Desde muy joven, María Eugenia Penagos demostró un talento natural para la actuación. Inició en la televisión colombiana a los 15 años y, desde entonces, continúa cosechando éxitos en su carrera artística. No solamente es actriz, también ha sido una figura clave en la promoción de la cultura y el arte en Colombia.
En agosto pasado recibió el premio ‘Vida y obra’ de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte de Bogotá, un reconocimiento a sus 62 años de trayectoria artística. Aunque se ha alejado de la televisión, mantiene una intensa actividad en gestión cultural, apoyando a poetas, escritores y artistas plásticos.
Sigue a la Revista Vea en WhatsAppPenagos es recordada por Te quiero pecas, Los pecados de Inés de Hinojosa, Padres e hijos, Las trampas del amor, Amor en custodia, Niñas mal, Enfermeras, Operación Pacífico, entre otras producciones que la convirtieron en una de las actrices con mayor trayectoria del país.
¿Por qué María Eugenia Penagos no ha vuelto a la televisión?
Con más de seis décadas dedicadas a la actuación, María Eugenia Penagos ha dejado una huella imborrable en la televisión colombiana. Sin embargo, en los últimos años, su presencia en la pantalla chica ha sido cada vez menor. En esta entrevista con Vea, la actriz reveló que ha tomado la decisión de enfocarse en otros proyectos que la apasionan, como el teatro y la gestión cultural. Lejos de sentirse afectada por esta nueva etapa, Penagos asegura que se siente plena y satisfecha con los nuevos retos que ha asumido.
“Mis comienzos fueron en teatro y siempre todos los años yo he hecho una temporada de teatro. Para mí no ha sido un duelo salir de televisión. Alguna vez escuché un productor que dijo que las canas y las arrugas no venden. No hay problema. Eso de que venga a hacer casting para un capítulo o dos capítulos, pues yo ya no lo hago porque tengo una trayectoria de 62 años. Entonces ir a hacer casting por 1 o 2 capítulos sabiendo que uno hace comedia, tragedia, drama, farsa, todo lo que quieras, me parece absurdo.
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No digo adiós, sino el día que haya algo, lo hacemos, pero no en esa forma de aceptar un irrespeto de hacer un casting por unos capítulos. Yo soy feliz porque tengo muchas cosas, no solo el teatro, yo hago gestión cultural, yo trabajo proyectos sentándome en el computador, trabajo mucho con inteligencia artificial, he abierto las puertas para poetas, escritores, artistas plásticos, porque ellos también necesitan que haya gente que trabaje por ellos y que los invite a visibilizarse. Eso ha sido grandioso, yo vivo feliz, no tengo que decir, ‘ay, la televisión no me volvió a llamar’. Tengo demasiadas cosas que hacer”.
¿Has pensado en algún momento retirarte y descansar?
“Yo no sé qué significa descansar, porque yo a veces emprendo el vuelo y hago un viaje de un mes, dos meses, pero dejo todo listo acá, y hoy en día puedes trabajar desde donde estés. Un descanso total así con el perrito y el gatito y el loro, yo no me veo en esas. Me vería con muchos libros, pero también leyendo todo el día me voy a aburrir, así que hay que en la vida mezclarlo todo... He aprendido a conocer y a vivir y me encanta la soledad, de vez en cuando me enrumbo. No soy de mucha vida social, pero siento que mi vida ya llegó a una etapa en donde vivo muy tranquila, donde acepto las cosas, pero no me angustio”.
María Eugenia Penagos, actriz colombiana.
Las segundas oportunidades de María Eugenia Penagos
Fuera del escenario, María Eugenia ha enfrentado desafíos personales. Se casó a los 17 años con Fernando Sáenz, un profesor de teatro, quien, al poco tiempo, fue asesinado en un ataque terrorista en el Centro Colombo Americano. Esta tragedia la dejó viuda a una edad temprana y con un hijo en camino.
Después, se volvió a dar una nueva oportunidad en el amor. Conoció a Felipe González, quien también falleció hace 20 años. La actriz compartió su vida con él durante tres décadas. Tras el fallecimiento de su segundo esposo, experimentó un fuerte duelo emocional que afectó su salud cardíaca.
