Katherine Vélez y Ernesto Benjumea
Cuando se habla con Katherine Vélez, a quien vemos como la mamá de Gaviota en Café, y Ernesto Benjumea, es inevitable el humor. Las respuestas a las preguntas están permeadas por comentarios divertidos. ¿Cuál es el secreto para estar tanto tiempo juntos y ser un matrimonio feliz? Es la primera interrogación y ella responde “Benjumea, te dejo espacio para que hables bien de mí”. “La clave es que Vélez se consiguió una gran persona”, concluye Ernesto entre risas. “Ha habido una mezcla que nos ha permitido estar mucho tiempo juntos en casa y lejos, como ocurre ahora que ella graba Café, eso, una combinación de admiración mutua y estar de acuerdo en lo importante”, considera él que ha sido clave. “Ha habido de todo en este tiempo y hay fortalezas que nos han permitido superar los obstáculos que tiene cualquier pareja normal. Ernesto acaba de decir algo que para mí ha sido vital y es mi admiración por lo que él hace y eso es una buena base para tener una relación”, complementa ella.
Y ya se evidenció que el sentido del humor ha sido vital. “Ernesto es el ser humano con el que más sonrío en el día y eso es una suerte”, comienza ella. “Cuando pienso en la Vélez y eso sucede varias veces al día pienso en ella sonriendo y eso ha dio un elemento fundamental”.
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DEL SET AL ALTAR
Ernesto y Katherine, quien actualmente está al aire como la mamá de Gaviota en Café, se vieron por primera vez hace 25 años en el set de La otra mitad del sol. Luego, en Hombres, donde él era Tomás, uno de los protagonistas. “Ahí el personaje de ella llegaba a mitad de la historia a volver nada al pobre Tomás y en la vida real también fue así”, recuerda él.
Tras un romance, vendría la boda y luego la llegada de Antonia, la hija que está en México estudiando dirección. La pareja ha coincidido varias veces en el trabajo, no solo porque son llamados sino por voluntad propia. “Disfrutamos el trabajar juntos, aunque no siempre haya puntos de encuentro, pero sabemos que es necesario llegar a acuerdos y si no es así, entendemos que contamos con el otro. Casi siempre nos encontramos y siempre es grato trabajar juntos”, dice Katherine.
También han trabajado en la obra La invitación, del Teatro Nacional, un texto que ella demoró tres años en escribir y le entregó a su marido para dirigir. “Se puso a disposición para ser dirigida y hemos salido adelante porque sabemos que profesionalmente lo que manda es la obra”. Los dos producen y actúan en la pieza que entre acuerdos y desacuerdos sacaron adelante. “También en la vida se trata de saber entrar en conflicto, no solo como pareja, sino como país tenemos que manejar eso, el no estar de acuerdo, es parte de la vida”, comenta Ernesto. “Hemos tenido nuestras discusiones, no sé si a todo el mundo le pasa, pero hemos tenido que lidiar con eso en varias ocasiones”, finaliza Katherine dejando en claro que son una pareja común y corriente.
Fotos cortesía artistas