Mujeres que con tecnología lideran el desarrollo del país
La innovación tecnológica ha sido clave para que líderes de grandes empresas impulsen la equidad de género en los espacios industriales, académicos, comerciales y financieros.
Laura Alejandra Moreno Urriaga
Aumentar la participación de las mujeres en espacios como el agro y las finanzas, áreas en las que históricamente los hombres han sido los tomadores de decisiones, se presenta como un reto para alcanzar el quinto Objetivo de Desarrollo Sostenible que le apunta a lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas.
Conversamos con cuatro lideresas empresariales que le han apostado a la equidad de género y a generar más oportunidades para las mujeres dentro de sus sectores. Ellas se destacaron en el estudio de madurez digital desarrollado por Caracol Televisión, MindSpiria, la Andi y Needed Education. El estudio ha derivado en la creación de productos de e-learning que se pueden encontrar en Mindspiria.com.
La transformación digital que vive el país les ha servido a estas ejecutivas no solo para mejorar las dinámicas laborales de las empresas que lideran y la experiencia de sus usuarios, sino para romper los techos de cristal que impiden el crecimiento profesional de las mujeres.
Para hacerse una idea, de acuerdo con el Centro de Estudios de Gobierno Corporativo del Cesa, de las 129 compañías emisoras de valores, solo el 23,3 %, es decir, 30 juntas directivas, cuentan con el 30 % o más de participación femenina. Un porcentaje que cada vez se acerca más a la meta del Club del 30 %, donde Emilia Restrepo, rectora del Cesa busca impactar desde la formación para que más mujeres puedan acceder a estos espacios de decisión.
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Emilia Restrepo
En diciembre de 2021 Restrepo fue elegida como la nueva rectora del Cesa, lo que la convirtió en la primera mujer en ocupar este cargo en los 46 años de historia de esa institución. “Desde mis inicios profesionales el entorno ha cambiado desde el punto en que muchas veces en las salas de juntas mi voz parecía no ser importante, a diferencia de hoy, cuando no solamente es escuchada, sino que la toman en cuenta. Hoy participo en seis juntas directivas de alto nivel, no como una cuota de género, sino porque además de ser mujer, pongo en la mesa un conocimiento que es de valor para las empresas. Esa es una mirada diferente porque no se habla de necesitar una mujer en la junta directiva, sino una mujer con unas competencias y talentos”, cuenta.
Desde 1994 Restrepo se ha dado a la tarea de diseñar estrategias de negocios y mercadeo para la transformación digital de las grandes corporaciones y la creación de nuevos modelos de negocio y se ha consolidado como un referente en el campo.
Además de reconocer su rol en los procesos de transformación digital, la rectora del Cesa hace un llamado a reconocer la importancia de que más mujeres ingresen al mundo de las TIC: “Puedo decir que he sido pionera no solo en los temas de la evolución digital en Colombia y en Latinoamérica, sino también en abrir espacios para las mujeres en todos estos temas. Hoy me siento muy contenta con los avances y la invitación es a que las mujeres nos la creamos, que sí estamos para echar código, para los temas de tecnología, que somos capaces y que nuestra mirada, una mirada diversa, es lo que va a enriquecer esos procesos de transformación que lo que busca es poner al individuo en el centro y hace su vida más fácil”.
Desde el programa del Club del 30 %, liderado por el Cesa en Colombia, que busca aumentar la participación de las mujeres en juntas directivas y desde la institución, Restrepo explica que incorporar la tecnología y las herramientas digitales ayudará a repensar la organización de las empresas de forma más incluyente, más productiva y con mejores resultados para, al final, hacer la vida de las personas más sencilla.
“Estamos en un momento fascinante de la transformación digital en Colombia porque la última milla nos la trajo la pandemia. Si bien la pandemia nos ha traído, a muchos de nosotros, mucho dolor e incertidumbre, también nos demostró la necesidad de incorporar unas estrategias diferentes; la necesidad de entender la cultura empresarial, organizacional, incluso desde un punto de vista de gobierno, de que podíamos seguir andando gracias a los avances tecnológicos y la tecnología como adelantador”, explica.
