La vida de un artista suele estar llena de sorpresas y giros inesperados. Marcela Gallego, quien ha cautivado al público con su talento y versatilidad en decenas de producciones, compartió una anécdota que deja en evidencia la complejidad que existe a la hora de elegir un camino.
En una entrevista exclusiva para Vea, la actriz recordó la razón por la que pensó en dejar la actuación tras protagonizar una popular y clásica telenovela.
Sigue a la Revista Vea en WhatsApp¿Qué otra profesión quería ejercer Marcela Gallego?
En su charla con Vea, la boyacense mencionó que su pasión por la actuación comenzó a manifestarse desde temprana edad, como ocurre con la mayoría de sus colegas. A los 13 años estudió su primer taller en la Corporación Colombiana de Teatro y a los 15 ya había debutado ante las cámaras. Lo hizo como parte de un mediometraje de Camila Lobo Guerrero para un espacio que tenía en pantalla la Compañía del Fomento Cinematográfico (Focine).
“A mí me apoyaron siempre en la familia y en el colegio. Tuve esa suerte porque yo siempre fui muy buena estudiante, siempre ocupaba los primeros lugares y tenía cierta facilidad para aprender. Sin embargo, era indisciplinada, me gustaba mamar gallo y hablar en clase, y eso siempre quedaba en las observaciones de cada bimestre en el boletín de calificaciones”, expresó la mujer de 53 años.
Cuando le preguntamos a Marcela Gallego por los obstáculos que ha enfrentado durante su carrera fue enfática en señalar que nunca tuvo dificultades con la industria o el medio. Sin embargo, hubo una ocasión en la que pensó en dejar la actuación para apostarle a otra profesión.
“Luego de dedicarme a la actuación también quise estudiar historia o sociología, pues siempre me gustó. Entonces, en el año 1991, empecé un pregrado de Historia en la Universidad Javeriana. Como que quería dar el salto y quedarme más en la academia (...) Como yo hacía televisión y acababa de protagonizar ‘Dulce ave negra’, empecé a experimentar todo esto de las portadas, las fotos, los medios y el reconocimiento, entonces llegué a sentir que la actuación podía ser algo superficial y frívolo, y no quería eso en mi vida”.
En medio de la dualidad que vivía Marcela Gallego a sus 20 años, conoció al director y dramaturgo mexicano Luis De Tavira, quien le hizo ver la profesión desde otra perspectiva.
“Luego de terminar el primer semestre conocí a un director de teatro que trajeron de México para dirigir una obra en homenaje a los 25 años del Teatro Popular de Bogotá (TPB) ¡Era un tipo brillante! Tenía una consciencia muy social del teatro y era un gran humanista, pero también era un creativo impresionante, entonces él me hizo entender con su trabajo que el teatro también tenía una función social. Ahí fue cuando me enamoré de nuevo del teatro y de la actuación, y dije: ‘Sí es por aquí'”, concluyó en su charla con Vea.
