Antes de su divorcio, Bill Gates tenía una imagen de ejecutivo de tecnología intachable.
Bill Gates renunció a la junta de Microsoft, el 13 de marzo de 2020, tres meses después de haber sido reelegido como su director. En su momento el magnate tecnológico dijo en un comunicado oficial que deseaba dedicarse de lleno al trabajo filantrópico en su Fundación Bill y Melinda Gates. Ahora se sabe que en realidad la situación era otra. Gates renunció por estar en medio de una investigación por comportamiento inadecuado, luego de saberse dentro de la junta que habría tenido romance por varios años con una de las ingenieras de la compañía. Para algunos, esta situación lo ubica como acosador e infiel. Un grupo de abogados estaba investigando al respecto y Bill decidió dimitir antes de que continuaran las pesquisas. Ya su junta había considerado inapropiado que siguiera siendo el líder ejecutivo de la firma.
Toda esta situación se desconocía por completo pero empezó a conocerse días después del anuncio de Bill y Melinda, que a comienzos de mayo, en el que daban por terminado su matrimonio de 27 años.
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Y es que a Bill, el divorcio le ha traído una especie de reacción en cadena que salpicó su imagen de nerd tecnológico. Se dijo que su esposa Melinda tenía bastantes reparos con el comportamiento de su ahora exmarido.
Uno de ellos sería la amistad que el millonario sostenía con el señalado depredador sexual Jeffrey Epstein, con quien se reunió en varias ocasiones. Incluso hay versiones que indican que Epstein, quien murió en prisión en extrañas circunstancias, le habría recomendado a Bill divorciarse. Otro reproche de Melinda era su apoyo incondicional a Michael Larson, el mejor amigo de Bill y quien manejaba sus finanzas. Recientemente The New York Times reveló en un informe que el administrador está acusado de mostrar a sus compañeros de trabajo fotos de mujeres desnudas y de hacer comentarios racistas contra un empleado. Se supo además, que varias empleadas presentaron sus quejas contra Larson al mismo Bill, que de alguna manera hizo oídos sordos. Naturalmente Larson niega todo.
Otro informe de The New York Times publicó que el fundador de Microsoft “desarrolló una reputación acerca de conductas cuestionables en ambientes de trabajo”, y que en varias ocasiones buscó relaciones con mujeres que trabajaban para su fundación o en Microsoft. Por ejemplo, en 2006, Bill estuvo en una presentación de una empleada de su compañía y ese mismo día le envió un correo electrónico para invitarla a cenar.
Obviamente, estas situaciones no eran ajenas para Melinda, quien por años lidió con los rumores, así que la profesional en informática comenzó los planes de separación y se asesoró jurídicamente desde 2019. Algunos medios aseguran que el divorcio se acordó muchos meses antes y que tenía una planeación estratégica, que incluía ser anunciado cuando Melinda estuviera en una isla con toda su familia, incluidos, naturalmente, sus hijos Jennifer, Phoebe y Rory, y lejos de los medios. Bill no fue invitado a este encuentro.
Se especula que Melinda ha preferido no tener más contacto con su exmarido, por lo menos por ahora. De todas formas, aunque se esté divorciando, la pareja se verá continuamente, pues lidera la fundación sin ánimo de lucro más grande del mundo. Ha donado más de 36 mil millones de dólares a lo largo de su existencia. La fortuna de los Gates está avaluada en 130.000 millones de dólares y aún no se sabe exactamente cuánto le tocará a cada uno.