del Objetivo de Desarrollo Sostenible número cinco para lograr la igualdad de género, así como lograr la transversalización de iniciativas como esta y materializar lo firmado en la Convención de Belém do Para, para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer, así como en la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer.
Articulando esfuerzos con los poderes locales
La voluntad y disposición de las alcaldías y gobernaciones fue central para avanzar en la iniciativa, así como la coordinación con concejos y asambleas departamentales, que en muchos casos se apersonaron del liderazgo para sacar adelante los planes de desarrollo con enfoque de género. El evento contó con la participación de figuras políticas de Cartagena, Cumbal, Antioquia, Santander de Quilichao, Meta y Maicao, quienes señalaron las diversas formas en las que se llegaron a acuerdos para lograr la inclusión del trazador presupuestal en el articulado de los planes.
En línea con lo resaltado por la ministra Buitrago, las medidas incluidas responden a las necesidades de las comunidades con las que fueron construidas. Desde un enfoque étnico en el municipio de Cumbal, Nariño, cuya población es, en su mayoría, indígena, hasta la implementación de la primera fase del Sistema Departamental de Cuidado en Antioquia.
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“No puedo tampoco olvidar la historia de esta poderosa alianza con ONU Mujeres, y aprovecho también para hacer todo el reconocimiento a esa presencia en el territorio, porque desde 2019 hemos avanzado en un territorio tan complejo como Maicao, donde ya también tenemos creado, a través de estas herramientas institucionales, ese Consejo Consultivo, que estaba un poco inerte, pero que ahora va a ser fortalecido con esta estrategia puntual del Plan de Desarrollo. En 2020 iniciamos con una inversión de $200 millones (...) y hoy hay que decir que estamos aumentando casi que en un 300 % esa inversión”, dijo Margarita Crespo, secretaria de Planeación de Maicao, quien enfatizó en los enfoques migratorio y étnico de la planificación.
Resaltando la fortaleza y el liderazgo de los movimientos locales de la sociedad civil
El trabajo que han llevado organizaciones de mujeres también fue central en “Presupuestos para la equidad”. Fueron cerca de 230 colectivos vinculados a la formulación de planes de desarrollo, con la participación de 574 lideresas que fueron una parte clave para la definición de las agendas con enfoque de género.
En esa línea, algunas asociaciones pudieron acceder al Fondo de Inversión Complementaria a través de una convocatoria que se realizó. Al ser seleccionadas, eran partícipes de una cooperación financiera que además les permitía fortalecer su gestión con el acompañamiento de facilitadoras de ONU Mujeres, eran puentes de comunicación entre las instituciones y las organizaciones, además de llevar a cabo una formación en temas de incidencia política.
“Este proyecto duró casi un año en la ciudad de Cartagena, donde ONU Mujeres, como íbamos a entrar en contiendas políticas, nos habló de la importancia del plan de gobierno de las personas que estuvieran aspirando. Que tuvieran muy en cuenta los procesos de mujeres y, a la vez, que hubiera un trazador —una palabra que en Cartagena no conocíamos— y que este quedara con un presupuesto para que así se pudieran ejecutar los proyectos específicos para mujeres”, relató Arcenia Galán, lideresa de la comunidad de mujeres pesqueras en la capital de Bolívar.
Ese también fue el caso de la Asociación de Cabildos Indígenas de la Zona Norte del Cauca (ACIN) con Tejido Mujer. La organización lleva más de 30 años de trabajo con las mujeres nasas en Santander de Quilichao y, gracias al trabajo previo que habían hecho entre la comunidad indígena, pudieron tener una incidencia más allá del municipio, impactando a 22 resguardos indígenas.
“Cuando llega este proyecto, por supuesto que concursamos y nos dijimos que esta era la posibilidad para poder nosotras articular desde lo político-organizativo como comunidades indígenas con lo institucional”, contó Yohana Conda, quien es parte de la Asociación. “El apoyo que tuvimos de ONU Mujeres fue muy constante en cuanto al tema de formación, y ellos también ya tenían esa interacción con el Concejo Municipal y con el alcalde, eso también nos ayudó a lograr que ese trazador presupuestal quedara plasmado en este plan de desarrollo”, añadió.
