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Bajo la primera administración del reelecto presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump la salud reproductiva y sexual de las mujeres retrocedió tras la revocación del derecho constitucional al aborto en junio de 2022 por parte de la Corte Suprema de Justicia. Con su reelección, el panorama no pinta mejor para la causa del derecho a decidir.
La anulación del fallo de Roe vs. Wade (1973), que amparaba el derecho al aborto a nivel federal, ha ocasionado que 17 estados, principalmente en el sur y el medio oeste, hayan prohibido o restringido el aborto por completo.
“Fui orgullosamente la persona responsable del fin de algo que todos los juristas, que ambas partes querían y de hecho exigieron que se pusiera fin, Roe vs. Wade. (...) Ahora que el aborto es una decisión legal en manos de los estados, es allí donde debe permanecer, mediante votación o legislación local”, comentó Donald Trump en su campaña presidencial de 2024.
A partir del 5 de septiembre de 2023, 33 estados en EE. UU. criminalizan el aborto en ciertas circunstancias. Además de los 17 estados que consideran un delito grave realizar un aborto, en cualquier etapa del embarazo, hay 4 que imponen penas por abortos después de las 6 semanas. Las sanciones incluyen cadena perpetua y multas de hasta USD $100.000.
La campaña de Trump también ha sido relacionada con el llamado Proyecto 2025, que busca ampliar las restricciones al aborto. Este plan propone revocar la aprobación de medicamentos abortivos, permitir que hospitales nieguen atención de emergencia y criminalizar el envío de píldoras abortivas.
Esta propuesta también busca implementar un sistema de vigilancia sobre los abortos, lo que dificultaría el acceso a anticonceptivos y otros servicios reproductivos. A su vez, incluye la implementación de la ley “gag”, que se traduce como “mordaza”; esta prohibiría el financiamiento a organizaciones que brindan servicios e información sobre el aborto.
Y es que Kamala Harris, candidata a la presidencia, había propuesto en su campaña electoral implementar medidas para proteger los derechos reproductivos y la seguridad de las mujeres en EE. UU..
La demócrata también se había comprometido a bloquear cualquier intento de prohibición federal del aborto y defienda el derecho de los proveedores de salud reproductiva a trabajar sin obstáculos legales.
Por ello, múltiples organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres han reaccionado y comunicado sobre algunas estrategias para enfrentar las amenazas a estos derechos ante la reelección de Donald Trump y su postura sobre el tema.
Desaprobación e inconformidad
A pesar de que solo ha transcurrido un día desde el anuncio de la victoria de Donald Trump a la presidencia, varias organizaciones, colectivos y líderes han expresado su postura y críticas, incluso antes de que se confirmara el resultado, especialmente en relación con los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.
En la mañana del 6 de noviembre, el Centro de Derechos Reproductivos de Estados Unidos se dirigió al público con la siguiente declaración: “Tanto en el frente interno como en el internacional, una agenda antiderechos pone en riesgo los avances logrados en materia de igualdad de género, derechos reproductivos y acceso a la atención sanitaria”.
Nancy Northup, presidenta y directora ejecutiva del Centro de Derechos Reproductivos aseguró, que “el daño causado por la primera administración Trump incluye una crisis de salud reproductiva que ha llevado a la muerte de numerosas mujeres”.
Otra reacción frente a las políticas de Trump sobre los derechos reproductivos proviene de la organización Women’s Reproductive Rights Assistance Project (Wrrap), que rechaza la revocación de Roe vs. Wade y se compromete a seguir luchando por restaurar el acceso al aborto.
Wrrap destaca que las restricciones afectan de manera desproporcionada a las comunidades vulnerables, como personas pobres, jóvenes, trans, negras, indígenas y personas de color en general, y que estas medidas agravan la crisis de salud pública en EE. UU.. Asimismo critican la eliminación de excepciones por violación y riesgo para la vida de la persona.
La Organización Nacional de Mujeres (NOW), en su momento, también reaccionó con tras la anulación de Roe vs. Wade por parte de la Corte Suprema de EE. UU, impulsada por el mandatario de la Casa Blanca.
Ante este revés en la posibilidad de que las mujeres puedan tomar decisiones sobre su propio cuerpo sin que se considere un acto ilícito, NOW reafirmó su compromiso con la lucha por el acceso al aborto legal y seguro, la anticoncepción y la educación en salud reproductiva. La organización también expresó su oposición a las leyes que buscan restringir la libertad reproductiva.
El rechazo se ha visto desde sujetos y entes internacionales como la diputada al Parlamento Europeo, Irene Montero, que critica el progresismo que elige soluciones de “mal menor”, sugiriendo que al renunciar al feminismo y no fortalecer los servicios públicos se facilita el avance del machismo.
La diputada también afirma que estas posturas permiten que políticas regresivas, como las de Trump, prevalezcan y afecten negativamente a los derechos de las mujeres.
Las estrategias en pro de la salud sexual y reproductiva
“Lucharemos contra cualquier esfuerzo por aprobar una prohibición nacional del aborto y desmantelar las protecciones internacionales para los derechos reproductivos”, aseguró Nancy Northup.
En este esfuerzo el Centro de Derechos Reproductivos, junto con sus socios y su red global de trabajo voluntario, usará su experiencia en leyes y políticas para oponerse a los intentos de limitar los derechos reproductivos y defender las libertades en este ámbito con una coalición de más de 2.000 abogados.
NOW propone varias acciones para restaurar el acceso al aborto y a los derechos reproductivos. Se enfoca en contactar al Congreso para apoyar leyes clave, como la Ley de Protección de la Salud de la Mujer, y levantar restricciones para el aborto con medicamentos. También insta a derogar enmiendas discriminatorias y aumentar la financiación para servicios de planificación familiar y anticoncepción.
A nivel local, la Organización Nacional de Mujeres sugiere organizar o unirse a manifestaciones, compartir contenido en redes sociales en fechas clave y escribir cartas de apoyo a los derechos reproductivos.
Para garantizar el derecho al aborto en Estados Unidos la Comisión Interamericana de Derechos Humanos afirma se deben eliminar las sanciones a quienes brinden o apoyen el servicio, proteger la confidencialidad de las pacientes y asegurar el acceso a información precisa sobre anticonceptivos y abortos.
La salud reproductiva es crucial, ya que si se restringe o se impide el acceso al aborto seguro y legal, se pueden violar otros derechos humanos clave, como el derecho a la vida, la salud, la igualdad, la privacidad y la autonomía.
Según Human Rights Watch, los países deben respetar y proteger estos derechos, los cuales están respaldados por tratados internacionales como la Declaración Universal de Derechos Humanos y la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer.