La interpretación de Margarita Galvis como ‘Lili Delgado’, en Padres e hijos, le regaló momentos inolvidables a muchas familias colombianas que todas las tardes se entretenían viendo la serie que duró al aire casi dos décadas. Hoy, la actriz sorprende con una nueva faceta, demostrando que su talento va más allá de la actuación.
¿Qué es de la vida de Margarita Galvis?
Margarita ha transformado su carrera del entretenimiento en una misión de desarrollo personal y empresarial. Como Comunicadora social y periodista de formación, encontró su verdadera pasión en contar historias desde múltiples perspectivas, así lo reveló en esta charla con Vea.
Sigue a la Revista Vea en WhatsApp“Mi primer amor fue la actuación, pero la actuación fue el camino para descubrir que amo contar historias, que es lo más importante para mí, no importa en qué formato, porque lo hago desde la actuación, lo puedo hacer desde la escritura, desde la producción audiovisual. Muchos no saben que yo soy Comunicadora social y periodista, y eso me ha ayudado a tener un perfil mucho más diverso en el que me puedo centrar en contar las historias como me salen del corazón y como quisiera que las personas se conectaran con la historia”.
¿Dejaste de actuar por enfocarte en la escritura y en la producción?
“Realmente yo nunca he dejado la actuación. Padres e hijos se terminó en el 2009, mi personaje permaneció hasta el 2007 porque yo terminé siendo la Directora General 3 años antes de que terminara y pues ahí no podía tener los dos roles. Después, en Mujeres al límite, también trabajé mucho frente a cámaras y escribía libretos. Esa es otra faceta que de pronto el público no sabe, pero yo soy libretista, me encanta escribir y porque es otra forma de contar historias.
Estuve en obras de teatro. Aunque no estoy en la pantalla, siempre estuve en mi oficio de la actuación. Adicional a eso, a mí me encanta enseñar y desde el 2004 desarrollé una academia de actuación a la que le llamé Estar Tocado”.
Actualmente, Margarita diversifica sus talentos a través de varios proyectos: un podcast llamado ‘Gente de luz encendida’, donde entrevista a mentores y profesores espirituales; contenido infantil donde actúa como un ángel de la guarda; y talleres de vocería para ejecutivos.
“Trabajamos para Caracol Televisión, para otras plataformas en hacerles todo lo que son los tráilers internacionales para venta en las ferias de contenido. Hemos trabajado para Netflix, HBO, Discovery Channel, Disney. Siempre he sido mentora de ejecutivos y líderes, en donde les doy talleres de vocería, enseñarles a hablar en los medios a tener una comunicación armónica y precisa”.
La artista ha conseguido transformar sus desafíos personales en una misión profesional, desarrollando contenidos que ayudan a otros a encontrar su propio camino hacia el autoconocimiento y el amor propio, sin abandonar nunca su pasión original por contar historias.
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El despertar de Margarita Galvis tras ‘Padres e hijos’
Su transformación más significativa llegó a los 40 años, cuando enfrentó un vacío personal que la llevó a cuestionar su relación con el amor propio. Aunque era querida por su familia y reconocida profesionalmente, Galvis descubrió que no se conocía a sí misma. Esta revelación coincidió con una crisis personal relacionada con su peso y la decisión de someterse a una manga gástrica.
“Yo estaba haciendo lo que yo había deseado desde muy pequeña, pero me faltaba algo, sentía como un vacío en mí y empecé a buscar todo lo que tiene que ver con el amor propio.
Ahí fue donde yo vi una brecha entre lo que yo quería hacer como profesión y oficio, y en lo que era como persona... yo sentí que estaba un poco vacía de mi propio amor. Aunque soy mamá de 2 hijos que ya están inmensos y que son dos profesionales, yo sentía que ellos me amaban, que todo el mundo me amaba, mi esposo, todos, pero yo no sentía amor, o sea, yo me sentía vacía, y encontré que mi vacío estaba en que yo misma no me amaba y que yo misma no me aceptaba. Y aunque era gordita y le decía, todo el mundo: ‘no, yo me siento bien siendo gorda y el que me quiera que me quiera así, si no, pues ni modo’.