Las otras asociaciones seleccionadas fueron la Corporación Yo Puedo, en el departamento de Meta; el colectivo Las Cumbalas, que trabaja con mujeres indígenas, en el municipio de Cumbal, Nariño, y la Corporación Educación, Desarrollo, Oportunidad en Grupo (Edogroup), que trabajó en una caja de herramientas para una política pública para las mujeres de Riohacha, La Guajira.
“Nos permitió juntarnos desde la diferencia que podemos tener las organizaciones de mujeres para hacer una incidencia mucho más efectiva que posibilitara que todas las secretarías de la Gobernación dejaran metas con enfoque de género y ahora, pues, vamos a hacerle seguimiento”, afirmó Viviana Palacios, de Yo Puedo.
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Lo que queda para el futuro
Para Conda y Galán, lo que sigue es hacer un acompañamiento para continuar incidiendo en sus territorios. Como lo señaló la lideresa de Santander de Quilichao, esta iniciativa abrió nuevas oportunidades de trabajo para las mujeres y las comunidades, y esperan poder seguir trabajando de la mano con ONU Mujeres para sacar adelante los proyectos que fueron planteados en el último año.
“¿Cómo va a ser ese acompañamiento para continuar incidiendo? Abrimos este mundo que sé que va a crear demasiado impacto, pero necesitamos más herramientas”, indicó, y agregó que otro punto clave sería seguir trabajando en la inclusión de la población LGBTQI+ en los presupuestos, que destacó como otro de los logros de la iniciativa.
Galán afirmó que harán una veeduría para que se garantice que el trazador presupuestal se esté ejecutando y para que los proyectos que quedaron en el Plan de Desarrollo “se ejecuten tal cual es la necesidad” y lleguen a la población. De acuerdo con ella, espera que “esto no se quede aquí, sino que a este proceso se le dé una continuidad para que, a futuro, en 2027, se pueda decir que se cumplió”.
La iniciativa “Presupuestos para la igualdad” cerró enfatizando en la importancia de la participación de las mujeres en la formulación de los presupuestos y la planificación regional. Lo que se inició como un proyecto del Ministerio de Igualdad, desde el Viceministerio para las Mujeres, y el Departamento Nacional de Planeación (DNP), junto con el gobierno de Canadá y ONU Mujeres, dejó en un año de trabajo unos $167.289 millones priorizados por las entidades regionales por el plan plurianual de inversiones 2024-2027, que serán destinados para garantizar los derechos de las mujeres.
El evento, en el que Impacto Mujer, de El Espectador, fue medio aliado, para dar fin a la iniciativa, ocurrió este miércoles en el hotel Marriott y contó con la participación de organizaciones de la sociedad civil, delegados de entidades gubernamentales y figuras claves en la implementación del proyecto. Liderado por la periodista María Alejandra Villamizar, comenzó con las palabras de delegados de las organizaciones que trabajaron en el proyecto: la viceministra para las Mujeres, Támara Ospina; la directora de Desarrollo Social del Departamento Nacional de Planeación, Diana Paola Salcedo; el jefe de cooperación encargado de la Embajada de Canadá en Colombia, Rémi Grimard, y la oficial a cargo y representante adjunta de ONU Mujeres en Colombia, María Inés Salamanca.
“La planeación y la elaboración de presupuestos con enfoque de género son unas de las herramientas más importantes para lograr la igualdad de oportunidades y la equidad para las mujeres en nuestro país”, manifestó la viceministra Ospina.
El proyecto buscaba institucionalizar el uso del Trazador Presupuestal para la Equidad de las Mujeres, que fue incluido por primera vez en el Presupuesto Nacional en 2021, con el fin de que las instituciones nacionales “identifiquen las asignaciones presupuestales que financien los planes, programas y proyectos en favor de la garantía de los derechos”, logrando así que las entidades reconozcan “que las políticas, programas y proyectos no son neutrales frente al género”. Sin embargo, hasta hace poco, la tendencia mundial demostró que Colombia sigue con una falta de financiamiento para los avances en los derechos de las mujeres, un déficit anual que, según señala la iniciativa, llega a los US$360 mil millones.
La forma de sobrepasar esas dificultades sería con asistencia técnica a ocho sectores nacionales —los ministerios de Justicia, Trabajo, Agricultura, Comercio, Ambiente y Educación, y el Departamento de Prosperidad Social—, y, a nivel local, con las gobernaciones de Antioquia y Meta, y las alcaldías de Villavicencio, Cartagena, Santa Marta, Riohacha, Maicao, Cumbal, Santander de Quilichao y Timbiquí.
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Tras un trabajo que tuvo en medio unas elecciones regionales y cambios de mandato a nivel regional, las entidades territoriales acogieron las asesorías, por lo que comenzó con 254 proyectos trazados (lo que correspondía a $6.780 millones), finalizó con 358 iniciativas y el aumento de la inversión a más de $1 billón. María Inés Salamanca, oficial a cargo y representante adjunta de ONU Mujeres en Colombia, enfatizó en que se logró aprobar más Planes de Desarrollo que incluyeran el Trazador Presupuestal para la Equidad de la Mujer, aumentar la participación de corporaciones públicas como concejos y asambleas departamentales, así como fortalecer las organizaciones de mujeres en el territorio.
“Los presupuestos no son neutrales al género”, resaltó.
La recién posesionada ministra de Justicia, Ángela María Buitrago, señaló que iniciativas como estas no pueden ser ajenas a las realidades de las territoriales, por lo que “las reglas no pueden ser genéricas, generalizadas”. Además, apuntó que la apuesta era cumplir la agenda 2030 del Objetivo de Desarrollo Sostenible número cinco para lograr la igualdad de género, así como lograr la transversalización de iniciativas como esta y materializar lo firmado en la Convención de Belém do Para, para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer, así como en la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer.
Articulando esfuerzos con los poderes locales
La voluntad y disposición de las alcaldías y gobernaciones fue central para avanzar en la iniciativa, así como la coordinación con concejos y asambleas departamentales, que en muchos casos se apersonaron del liderazgo para sacar adelante los planes de desarrollo con enfoque de género. El evento contó con la participación de figuras políticas de Cartagena, Cumbal, Antioquia, Santander de Quilichao, Meta y Maicao, quienes señalaron las diversas formas en las que se llegaron a acuerdos para lograr la inclusión del trazador presupuestal en el articulado de los planes.
En línea con lo resaltado por la ministra Buitrago, las medidas incluidas responden a las necesidades de las comunidades con las que fueron construidas. Desde un enfoque étnico en el municipio de Cumbal, Nariño, cuya población es, en su mayoría, indígena, hasta la implementación de la primera fase del Sistema Departamental de Cuidado en Antioquia.
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“No puedo tampoco olvidar la historia de esta poderosa alianza con ONU Mujeres, y aprovecho también para hacer todo el reconocimiento a esa presencia en el territorio, porque desde 2019 hemos avanzado en un territorio tan complejo como Maicao, donde ya también tenemos creado, a través de estas herramientas institucionales, ese Consejo Consultivo, que estaba un poco inerte, pero que ahora va a ser fortalecido con esta estrategia puntual del Plan de Desarrollo. En 2020 iniciamos con una inversión de $200 millones (...) y hoy hay que decir que estamos aumentando casi que en un 300 % esa inversión”, dijo Margarita Crespo, secretaria de Planeación de Maicao, quien enfatizó en los enfoques migratorio y étnico de la planificación.
Resaltando la fortaleza y el liderazgo de los movimientos locales de la sociedad civil
El trabajo que han llevado organizaciones de mujeres también fue central en “Presupuestos para la equidad”. Fueron cerca de 230 colectivos vinculados a la formulación de planes de desarrollo, con la participación de 574 lideresas que fueron una parte clave para la definición de las agendas con enfoque de género.