Si bien la empresaria considera que “aunque este gobierno no lo ha nombrado como una bandera”, para ella la transformación digital es indispensable para avanzar en temas de equidad, no solo de género, sino social.
De acuerdo con Restrepo, para prosperar en el desarrollo tecnológico del país, los cambios culturales y la educación deben trabajarse desde la infancia, desde el colegio, pero para lograrlo el reto inicial es la conectividad.
“Es muy difícil hacer transformación si no somos exigentes como país en el tema de conectividad, si no hacemos un desarrollo de competencias digitales, eso es parte de la gestión de cambio. Ahora, de nada sirve llegar con la conectividad si no hay un contenido de calidad que ayude a que las regiones se desarrollen, los niños y adultos”, concluye.
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María Claudia Lacouture
La expresidenta de Procolombia y exministra de Comercio, Industria y Turismo fue nombrada directora ejecutiva de la Cámara de Comercio Colombo Americana en 2017, desde donde promueve la participación de las mujeres en espacios de toma de decisiones, al igual que lo hace desde el Club del 30 %.. “Buscamos que más mujeres hagan parte de juntas directivas, porque la toma de decisiones se da ahí. Hacemos un esfuerzo para sensibilizar desde el alto nivel la necesidad de que las mujeres sean partícipes y que las empresas tengan estrategias de inclusión”.
Pese a que la exministra reconoce que la sociedad se está interconectada en todas la dimensiones económicas y sociales, el proceso de Colombia para adaptarse a esa tecnología apenas va empezando. “Tenemos unos rezagos que se profundizaron por la pandemia, como el acceso a esa transformación digital, un sistema de inversión y competencia, la apropiación y formación, un recurso humano capacitado. El acceso a internet es uno de los grandes retos que hay que trabajar hasta llegar a la 5G para hacer uso de todos los beneficios que genera la transformación digital”, cuenta Lacouture.
Además de los desafíos en conectividad, hace énfasis en la importancia de priorizar la educación más allá de la capacitación y de la apropiación de la tecnología en las cadenas de producción. “Es indispensable avanzar hacia el bilingüismo, esta es una barrera que impide avanzar en la implementación de herramientas digitales; y solamente el 4,7 % de las empresas del sector comercio y 6,1 % del sector industrial han incorporado temas como inteligencia artificial en sus procesos de producción”.
Para alcanzar la equidad de género en el sector, Lacouture considera que además de voluntad política, es necesario un trabajo entre el sector público y privado. “Una política pública sobre inversión que permita el acceso de todos los colombianos con una regulación para generar una cancha de juego equilibrada”.
Un espacio con potencial donde actualmente se puede profundizar en el trabajo por la equidad, para ella, es el turismo. “A nivel nacional puede ser una vía para generar empleo de forma rápida y para abrirles espacio a las mujeres. Colombia es un país diverso, un gran generador de experiencias turísticas y ahí el bilingüismo es indispensable. Tenemos que hacer un esfuerzo de país en este tema”.
Daniela Konietzko
Desde 2013, Daniela Konietzko en la dirección de la Fundación WWB Colombia trabaja por la inclusión financiera en el país. Para ella, la clave es impulsar la cadena de acceso a servicios financieros, el uso de estos y los canales que se emplean para poder llegar a diversos grupos de población.
Konietzko está de acuerdo con que la pandemia fue importante en términos de avances tecnológicos, pero que la tecnología por sí sola no puede ser la que transforme las dinámicas del sistema financiero. “La pandemia ayudó a apalancar la tecnología en los procesos operativos del sistema financiero, pero una barrera sigue siendo el reconocimiento de los beneficios de esa tecnología y cómo usarlos. Podemos llegar con un buen producto, pero si la gente no sabe cómo usarlo, no estamos haciendo nada”.
Para avanzar, explica que debe hacerse un esfuerzo colectivo desde el sector financiero, “desde lo público y desde las organizaciones que trabajamos por la inclusión financiera para hacer capacitación en educación financiera, solo así lograremos que esa inclusión sea efectiva y responsable”.
