Cuando Essined Aponte fue escogida para el rol de Victoria en ‘Escupiré sobre sus tumbas’ se enfrentó a un gran reto, ya que se trataba de una mujer casada, con hijos adolescentes que vivía un matrimonio infeliz y aunque es la proveedora del hogar, es violentada psicológicamente por un marido que no valora y la hace sentir culpable por su entrega al trabajo, entre otros aspectos. Victoria, al principio de la historia, está atrapada en un matrimonio que no la hace feliz, sin embargo, no encuentra la manera de salir de allí.
La actriz puertorriqueña, que no tiene hijos ni es casada, pronto se dio cuenta de que su personaje no eran tan alejado de una situación que ella misma vivió, cuando entró en una relación que ya no la hacía feliz y en cambio, sí la afectaba negativamente.
Sigue a la Revista Vea en WhatsAppEn grabaciones de la novela de Caracol, empezó una especie de catarsis por su pasado, pues sintió que estaba reviviendo situaciones que ya había vivido. “Yo le decía a Jason Jaick, el actor que hace de mi esposo, ‘yo he estado aquí, yo he estado en esta exacta discusión’”, recuerda la actriz que reconoció que era momento de ‘prestarle cosas mías al personaje porque en primera persona lo viví y ya habiendo salido de esa relación, ya tenía mucha conciencia de lo que había vivido”.
Con esa misma franqueza, Essined ahondó en charla con Vea, en esa situación, donde sitió que no solo fue violentada psicológicamente, resaltando que nunca hubo agresión física, pero que la emocional puede marcar más profundamente a un ser humano.
Essined reveló que fueron seis años los que duró con su novio, de quien prefirió no dar más detalles, que luego se convirtió en su prometido. Y aunque en principio, todo era muy armónico, con el tiempo la relación se tornó tóxica y los dos entraron en roles.
La actriz estuvo seis años en una relación malsana que la llevó a terapia
El exnovio de Essined Aponte la hacía sentir culpable de sus logros
“Yo vengo de un hogar donde se vivió mucha violencia doméstica de chiquita y yo conocía esa violencia, pero no sabía que existía una violencia, que a veces puede ser un poco más dañina o engañosa, que parece normal. Una que me hacía sentir culpable de mis propios éxitos, de mis logros. Y yo me hacía cada vez más chiquita porque me sentía mal por tener cosas y haberlas conseguido en cambio él. Y él me lo hacía sentir así”, contó la actriz que se hizo popular en nuestro país por su estelar en ‘La reina de Indias y el conquistador’, y que detalló que nunca entendió como fue que la situación evolucionó hasta llegar a donde llegó, solo fue consciente por completo “hasta que me separé”.
Admite que, a lo largo del tiempo, no vio señales de alertas que incluso llegó a romantizar pensando que él simplemente, la extrañaba o necesitaba.
“Eso es muy curioso, yo recuerdo una vez que estaba grabando y esa persona hizo 43 llamadas a la producción porque yo no contestaba y yo estaba a tres cuadras de mi casa y yo les decía (a la producción) ‘por favor llamen’. No me iba a hacer nada, yo lo sabía, él nunca fue una persona violenta”, recordó destacando que asumió el rol de victimaria sin notarlo y sentía consideración por él, porque se mostraba víctima, asunto que la llenaba de culpa y afán a ella, sin sospechar que en realidad estaban viviendo una situación malsana, que incluso afectó la salud de su exnovio. “Llegaba el sábado y se enfermaba. Yo me salía de casa y realmente se enfermaba. Ya cuando salí de esa relación, ya no sabía si sentir pena por mí, por lo que nos convertimos o porque él también tenía que estar sufriendo muchísimo”.
Aunque no puede precisar en qué momento la relación evolucionó a un asunto tan complejo, si recuerda que el hecho de que ella empezara a brillar afectó. “Estaba insatisfecho con su vida laboral y claro, esa insatisfacción la volcó en mí”.
Su llegada a Colombia, hace más de cuatro años, de alguna manera le hizo ver la realidad de la situación. “Yo estaba grabando ‘La reina de Indias y el conquistador’, y fue en una de las visitas de él que íbamos a cenar con productor, amigos y demás, y él no quería entender que debía ir, me decía que llevábamos tres meses sin vernos, y discutíamos porque no quería que fuera. Para esa época yo me iba a casar, estaba comprometida”.
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Fue entonces cuando consciente de que no era normal lo que vivía, quiso que tomaran terapia, pese a que también sentía que su llegada al país le había hecho ver que en realidad no estaba siendo feliz. “Aun así, yo quería llegar a arreglarlo y buscamos ayuda profesional”. Pero en vez de tener eco en él, hubo reclamos y reproches.
Lo que Essined Aponte descubrió en terapia
En terapia y reflexionando sobre su nexo emocional, la actriz comenzó a hacer descubrimientos que nunca imaginó y que nada tenían que ver con el amor. “Eso es lo curioso de la violencia psicológica. La gente no sabe que cuando hay violencia hay dos roles la víctima y el victimario. Y para para que una funcione, el otro funcione en su rol. Y de alguna manera, eso yo lo aprendí cuando empecé sesiones de psicología con mi psicóloga. Es que para que él fuera así, tuve que haberlo permitido. Es el círculo. Y se repite y se repite y se repite hasta que tú dices basta”.
Recuerda que hubo un momento en que procuró romper con ese círculo cuando unas amigas la invitaron a salir y él se enfermó para que ella no fuera. “No me importó y dije pues no, aquí están tus pastillitas, yo me voy con mis amigas a cenar. Y llamó 53 veces a mi amiga y mi amiga me dijo ‘no puedo más’. Y yo pues, ‘ni modo, me voy, chicas’. Yo misma terminaba cediendo”.
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Cuando la situación se hizo insostenible para Essined, que ya era mucho más consciente de la realidad, que él no podía percibir, trató de hacerse responsable de su parte. “Cuando empezamos el proceso de psicólogos de pareja, yo le dije ‘Perdón porque tienes toda la razón, tú me educaste, me creaste como relación, como pareja’. Le dije: ‘tú te acostumbraste a la mujer que llegaba a casa, que llamas y sale corriendo porque yo lo permitía’”.
Esa experiencia le dejó claro que cuando no se es feliz pero si presionado, es mejor salir de ese lugar, que la felicidad personal es algo demasiado preciado como para dejarlo en manos de un tercero y que sin importar con quien se relacione emocionalmente, no se separa de quien quiere y es necesario mantener un círculo de ayuda permanente.
“Es muy importante como mujer no separarnos de la familia, no separarnos de la gente que nos quiere. Llámense amiga, amigo, tía, tío, vecino. Siempre hay que tener una red de protección, siempre a donde correr. Cualquier violencia es bilateral, no podemos olvidarnos que la clave para mantener seguridad es tener grupo de apoyo con tu gente. No es que le cuentes tus cosas privadas, pero cuando existan esas lucecitas de alerta como eso de empezar a llamar 50 veces en cuestión de 30 minutos, darnos cuenta de que eso no es normal, no es amor, es violencia psicológica”.
Actualmente la actriz sostiene una relación sentimental con el también actor Emmanuel Esparza. Comenzaron a salir luego de ser amigos.