En esa línea, algunas asociaciones pudieron acceder al Fondo de Inversión Complementaria a través de una convocatoria que se realizó. Al ser seleccionadas, eran partícipes de una cooperación financiera que además les permitía fortalecer su gestión con el acompañamiento de facilitadoras de ONU Mujeres, eran puentes de comunicación entre las instituciones y las organizaciones, además de llevar a cabo una formación en temas de incidencia política.
“Este proyecto duró casi un año en la ciudad de Cartagena, donde ONU Mujeres, como íbamos a entrar en contiendas políticas, nos habló de la importancia del plan de gobierno de las personas que estuvieran aspirando. Que tuvieran muy en cuenta los procesos de mujeres y, a la vez, que hubiera un trazador —una palabra que en Cartagena no conocíamos— y que este quedara con un presupuesto para que así se pudieran ejecutar los proyectos específicos para mujeres”, relató Arcenia Galán, lideresa de la comunidad de mujeres pesqueras en la capital de Bolívar.
Ese también fue el caso de la Asociación de Cabildos Indígenas de la Zona Norte del Cauca (ACIN) con Tejido Mujer. La organización lleva más de 30 años de trabajo con las mujeres nasas en Santander de Quilichao y, gracias al trabajo previo que habían hecho entre la comunidad indígena, pudieron tener una incidencia más allá del municipio, impactando a 22 resguardos indígenas.
“Cuando llega este proyecto, por supuesto que concursamos y nos dijimos que esta era la posibilidad para poder nosotras articular desde lo político-organizativo como comunidades indígenas con lo institucional”, contó Yohana Conda, quien es parte de la Asociación. “El apoyo que tuvimos de ONU Mujeres fue muy constante en cuanto al tema de formación, y ellos también ya tenían esa interacción con el Concejo Municipal y con el alcalde, eso también nos ayudó a lograr que ese trazador presupuestal quedara plasmado en este plan de desarrollo”, añadió.
Las otras asociaciones seleccionadas fueron la Corporación Yo Puedo, en el departamento de Meta; el colectivo Las Cumbalas, que trabaja con mujeres indígenas, en el municipio de Cumbal, Nariño, y la Corporación Educación, Desarrollo, Oportunidad en Grupo (Edogroup), que trabajó en una caja de herramientas para una política pública para las mujeres de Riohacha, La Guajira.
“Nos permitió juntarnos desde la diferencia que podemos tener las organizaciones de mujeres para hacer una incidencia mucho más efectiva que posibilitara que todas las secretarías de la Gobernación dejaran metas con enfoque de género y ahora, pues, vamos a hacerle seguimiento”, afirmó Viviana Palacios, de Yo Puedo.
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Lo que queda para el futuro
Para Conda y Galán, lo que sigue es hacer un acompañamiento para continuar incidiendo en sus territorios. Como lo señaló la lideresa de Santander de Quilichao, esta iniciativa abrió nuevas oportunidades de trabajo para las mujeres y las comunidades, y esperan poder seguir trabajando de la mano con ONU Mujeres para sacar adelante los proyectos que fueron planteados en el último año.
“¿Cómo va a ser ese acompañamiento para continuar incidiendo? Abrimos este mundo que sé que va a crear demasiado impacto, pero necesitamos más herramientas”, indicó, y agregó que otro punto clave sería seguir trabajando en la inclusión de la población LGBTQI+ en los presupuestos, que destacó como otro de los logros de la iniciativa.
Galán afirmó que harán una veeduría para que se garantice que el trazador presupuestal se esté ejecutando y para que los proyectos que quedaron en el Plan de Desarrollo “se ejecuten tal cual es la necesidad” y lleguen a la población. De acuerdo con ella, espera que “esto no se quede aquí, sino que a este proceso se le dé una continuidad para que, a futuro, en 2027, se pueda decir que se cumplió”.