Encontré que no era solamente ser gordita lo que me generaba que yo no me quisiera a mí misma, sino que encontré que yo no me conocía. Ahí empecé un autoconocimiento, enamorarme de mí y cuando ya me enamoré de mí, encontré que era más fácil amar a los otros y recibir ese amor. Así que ese fue el detonante para seguir mi línea profesional”.
Lili, de Padres e hijos
Margarita Galvis rompió la etiqueta de la ‘gordita graciosa’
“Yo había alcanzado todo lo que había querido porque trabajaba como actriz, escribía, aparte de eso, tenía un cargo en Colombiana de televisión de producción, pero no era feliz, yo creía que no era feliz porque no me dedicada 100% a la actuación.
Lo que hice fue buscar ser actriz en teatro, en otras cosas. Realmente era lo que los otros decían que yo era, pero ¿yo quién era? Cuando me empecé a engordar, todos empezaron a decirme que yo era una gordita graciosa, y yo les compré ese esa etiqueta. Entonces todos los personajes que me llamaban o que yo escribía, era poniéndolo como una gordita es graciosa, una gordita sufrida, todo lo que yo escribía estaba alrededor de la gordita.
Cuando yo empiezo a entender que mi gordura no iba porque era adicta a los dulces, sino por la falta que me hacía amarme a mí misma, entendí que el camino era otro. En algún momento el público se enteró, porque yo me hice la manga gástrica y me adelgacé”.
¿Te afectaban los comentarios sobre tu peso y la etiqueta que tenías?
“Me afectaba. Yo no era consciente de que me afectaba, yo lo aceptaba y compré esa idea. Yo creo que a muchos nos pasa, que nos quedamos con la percepción de los demás de nosotros o lo que esperan de nosotros. El productor general de Padres e hijos me dijo cuando yo entré: ‘es que Padres e hijos fue diseñada para que todos los personajes fueran bonitos, el único que no va a ser bonito es el suyo’. Y yo dije, ‘ay, gracias a Dios no soy bonita, voy a resaltar entre todos’. Con esa visión, yo en el fondo me sentía que no era bonita. Cuando me vi al espejo, veía entre comillas mi fealdad graciosa como parte de mi identidad que otro había decidido por mí”.
¿Eso te motivó a hacerte la manga gástrica?
“Resulta que mi pareja, que también era bastante gordito en esa época, se hizo la manga gástrica. Él se la hizo y bajó montón, quedó super flaco y yo seguía siendo gorda, muy gorda. Yo estaba llegando a los 100 kg y yo mido 1,55 y yo llegué a esa gordura porque también empecé con el lema ‘el que me quiera me tiene que querer como soy’. Cuando él se hizo la manga gástrica tuvimos una crisis de pareja porque yo empecé a sentir que él me iba a dejar de querer. Que él fuera gordo me daba la tranquilidad y también la comodidad que podíamos comer juntos, y que él estaba conforme que los dos fuéramos gordos.
Efectivamente, me hago la manga con esa necesidad de volver a conectar con estas cosas que tenía, pero en el proceso, aunque me adelgazo, sigo sintiendo el vacío. Y al sentir ese vacío y esa tristeza en el alma, hago terapia con una psicóloga y me enseña a verme que yo tenía cero amor por mí. Gracias a Dios me opero en la manga, pero a la vez empiezo todo mi proceso de aprendizaje, de autoconocimiento”.
Desde ese momento, la vida de Margarita cambió y no solo físicamente, también mental y laboralmente. Actualmente, la artista disfruta lo que hace y ha sido un ejemplo de superación para quienes, como ella, se han enfrentado a los estereotipos.