“Que se ratifique el Acuerdo de Escazú”: petición de lideresa ante la CEPAL
La lideresa Leonor Zalabata también pidió que se verifique el cumplimiento del Acuerdo de paz para así proteger a las lideresas.
Durante la 62 Reunión de la Mesa Directiva de la Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, Leonor Zalabata Torres, defensora de Derechos Humanos, perteneciente a la Confederación Indígena Tayrona y a la Organización del Pueblo Arhuaco intervino en nombre de las mujeres indígenas del país para pedir atención sobre la necesidad de que el gobierno ratifique los acuerdos de Escazú y que los países miembros de la CEPAL prioricen la implementación del Acuerdo de Paz en Colombia para garantizar la permanencia de los pueblos indígenas en su territorio.
“Un factor que hoy en día nos tiene en graves situaciones es la no implementación de los acuerdos de paz que a pesar de que los respaldamos no están siendo implementados, especialmente el punto uno que tiene que ver con el territorio y con la reforma rural integral. Esto ha significado los vacíos en los territorios por parte del estado, ha dado lugar al reacomodo armado, el incremento de los cultivos de uso ilícito y, por tanto, las grandes extensiones de deforestación ambiental en territorios nativos, y en donde los pueblos indígenas estamos encargados de la conservación”, añadió Zalabata.
Este evento, organizado por la CEPAL y ONU Mujeres, en cabeza de la ministra de la Mujer y la Equidad de Género de Chile, Mónica Zalaquett, mujeres, académicas, expertas y organismos defensores de las mujeres de los países de América Latina y el Caribe prepararon lo que será la XV Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe en Argentina, en noviembre de este año, que se centrará en “La sociedad del cuidado: horizonte para una recuperación sostenible con igualdad de género”.
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Además, se conversó en torno a la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas en el contexto de las políticas y programas relativos al cambio climático, el medioambiente y la reducción del riesgo de desastres. Al respecto, la lideresa colombiana hizo énfasis en la importancia de que el Congreso ratifique el Acuerdo de Escazú que obliga a los gobiernos a proteger a los defensores del medioambiente, pues sin esto es imposible avanzar en materia de igualdad para los defensores y las defensoras.
En el 2020, 65 de los 277 asesinatos de ambientalistas en el mundo fueron en Colombia, lo que deja al país por segundo año consecutivo como el más peligroso para los líderes ambientales según la organización Global Witness. Sobre esta violencia, Zalabata comentó que “en Colombia ser defensor es un riesgo y no podemos pagar con nuestras vidas. Aquí se tiene que generar una acción de protección, por eso para nosotras es muy importante que en las próximas conferencias se trate este asunto y que se dé especial seguimiento a Colombia en cómo se protegen los derechos de defensores ambientales, que se ratifique el Acuerdo de Escazú porque esto es clave para la participación de las mujeres indígenas”.
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Sumada a la protección de los ambientalistas, la lideresa también explicó que son necesarias estrategias, escuelas formativas en todos los niveles para que las mujeres indígenas tengan elementos de monitoreo, de gobernanza y de georreferenciación para poder hacer seguimiento al impacto de las políticas en los territorios y participar activamente en las mismas. “Requerimos también la protección de los conocimientos ancestrales desde la visión de las mujeres donde podamos fortalecer la participación con información para hacer parte de esa gobernanza ambiental”, puntualizó.
En el encuentro también se habló sobre los retos que han enfrentado las mujeres en el proceso de reactivación económica de los países y se instó a promover políticas públicas que garanticen un desarrollo sostenible basado en la igualdad de género, los derechos y la autonomía de las mujeres.
“Necesitamos un viraje urgente en el estilo de desarrollo para avanzar hacia una sociedad del cuidado en la que se reconozca la interdependencia entre las personas y el medio ambiente; la interdependencia entre los procesos productivos y la sociedad; y que ponga la sostenibilidad de la vida humana y del planeta en el centro”, afirmó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL y explicó que las medidas a las que haya lugar no pueden encaminarse a una normalidad con las desigualdades del pasado y que no tengan una perspectiva de género.
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Para lograr esto último, las directivas de la Mesa reiteraron un llamado a incorporar sistemas integrales de cuidado para lograr la plena participación de las mujeres en sectores estratégicos de la economía, de forma que haya una recuperación económica con igualdad de género y, que los gobiernos de la CEPAL se sumen a la Alianza Global por los Cuidados, presentada el año pasado por México y ONU Mujeres.
“Estos elementos permitirán la construcción de sociedades más justas e igualitarias, con mejores condiciones de hacer frente a los desafíos presentes y futuros. Me parece fundamental resaltar que la creación de sistemas integrales de cuidados puede convertirse en un verdadero motor de la recuperación socioeconómica de la región, que no deje a nadie atrás”, concluyó María-Noel Vaeza, directora regional para las Américas y el Caribe de ONU Mujeres.