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En el proceso deben diferenciarse los públicos que atiende el sistema financiero y los que todavía no hacen parte de él, así como sus necesidades. “Se deben tener en cuenta las necesidades diferenciadas, entre hombres y mujeres, entre lo rural y lo urbano, entre quienes están en el sistema financiero tradicional o de las microfinanzas para proveer las soluciones que de verdad impacten su economía.”
La empresaria indica que la responsabilidad del Estado, además de proveer la conectividad, es promover una alianza para aportar conocimiento y adaptar los servicios y productos no financieros a las necesidades de la población. “Necesitamos un apoyo del Gobierno en términos de regulación, que se tengan en cuenta las necesidades de las personas que todavía no están incluidas financieramente y que el enfoque de género sea prioritario”.
Explica que tener en cuenta las diferencias de género es un paso “para que, en esa regulación, en la propuesta de políticas públicas que impacten el sector financiero, permita acercarlas desde las necesidades diferenciadas que pueden tener, como acceder a un primer crédito para que pueda pasar de las microfinanzas a la banca tradicional. También se debe promover el ahorro para poder romper los círculos de pobreza”.
Camila Escobar
“Desde 2017 trabajamos en el programa Mujeres Cafeteras para promover el empoderamiento social y económico de las mujeres caficultoras a través de la comercialización de su café. Este programa cuenta con más de 800 mujeres en asociaciones y se vende no solo en Colombia, sino en varios países donde tenemos operación”, explica Camila Escobar sobre su trabajo en Procafecol (Juan Valdez) para incentivar la participación de las mujeres en un sector donde esta es minoritaria.
De acuerdo con el presidente del Comité Directivo de la Federación Nacional de Cafeteros, Luis Javier Trujillo Buitrago, las caficultoras reciben una remuneración 34,5 puntos porcentuales menos que los hombres y su participación en los espacios de decisión del gremio es baja: solamente el 24 % de los miembros de los comités municipales son mujeres y en los comités departamentales el porcentaje solo es del 15 %.
Si bien en la operación de Juan Valdez el 66 % de su fuerza laboral es femenina, Escobar le apuesta a seguir mejorando en inclusión y en participación en espacios de liderazgo donde todavía no alcanzan la paridad. “Desde el año pasado tenemos una política interna de inclusión que permea todos los niveles de la empresa y ayuda a que haya mayor representación en todos los campos, principalmente en los espacios de liderazgo y toma de decisiones”, dice Escobar.
A pesar de no sentirse excluida de los espacios de liderazgo en su carrera, principalmente, según explica, por la calidad humana de las personas con las que ha trabajado, Escobar es consciente de las brechas que permanecen en el sector y por eso parte de su labor es generar espacios para cerrarlas. “Creo que mientras las mujeres no estén en una posición que les permita tomar decisiones, no vamos a poder pensar que en Colombia hay equidad. Soy una abanderada para que este cambio pase y no solo en beneficio de las mujeres, sino de la sociedad, porque la participación de las mujeres genera valor, una mirada más amplia, se enriquecen los procesos, hay mayor productividad, mayor retención de talento”.
En el camino de buscar herramientas que permitan una mayor inclusión, Escobar lidera programas en materia financiera que han beneficiado a alrededor de 150 mujeres de áreas rurales de forma remota y que ha ido evolucionando para que puedan capacitarse sin requerir conexión a internet todo el tiempo, dadas las dificultades de acceso que hay en zonas rurales.
También ha visto la necesidad de la tecnología para potenciar el cambio generacional que requiere el agro. “Buscamos fortalecer y visibilizar el liderazgo de jóvenes caficultoras en diferentes regiones de Colombia, muchas de las cuales han sido afectadas por la violencia y la exclusión. 120 jóvenes han participado en un proceso donde a través de la tecnología acercamos al consumidor con el origen del producto y donde, con aliados estratégicos como Microsoft, se pretende desarrollar capacidades digitales básicas y de emprendimiento”.
La transformación tecnológica, como cuenta Escobar, les ha permitido avanzar en procesos internos para lograr una forma de trabajar mucho más ágil, superando una operación que antes era tradicional. La relación con sus clientes y su plan de expansión en el mundo también han significado un avance tecnológico. “En los canales de atención llegamos a unos que son 100 % digitales y los que no son digitales se favorecen de la tecnología, como el sistema de domicilios, por ejemplo”.