“Fueron 17 años de llorar, de decir nunca más el amor, se acabó, no quiero saber nada más. Le pedí a Dios, en su momento, que no quería vivir más y hubo algo que pasó en mi vida y en mi salud que le dije: ‘sí, ya entendí y tengo que seguir adelante’. Era tanto mi deseo de irme que finalmente tuvieron que ponerme un marcapasos porque mi corazón se enloqueció”.
Casi 20 años de duelo marcaron la vida de la legendaria actriz, quien creyó que, después de la muerte de su esposo, el amor era un capítulo cerrado en su historia. El destino tenía otros planes: después de los 70 años encontró una segunda oportunidad que fue capaz de sanar sus heridas más profundas.
En medio de este proceso de sanación, hace tres años, la actriz, quien actualmente tiene 79, encontró nuevamente el amor. Esta conexión especial, que comenzó en redes sociales, no solo la hizo volver a soñar, también tuvo un impacto profundo en su bienestar físico. Desde entonces, su corazón ha recuperado su ritmo natural, demostrando el poder sanador del amor.
“Hoy en día mi corazón trabaja solo, eso fue un milagro, los médicos tampoco han entendido por qué. El marcapasos sigue ahí porque todavía tiene batería, pero no me lo pueden sacar. Cosas grandes ha hecho Dios para mí y me ha enseñado demasiadas cosas... Me han dicho: ‘pero es que ¿cómo se le ocurre a esta edad irse a enamorar?’, ‘¿cómo es de loca que dizque va a tener a alguien?’. Pues sí y eso ha sido también sensacional, espectacular, lo estoy viviendo como se debe vivir... Es un milagro que él hizo con amor. Yo vivo en milagros, así que me parece sensacional que esto me haya pasado.
“Yo siempre fui madura y responsable. Con el tiempo he tenido más madurez. Si bien mi relación con Felipe fue muy buena, fabulosa, actualmente esta también es fabulosa. Yo estoy no para hacerle la vida mal a nadie, al contrario, porque la única cosa que tiene que existir es la empatía para que dos personas puedan funcionar bien, también el respeto y la tolerancia y yo tengo todo eso muy dentro de mí. Él me apoya me ayuda, me admira, me respeta. Es sensacional”.
Aunque nadie, ni ella misma, imaginaba que volvería a sentir la emoción del amor, su pareja ha logrado encender nuevamente la llama en su corazón. La felicidad de la veterana actriz es evidente en el brillo de sus ojos y en su sonrisa.
El accidente que le provocó un trauma craneal a María Eugenia Penagos
Hace dos meses, mientras ensayaba para Belleza show, una obra de teatro de la que hace parte, sufrió un fuerte accidente al tropezar con cables. Esto le generó un trauma craneal .
“Tuve un hematoma muy fuerte en la cabeza, toda la frente, en la nariz todavía tengo herida, en la boca también. La cara se me puso negra total y absolutamente. Cuando iba cayendo pegué un grito fuerte, fueron hacia mí para ayudarme a levantar y yo les dije: ‘no me toquen, yo tengo que ver cómo estoy’. Empecé a desenredarme, a tratar de pararme. Ahí empezó a brotar la sangre en cantidad... Me llevaron al camerino, pero nadie sabía qué hacer. Todo el mundo me rodeaba y decía: ‘¿qué hacemos?, Dios mío, mucha sangre’.
Mi preocupación era que hubiera fractura de cráneo, porque fue un trauma muy fuerte. Afortunadamente, no hubo fractura, pero fue un hematoma muy grande en la frente. Aquí (en la nariz) un golpe muy grande que era el que sangraba y arriba del labio también. Todos estaban en shock. Nos fuimos a la clínica y me hicieron un TAC. Debo reconocer que no hubo una buena atención. Después, en la casa, llamé a un médico amigo y le dije: ‘¿qué hago?’ Le mandé fotos y era un trauma craneal grande. Él me mandó las medicinas y todo, me cuidé y a los 15 días ya estaba ensayando con la cara totalmente negra porque la sangre bajó. Eso era impresionante”.
Tras enfrentar ese episodio desafiante, que la obligó a poner en pausa su carrera por unas semanas, la actriz regresó a los escenarios con una fuerza renovada. Su compromiso con el arte es tal que asegura que vivirá para la actuación mientras su salud se lo permita.