La famosa carta que Beatriz Pinzón lee en “Yo soy Betty la fea” es sin duda alguna el gran obstáculo que enfrenta el amor de Betty y Armando en la novela, creada por Fernando Gaitán. Aunque el romance presenta algunos peligros como la misma Marcela Valencia, los temores de Betty, las familias, todos ellos se quedan pequeños al lado de la desafortunada misiva.
La carta que Mario Calderón le deja a su amigo cuando se marcha a Palm Beach, Florida, deja al descubierto que todo fue un terrible plan para evitar que Betty pensara en apropiarse de Ecomoda. La carta menciona que los besos de Betty son terroríficos para Armando, que le hacía el amor por pesar y que ninguno de los detalles o notas que le dejó a su asistente en el escritorio, las había escrito él, sino su compinche, el práctico Calderón.
Sigue a la Revista Vea en WhatsAppTambién revelaba que al recuperar Ecomoda el plan era abandonar a Betty sin misericordia.
La cruel carta en Betty ¿fue un error?
En su momento, en el 2001, cuando surgió la carta, se hicieron encuestas sobre si una mujer debía o no perdonar ese grado de crueldad y burla a un hombre y la balanza no siempre se inclinó hacia el si. Por el contrario, muchas televidentes dijeron que no debía perdonarlo nunca. Aunque en ese momento de la historia, no había aparecido el francés, cuando hizo su arribo a la trama , muchos televidentes querían que Betty se quedara con él y no con Armando.
En una entrevista para la revista Entertaiment de Supercable, años después de ser emitida la novela por primera vez, que abordé a Fernando Gaitán por este tema. Quería saber si ante tanto rechazo hacia Armando, no sólo por parte de Betty, sino de los televidentes que no encontraban fácil perdonarle su canallada, se hubiera arrepentido de haber inventado semejante obstáculo entre los protagonistas.
Gaitán si tenía arrepentimientos, en realidad, tuvo varios en la novela. Pero sobre este en particular, fue sobre la dureza de la misma la que lamentó.
Declaró que había resultado más fuerte, cruel y perjudicial de lo planeado. Según el escritor, la maldad o fuerza del mencionado texto fue tal que resultó bastante complejo, un desafío muy grande, redimir al personaje de Armando, de ahí que después de que sale a la luz que Betty sabe del contenido de la cruel carta, Mendoza debe sufrir, padecer e incluso humillarse ampara lograr el perdón de Betty y así recuperar su amor.
Para el desaparecido escritor lo que salvaba a Mendoza, de alguna manera y le permitió redimirse fue el hecho de que él no escribió la misiva, sino su amigo.