Aumentar la participación de las mujeres en espacios como el agro y las finanzas, áreas en las que históricamente los hombres han sido los tomadores de decisiones, se presenta como un reto para alcanzar el quinto Objetivo de Desarrollo Sostenible que le apunta a lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas.
Conversamos con cuatro lideresas empresariales que le han apostado a la equidad de género y a generar más oportunidades para las mujeres dentro de sus sectores. Ellas se destacaron en el estudio de madurez digital desarrollado por Caracol Televisión, MindSpiria, la Andi y Needed Education. El estudio ha derivado en la creación de productos de e-learning que se pueden encontrar en Mindspiria.com.
La transformación digital que vive el país les ha servido a estas ejecutivas no solo para mejorar las dinámicas laborales de las empresas que lideran y la experiencia de sus usuarios, sino para romper los techos de cristal que impiden el crecimiento profesional de las mujeres.
Para hacerse una idea, de acuerdo con el Centro de Estudios de Gobierno Corporativo del Cesa, de las 129 compañías emisoras de valores, solo el 23,3 %, es decir, 30 juntas directivas, cuentan con el 30 % o más de participación femenina. Un porcentaje que cada vez se acerca más a la meta del Club del 30 %, donde Emilia Restrepo, rectora del Cesa busca impactar desde la formación para que más mujeres puedan acceder a estos espacios de decisión.
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Emilia Restrepo
En diciembre de 2021 Restrepo fue elegida como la nueva rectora del Cesa, lo que la convirtió en la primera mujer en ocupar este cargo en los 46 años de historia de esa institución. “Desde mis inicios profesionales el entorno ha cambiado desde el punto en que muchas veces en las salas de juntas mi voz parecía no ser importante, a diferencia de hoy, cuando no solamente es escuchada, sino que la toman en cuenta. Hoy participo en seis juntas directivas de alto nivel, no como una cuota de género, sino porque además de ser mujer, pongo en la mesa un conocimiento que es de valor para las empresas. Esa es una mirada diferente porque no se habla de necesitar una mujer en la junta directiva, sino una mujer con unas competencias y talentos”, cuenta.
Desde 1994 Restrepo se ha dado a la tarea de diseñar estrategias de negocios y mercadeo para la transformación digital de las grandes corporaciones y la creación de nuevos modelos de negocio y se ha consolidado como un referente en el campo.
Además de reconocer su rol en los procesos de transformación digital, la rectora del Cesa hace un llamado a reconocer la importancia de que más mujeres ingresen al mundo de las TIC: “Puedo decir que he sido pionera no solo en los temas de la evolución digital en Colombia y en Latinoamérica, sino también en abrir espacios para las mujeres en todos estos temas. Hoy me siento muy contenta con los avances y la invitación es a que las mujeres nos la creamos, que sí estamos para echar código, para los temas de tecnología, que somos capaces y que nuestra mirada, una mirada diversa, es lo que va a enriquecer esos procesos de transformación que lo que busca es poner al individuo en el centro y hace su vida más fácil”.
Desde el programa del Club del 30 %, liderado por el Cesa en Colombia, que busca aumentar la participación de las mujeres en juntas directivas y desde la institución, Restrepo explica que incorporar la tecnología y las herramientas digitales ayudará a repensar la organización de las empresas de forma más incluyente, más productiva y con mejores resultados para, al final, hacer la vida de las personas más sencilla.
“Estamos en un momento fascinante de la transformación digital en Colombia porque la última milla nos la trajo la pandemia. Si bien la pandemia nos ha traído, a muchos de nosotros, mucho dolor e incertidumbre, también nos demostró la necesidad de incorporar unas estrategias diferentes; la necesidad de entender la cultura empresarial, organizacional, incluso desde un punto de vista de gobierno, de que podíamos seguir andando gracias a los avances tecnológicos y la tecnología como adelantador”, explica.
Si bien la empresaria considera que “aunque este gobierno no lo ha nombrado como una bandera”, para ella la transformación digital es indispensable para avanzar en temas de equidad, no solo de género, sino social.