Durante la 62 Reunión de la Mesa Directiva de la Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, Leonor Zalabata Torres, defensora de Derechos Humanos, perteneciente a la Confederación Indígena Tayrona y a la Organización del Pueblo Arhuaco intervino en nombre de las mujeres indígenas del país para pedir atención sobre la necesidad de que el gobierno ratifique los acuerdos de Escazú y que los países miembros de la CEPAL prioricen la implementación del Acuerdo de Paz en Colombia para garantizar la permanencia de los pueblos indígenas en su territorio.
“Un factor que hoy en día nos tiene en graves situaciones es la no implementación de los acuerdos de paz que a pesar de que los respaldamos no están siendo implementados, especialmente el punto uno que tiene que ver con el territorio y con la reforma rural integral. Esto ha significado los vacíos en los territorios por parte del estado, ha dado lugar al reacomodo armado, el incremento de los cultivos de uso ilícito y, por tanto, las grandes extensiones de deforestación ambiental en territorios nativos, y en donde los pueblos indígenas estamos encargados de la conservación”, añadió Zalabata.
Este evento, organizado por la CEPAL y ONU Mujeres, en cabeza de la ministra de la Mujer y la Equidad de Género de Chile, Mónica Zalaquett, mujeres, académicas, expertas y organismos defensores de las mujeres de los países de América Latina y el Caribe prepararon lo que será la XV Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe en Argentina, en noviembre de este año, que se centrará en “La sociedad del cuidado: horizonte para una recuperación sostenible con igualdad de género”.
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Además, se conversó en torno a la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas en el contexto de las políticas y programas relativos al cambio climático, el medioambiente y la reducción del riesgo de desastres. Al respecto, la lideresa colombiana hizo énfasis en la importancia de que el Congreso ratifique el Acuerdo de Escazú que obliga a los gobiernos a proteger a los defensores del medioambiente, pues sin esto es imposible avanzar en materia de igualdad para los defensores y las defensoras.
En el 2020, 65 de los 277 asesinatos de ambientalistas en el mundo fueron en Colombia, lo que deja al país por segundo año consecutivo como el más peligroso para los líderes ambientales según la organización Global Witness. Sobre esta violencia, Zalabata comentó que “en Colombia ser defensor es un riesgo y no podemos pagar con nuestras vidas. Aquí se tiene que generar una acción de protección, por eso para nosotras es muy importante que en las próximas conferencias se trate este asunto y que se dé especial seguimiento a Colombia en cómo se protegen los derechos de defensores ambientales, que se ratifique el Acuerdo de Escazú porque esto es clave para la participación de las mujeres indígenas”.
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Sumada a la protección de los ambientalistas, la lideresa también explicó que son necesarias estrategias, escuelas formativas en todos los niveles para que las mujeres indígenas tengan elementos de monitoreo, de gobernanza y de georreferenciación para poder hacer seguimiento al impacto de las políticas en los territorios y participar activamente en las mismas. “Requerimos también la protección de los conocimientos ancestrales desde la visión de las mujeres donde podamos fortalecer la participación con información para hacer parte de esa gobernanza ambiental”, puntualizó.
En el encuentro también se habló sobre los retos que han enfrentado las mujeres en el proceso de reactivación económica de los países y se instó a promover políticas públicas que garanticen un desarrollo sostenible basado en la igualdad de género, los derechos y la autonomía de las mujeres.
“Necesitamos un viraje urgente en el estilo de desarrollo para avanzar hacia una sociedad del cuidado en la que se reconozca la interdependencia entre las personas y el medio ambiente; la interdependencia entre los procesos productivos y la sociedad; y que ponga la sostenibilidad de la vida humana y del planeta en el centro”, afirmó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL y explicó que las medidas a las que haya lugar no pueden encaminarse a una normalidad con las desigualdades del pasado y que no tengan una perspectiva de género.
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Para lograr esto último, las directivas de la Mesa reiteraron un llamado a incorporar sistemas integrales de cuidado para lograr la plena participación de las mujeres en sectores estratégicos de la economía, de forma que haya una recuperación económica con igualdad de género y, que los gobiernos de la CEPAL se sumen a la Alianza Global por los Cuidados, presentada el año pasado por México y ONU Mujeres.
“Estos elementos permitirán la construcción de sociedades más justas e igualitarias, con mejores condiciones de hacer frente a los desafíos presentes y futuros. Me parece fundamental resaltar que la creación de sistemas integrales de cuidados puede convertirse en un verdadero motor de la recuperación socioeconómica de la región, que no deje a nadie atrás”, concluyó María-Noel Vaeza, directora regional para las Américas y el Caribe de ONU Mujeres.