Bernardo García, el actor que venció la leucemia, ahora ‘vive’ de las pesadillas
El actor, hijo de dos monstruos de la actuación, regresa a escena en el recinto donde debutó, con una pieza que le ha permitido seguir sanando interiormente. El cáncer lo cambió.
Por Luz Alexi Castillo
14 de noviembre de 2024
Ser hijo de actores destacados y dedicarse a la interpretación sugiere de alguna manera, una alta exigencia en el desempeño. Bernardo García, considerado uno de los mejores actores que tiene el país con un basta experiencia en teatro, cine y televisión ha cumplido a cabalidad esa expectativa, al ser hijo de Maguso y Fernando García, quien también fue un reconocido director de teatro.
Bernardo ha sumado el talento a una disciplina férrea, que le ha permitido también dirigir y ser maestro de actuación. Ahora este bogotano de 47 años, está en temporada de una obra, para nada convencional, con motivo de los 30 años de la Casa del Teatro, del Teatro Nacional, el recinto que se ocupa de mostrar piezas vanguardistas y rompedoras, no solo en contenido, sino en su formato.
Se trata de ‘La señorita X’, una obra inédita donde García representa nueve personajes, en medio de una trama que pone en escena una gran pesadilla, que vive el personaje de su colega Xiomara Galeano, quien también coescribió la pieza, junto a Carlos Ruge. “Se llama así (Señorita X) porque es una es una historia que puede ocurrirle a cualquier mujer, a cualquier ser humano. Hay veces que nos involucramos en situaciones que no sabemos cómo se van a desarrollar. En este caso una fiesta algo que está destinado para que sea de entretenimiento, se convierte literalmente en un hecho que te cambia la vida” y aunque suene a una gran tragedia, de hecho lo es, también tiene tintes de comedia.
Y es que para Bernardo, considerado además uno de los mejores improvisadores de la interpretación, la vida es una combinación de estos dos géneros y por supuesto, el teatro no es ajeno a ello.
Sigue a la Revista Vea en WhatsApp“Interpreto a algunos de las personas que estuvieron con la protagonista de la obra en esta pesadilla. El chofer, el barman, unos amigos, porque a veces, cuando las personas caen en estas desgracias, ahí se definen las verdaderas amistades”, comentó el actor que curiosamente, también recordó que en la Casa del Teatro hizo su primera improvisación y por ende, el debut actoral. El montaje también echa mano de varios recursos audiovisuales y se convierte en una experiencia para el público, más allá de las tablas mismas.
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Bernardo García celebra la Casa del Teatro y su vida libre de cáncer
30 años después son solo celebra el lugar, también está celebrando la vida misma, que siente le dio una oportunidad más. Hace un año largo recibió el dictamen médico de que estaba libre de cáncer, en remisión, para usar el término que se estila, aunque él prefiere decir “estable” recordando el consejo que le dio un médico, en medio del tratamiento para vencer la enfermedad que los asustó.
“El ser humano tiene una extraña condición de valorar lo que tiene cuando está a punto de perderlo”, mencionó el actor que pensó perdería la vida, se llenó de temores, pero también de fuerza y lecciones. “Vivo mi vida con una esperanza moderada”, esa fue la sugerencia.
Y en medio de esa dura experiencia, que salió a flote cuando se hizo unos exámenes de rutina, para retirar un nódulo benigno que tenía, también quisimos saber si hubo algo de comicidad que hoy pueda ver desde la distancia que le da el tiempo, en medio de la tragedia, que comenzó el 5 de septiembre del 2022, cuando le dieron el diagnóstico, y terminó en el 2023, luego de tratamiento y un trasplante de médula, al que fue sometido en marzo. En el proceso estuvo hospitalizado y tuvo largas temporadas en la UCI y aislado.
¿Hubo comicidad en la tragedia del cáncer que enfrentó?
“Si, tenía que reírme mucho, porque si uno solo se mantiene en una emoción, yo creo que es antinatural. Yo creo que a lo largo del día estamos circulando por diversas emociones. En palabras de un literato francés maravilloso que se llama Henri Bergson, es bueno, él dice que la risa es el anestésico del corazón. Entonces, muchas veces la única manera que tenemos nosotros para lidiar con hechos traumáticos es el humor. Nos ayuda a entender cómo podemos encontrar vías que nos lleven a fortalecernos y aprender de ello”.
Alguna anécdota en particular...
“Muchas. Tengo claras las reacciones de la gente cuando iba a visitarme, porque eso me resultaba a muy particular, porque creo que no estamos educados para para entender la muerte. Entonces me llegaban con’ mira, te tengo un cuarzo’, ‘tienes que ir a conseguirte el veneno de una rana del Amazonas para que te lo pongan en una herida’, ‘Encomiendate a este o a aquel’. Pero a veces también eran esas caras como de que te ponen la lápida antes de tiempo. Si somos orgánicos, todos vamos a nacer, crecer, pagarle a la Dian y morir. Y yo hallaba cierta comicidad en esa incomodidad que ellos sentían”.
¿Se divertía?
“Sí, claro. Recuerdo algo muy cÓmico. Yo estaba en la 631 el sexto piso del hospital San Ignacio, y escuchaba al vecino. Una vez bajamos porque nos tenían que hacer unos exámenes y él empezó a hablar de que el vecino era un actor y era todo mal geniado”.
¿Se refería a usted?
“Si claro”
O sea ¿era malgeniado, no era tan cómico?
“Como dice Robert: ‘Si tú ves la vida en Close Up, es un drama, pero si la ves en general, es una comedia’. Yo le hacía preguntas este señor y me decía: ‘de verdad que es de muy malgenio. Sí, sí, porque no le gusta que lo que le tienda la cama’… cosas así”. LO que me pareció divertido fue cuando llegamos a la habitación y a mí me meten en la 631 y él se da cuenta de que el actor era yo. Le dije ‘hasta luego, yo soy aquel’”.
Los momentos trágicos que padeció Bernardo García y las lecciones
El tinte de drama que experimentó el actor, es el que usualmente los pacientes viven en estos procesos. En tiempos de digitalidad, cayó en la tentación de entrar a los buscadores y revisar qué podría pasarle en el peor de los casos, qué tratamiento había, qué tan efectivos eran.
Para Bernardo, que estaba bastante pesimista sobre la situación llegó una especie de recuperación de la fe cuando cambió su punto de vista. “Cuando conversó mi ‘yo’ con mi ‘super yo’, y quiero verlo de una forma cómica”, concluyó: “no nos vamos a morir”.
El actor también asoció y mejoró la visión de sí mismo, teniendo en cuenta que en ocasiones el mal puede menguar o crecer con factores emocionales, en su caso trabajó el llamado ‘no merecimiento’. Hoy sabe que si le llaman maestro, lo merece y honro ese calificativo. En su proceso escribir ha resultado vital, como también la obra ‘La señorita X’ que le ha permitido sanar “porque también es la oportunidad de hablar del tema, de las pesadillas”, cuando se enfrentan tragedias como la suya.
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