De acuerdo con Restrepo, para prosperar en el desarrollo tecnológico del país, los cambios culturales y la educación deben trabajarse desde la infancia, desde el colegio, pero para lograrlo el reto inicial es la conectividad.
“Es muy difícil hacer transformación si no somos exigentes como país en el tema de conectividad, si no hacemos un desarrollo de competencias digitales, eso es parte de la gestión de cambio. Ahora, de nada sirve llegar con la conectividad si no hay un contenido de calidad que ayude a que las regiones se desarrollen, los niños y adultos”, concluye.
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María Claudia Lacouture
La expresidenta de Procolombia y exministra de Comercio, Industria y Turismo fue nombrada directora ejecutiva de la Cámara de Comercio Colombo Americana en 2017, desde donde promueve la participación de las mujeres en espacios de toma de decisiones, al igual que lo hace desde el Club del 30 %.. “Buscamos que más mujeres hagan parte de juntas directivas, porque la toma de decisiones se da ahí. Hacemos un esfuerzo para sensibilizar desde el alto nivel la necesidad de que las mujeres sean partícipes y que las empresas tengan estrategias de inclusión”.
Pese a que la exministra reconoce que la sociedad se está interconectada en todas la dimensiones económicas y sociales, el proceso de Colombia para adaptarse a esa tecnología apenas va empezando. “Tenemos unos rezagos que se profundizaron por la pandemia, como el acceso a esa transformación digital, un sistema de inversión y competencia, la apropiación y formación, un recurso humano capacitado. El acceso a internet es uno de los grandes retos que hay que trabajar hasta llegar a la 5G para hacer uso de todos los beneficios que genera la transformación digital”, cuenta Lacouture.
Además de los desafíos en conectividad, hace énfasis en la importancia de priorizar la educación más allá de la capacitación y de la apropiación de la tecnología en las cadenas de producción. “Es indispensable avanzar hacia el bilingüismo, esta es una barrera que impide avanzar en la implementación de herramientas digitales; y solamente el 4,7 % de las empresas del sector comercio y 6,1 % del sector industrial han incorporado temas como inteligencia artificial en sus procesos de producción”.
Para alcanzar la equidad de género en el sector, Lacouture considera que además de voluntad política, es necesario un trabajo entre el sector público y privado. “Una política pública sobre inversión que permita el acceso de todos los colombianos con una regulación para generar una cancha de juego equilibrada”.
Un espacio con potencial donde actualmente se puede profundizar en el trabajo por la equidad, para ella, es el turismo. “A nivel nacional puede ser una vía para generar empleo de forma rápida y para abrirles espacio a las mujeres. Colombia es un país diverso, un gran generador de experiencias turísticas y ahí el bilingüismo es indispensable. Tenemos que hacer un esfuerzo de país en este tema”.
Daniela Konietzko
Desde 2013, Daniela Konietzko en la dirección de la Fundación WWB Colombia trabaja por la inclusión financiera en el país. Para ella, la clave es impulsar la cadena de acceso a servicios financieros, el uso de estos y los canales que se emplean para poder llegar a diversos grupos de población.
Konietzko está de acuerdo con que la pandemia fue importante en términos de avances tecnológicos, pero que la tecnología por sí sola no puede ser la que transforme las dinámicas del sistema financiero. “La pandemia ayudó a apalancar la tecnología en los procesos operativos del sistema financiero, pero una barrera sigue siendo el reconocimiento de los beneficios de esa tecnología y cómo usarlos. Podemos llegar con un buen producto, pero si la gente no sabe cómo usarlo, no estamos haciendo nada”.
Para avanzar, explica que debe hacerse un esfuerzo colectivo desde el sector financiero, “desde lo público y desde las organizaciones que trabajamos por la inclusión financiera para hacer capacitación en educación financiera, solo así lograremos que esa inclusión sea efectiva y responsable”.
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En el proceso deben diferenciarse los públicos que atiende el sistema financiero y los que todavía no hacen parte de él, así como sus necesidades. “Se deben tener en cuenta las necesidades diferenciadas, entre hombres y mujeres, entre lo rural y lo urbano, entre quienes están en el sistema financiero tradicional o de las microfinanzas para proveer las soluciones que de verdad impacten su economía.”
La empresaria indica que la responsabilidad del Estado, además de proveer la conectividad, es promover una alianza para aportar conocimiento y adaptar los servicios y productos no financieros a las necesidades de la población. “Necesitamos un apoyo del Gobierno en términos de regulación, que se tengan en cuenta las necesidades de las personas que todavía no están incluidas financieramente y que el enfoque de género sea prioritario”.
Explica que tener en cuenta las diferencias de género es un paso “para que, en esa regulación, en la propuesta de políticas públicas que impacten el sector financiero, permita acercarlas desde las necesidades diferenciadas que pueden tener, como acceder a un primer crédito para que pueda pasar de las microfinanzas a la banca tradicional. También se debe promover el ahorro para poder romper los círculos de pobreza”.
Camila Escobar
“Desde 2017 trabajamos en el programa Mujeres Cafeteras para promover el empoderamiento social y económico de las mujeres caficultoras a través de la comercialización de su café. Este programa cuenta con más de 800 mujeres en asociaciones y se vende no solo en Colombia, sino en varios países donde tenemos operación”, explica Camila Escobar sobre su trabajo en Procafecol (Juan Valdez) para incentivar la participación de las mujeres en un sector donde esta es minoritaria.
De acuerdo con el presidente del Comité Directivo de la Federación Nacional de Cafeteros, Luis Javier Trujillo Buitrago, las caficultoras reciben una remuneración 34,5 puntos porcentuales menos que los hombres y su participación en los espacios de decisión del gremio es baja: solamente el 24 % de los miembros de los comités municipales son mujeres y en los comités departamentales el porcentaje solo es del 15 %.
Si bien en la operación de Juan Valdez el 66 % de su fuerza laboral es femenina, Escobar le apuesta a seguir mejorando en inclusión y en participación en espacios de liderazgo donde todavía no alcanzan la paridad. “Desde el año pasado tenemos una política interna de inclusión que permea todos los niveles de la empresa y ayuda a que haya mayor representación en todos los campos, principalmente en los espacios de liderazgo y toma de decisiones”, dice Escobar.
A pesar de no sentirse excluida de los espacios de liderazgo en su carrera, principalmente, según explica, por la calidad humana de las personas con las que ha trabajado, Escobar es consciente de las brechas que permanecen en el sector y por eso parte de su labor es generar espacios para cerrarlas. “Creo que mientras las mujeres no estén en una posición que les permita tomar decisiones, no vamos a poder pensar que en Colombia hay equidad. Soy una abanderada para que este cambio pase y no solo en beneficio de las mujeres, sino de la sociedad, porque la participación de las mujeres genera valor, una mirada más amplia, se enriquecen los procesos, hay mayor productividad, mayor retención de talento”.
En el camino de buscar herramientas que permitan una mayor inclusión, Escobar lidera programas en materia financiera que han beneficiado a alrededor de 150 mujeres de áreas rurales de forma remota y que ha ido evolucionando para que puedan capacitarse sin requerir conexión a internet todo el tiempo, dadas las dificultades de acceso que hay en zonas rurales.
También ha visto la necesidad de la tecnología para potenciar el cambio generacional que requiere el agro. “Buscamos fortalecer y visibilizar el liderazgo de jóvenes caficultoras en diferentes regiones de Colombia, muchas de las cuales han sido afectadas por la violencia y la exclusión. 120 jóvenes han participado en un proceso donde a través de la tecnología acercamos al consumidor con el origen del producto y donde, con aliados estratégicos como Microsoft, se pretende desarrollar capacidades digitales básicas y de emprendimiento”.
La transformación tecnológica, como cuenta Escobar, les ha permitido avanzar en procesos internos para lograr una forma de trabajar mucho más ágil, superando una operación que antes era tradicional. La relación con sus clientes y su plan de expansión en el mundo también han significado un avance tecnológico. “En los canales de atención llegamos a unos que son 100 % digitales y los que no son digitales se favorecen de la tecnología, como el sistema de domicilios, por ejemplo”.