Hermanos Gasca vivieron pesadilla con su padre: “Fue un golpe duro”

Martín Gasca es el padre de Juan Cebolla y Raúl, los hermanos Gasca, dueños de uno de los circos más reconocidos y queridos en Colombia, pues han visitado gran parte del territorio nacional durante décadas y su frase “después no digas que no te avisamos” también los ha vuelto muy populares.

Sin embargo, lejos de toda la fama que rodea a la familia, vivieron a finales de agosto un momento muy complicado, por cuenta de las graves complicaciones de salud que sufrió Martín y que lo llevaron a estar internado en una unidad de cuidado intensivo (UCI) en Cali.

En su momento, los hermanos Gasca contaron a sus seguidores que un edema pulmonar fue el responsable de poner en riesgo la vida de su padre. Esta afección se produce por una acumulación anormal de líquido en los pulmones, lo cual lleva a que se presenten serias dificultades para respirar.

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La pesadilla de los hermanos Gasca por la salud de Martín

Lo que no contaron en detalle aquella ocasión fue todo el drama que vivió la familia, pues llegó el momento en que su padre pensó en que se preparaba para despedirse eternamente. Así lo reveló Juan Cebolla en charla con el programa de entretenimiento Lo sé todo.

“Le revisaron el corazón y tenía varias arterias tapadas, entonces el médico nos dijo que era obligatorio y urgente operarlo. El 90 % del corazón no le funcionaba y estaba a punto de sufrir un paro cardiaco. Eso fue un golpe muy duro para nosotros porque nuestro padre es el ser más preciado que tenemos en nuestras vidas (...) Fue toda una semana llena de mucha incertidumbre y con el alma destrozada ¿Con qué ganas y ánimo vas tú y haces una función en el circo?”, contó el artista circense.

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Martín Gasca fue sometido a una operación a corazón abierto que duró 6 horas y la recuperación ha sido lenta y delicada, pero satisfactoria. No obstante, antes de entrar al quirófano el líder de los hermanos Gasca pensaba que ese podría ser su último día de vida, aun cuando tenía ganas de seguir luchando.

“Mi papá hizo algo que los doctores de la clínica no saben y es que vistió de enfermero a un notario para que entrara y firmarle los documentos de la herencia (...) Antes de entrar a operación llama a mi hermano, a Raúl, y le dice que debe salir de esta porque le faltan dos cosas en la vida: estrenar el apartamento con su esposa y verme hacer la cinco vueltas en el trapecio”, concluyó Juan Cebolla.