Hace dos años Jennifer López y Ben Affleck vivían uno de los días más felices de sus vidas. En medio de una ceremonia íntima y con pocos asistentes se casaban, dando final feliz a una historia de amor, que había empezado 19 años antes y que se había truncado.
La pareja, conocida en ese entonces como Bennifer, tuvo una nueva boda unos meses después, el 20 de agosto, cuando se casaron en una ceremonia pomposa en la casa de él en Georgia.
Sigue a la Revista Vea en WhatsAppHoy la situación es bien distinta. La celebración de dos años de matrimonio estuvo marcada por la distancia. JLo estuvo en Los Hamptons, a bordo de un convertible Mercedes-Benz junto a su mánager Benny Medina y horas antes estuvo departiendo con la hija de su marido, Violet. Ben por su parte, no salió de California y acudió a su oficina a trabajar, de manera normal.
Aunque los dos siguen luciendo sus argollas de matrimonio y no dan declaraciones es más que obvio que no están en su mejor momento.
Ben Affleck le sigue la corriente a Jennifer
El aniversario ha coincidido con nuevas revelaciones que ha sacado a la luz la revista People. Ha trascendido que el problema del famoso matrimonio no es que Ben esté incómodo con la fama de su mujer o le moleste que ella exponga sus vidas en las redes y él prefiera un perfil más discreto. “Hay problemas mucho más profundos” dijo una fuente no identificada a la famosa revista.
De otro lado, otra persona cercana a la pareja contó para ‘In touch’, el mismo medio que diera la exclusiva de la crisis de los actores al mundo, que Ben no quiere provocar la ira o la molestia de Jennifer, por lo cual “le sigue la corriente”, a pesar de que en realidad, ya quiere estar lejos de ella. De ahí que decidiera mudarse de la casa que compartían y que compraron en 60 millones de dólares.
Affleck estaría ahora preocupado porque sabe que ella se va a molestar bastante o incluso caer en gran tristeza, cuando todo salga a la luz y sea público que la ruptura es inminente. “Sabía que sería difícil para ella, pero cuanto más tiempo ha pasado, más miedo tiene de cómo va a reaccionar una vez que se haya hecho oficialmente”, mencionó la fuente consultada.
La razón por la cual aún usan sus anillos también sería por darle gusto a Jennifer. “Hasta que el divorcio sea definitivo, ella quiere que él use el anillo y siga actuando como un hombre casado. Ben está pasando tanto tiempo lejos de ella como puede porque simplemente no quiere lidiar con otra pelea. Camina con pies de plomo y nunca sabe cuándo ella va a estallar”, mencionó.
Por ahora, los seguidores de la pareja y la prensa aguardan al próximo 24 de julio, que ella cumple 54 años, para saber si celebrarán juntos o nuevamente estarán distantes.