Ana María Trujillo revela que tuvo depresión al separarse: “estuve hospitalizada”
La actriz y presentadora narró una de las etapas más difíciles de su vida, al tiempo que contó cómo logró salir adelante y hoy es amiga de su ex.
Por Redacción Vea
13 de noviembre de 2024
La actriz Ana María Trujillo, a quien recientemente vimos en el rol estelar de ‘Pedro el escamoso, más escamoso que nunca’, actualmente está felizmente casada con su esposo Juan Francisco Arata. Su historia de amor es ampliamente conocida.
Ella estaba trabajando en el noticiero CM& cuando la también ex reina y presentadora llegó a Cartagena a preparar unos informes y allí conoció al geólogo y empresario venezolano del petróleo, Arata. Él quedó flechado con la reportera, pero Ana María no le puso mayor cuidado.
No obstante, él insistió e insistió, hasta que ella aceptó salir con él y poco a poco, la conquista se fue dando. Llevan nueve años de casados y residen en República Dominicana. Trujillo viaja al país cuando sus compromisos laborales se lo exigen. En sus entrevistas siempre deja en evidencia que en el petrolero encontró al compañero perfecto.
Ana María Trujillo sufrió bastante al divorciarse de hermano de Manolo Cardona
Sin embargo, antes de esta sólida relación Trujillo estuvo casada con Francisco Cardona, hermano del actor Manolo Cardona. Francisco es el padre hijas Catalina y Julieta, las hijas que tuvo con Trujillo.
Sigue a la Revista Vea en WhatsAppLa pareja, que se separó cuando Julieta tenía 11 meses de nacida, hoy tiene 17; y Catalina , hoy de 24, tenía 7 años, fue noticia al divorciarse y hoy sostienen una relación cordial. No obstante, al principio la situación no fue tan sencilla ni amable.
La misma Ana María detalló en conversación con Laura Acuña, en ‘La Sala de Laura’, cómo fue aquel tiempo, donde cuenta que sufrió bastante hasta llegar a la depresión.
“Me dio una depresión horrible Julieta mi hija tenía 11 meses de nacida, me medicaron… Cata tenía 7 (años) cuando se enteró y empezó con un tic en la nariz, fui al colegio hable con la psicóloga”, mencionó la actriz de aquel tiempo en que se vio bastante afectada por el fracaso matrimonial. Detalló que su hija pequeña “Juli se acostumbró a no tener papá en la casa”.
Luego indicó que no fue realmente por la tusa de la ruptura sentimental que se afectó bastante, sino porque se dio cuenta que sus planes y la vida que había proyectado se había venido abajo. “No era tanto la tusa … me había querido casar para toda la vida, no tendría viajes juntos… me cambió toda la película, más que el dolor de él, me cambió la película del futuro”.
La depresión llevó a Ana María Trujillo al hospital
“Estuve hasta hospitalizada cinco días por depresión, me medicaron”, recordó en la charla, pero también rememoró que halló en el trabajo una manera de salir adelante. “Salí adelante, gracias a Dios me empezaron a llegar de trabajo una cantidad de oportunidades, no es que si me estaban haciendo el favor o si me merecía los papeles”, mencionó y recordó que hubo una novela en particular que le permitió seguir sanando. “Hice una novela (con la ) que hice catarsis y tenía dos hijas mujeres… había textos que no sabía si lo decía en grabaciones o si en la vida real”.
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Destacó que además del trabajo contó con el apoyo “de mis papás, mis hijas, mis hermanas, mis amigos todo”. Cuando Acuña le indagó si alguien moría de amor, Trujillo recordó con humor. “Si yo no me morí de amor nadie se muere, hoy en día me da risa que haya estado casado con Francisco, no porque no lo vea sino porque somos opuestos, lo amo, amo a Daniela Pinedo, su esposa y no dejo que hablen mal de Daniela, ni mis hijas, porque mis hijas no son peritas en dulce”, mencionó la actriz sobre la amistad inquebrantable que hoy tiene con el padre de sus hijas, incluso es muy amiga también de (Laura) la mamá de Daniela, la esposa de su ex, tanto que cuando va a Dominicana se queda en su casa.
Trujillo ahondó en su proceso y admitió que los primeros meses fueron difíciles, pero ella reflexionó sobre sí misma y en adelante, cambió todo su panorama y obró de distinta manera. Pasaron dos años para que todo se transformara.
“Yo lloraba, trabajaba. Llega un momento en que dije, y quiero que lo oigan muchas mujeres. (Dije) ¿me voy a joder mi vida… a dañar por un hombre, por un ser humano? no puedo creer que esté haciéndome este daño’”, estas reflexiones le permitieron empezar de cero.
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