Cuando Pipe Bueno, nacido en Cali y criado en Medellín, comenzó su ascenso profesional ni siquiera era mayor edad. Tenía 17 años y sus compromisos lo trajeron a Bogotá, una ciudad muy distinta a la capital antioqueña donde había pasado buena parte de su niñez y adolescencia. En una entrevista con ‘La Red’ confesó que la sintió fría, gris y que fue una época muy compleja.
“Yo lloraba, esto era una nevera. Yo miraba al cielo y se veía todo gris. Al comienzo la pasé mal, pero con el tiempo me di cuenta de que es una ciudad maravillosa y es la ciudad de las oportunidades”.
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Se mantuvo en la capital porque sabía que desde aquí podía proyectar su carrera y ser la apuesta segura para su talento. Así comenzó a ver los frutos de su esfuerzos y su música comenzó a escucharse con intensidad en todo el territorio nacional, no obstante un aspecto de su vida se complicaría. El familiar.
En aquel tiempo su abuelo se enfermó y su salud comenzó a deteriorarse. “Yo llegué tarde a la clínica cuando nos llamaron de urgencias y cuando llegué todo el mundo estaba llorando y me estaban odiando. Mi mamá y mis hermanos me dijeron que por qué llegué tarde, que no me importaba, que no alcancé a despedirme del abuelo. Entonces, resulta que el cirujano que lo iba a operar es muy amigo de nosotros, muy cercano a la familia. Él me dijo que, por su estado de salud y por la edad, mi abuelo se iba a ir. Llamé al cirujano, él me pasó a mi abuelo y se despidió de mí. Ahí fue cuando me fui para la capilla de la clínica y pensé qué prometer que fuera difícil”.
Pipe Bueno le prometió a Dios ser célibe y abstemio por un año
Pipe, hoy de 32 años, no se resignó a perder al amado miembro de la familia así que decidió pactar con Dios y entregar dos aspectos de su vida a cambio de que su abuelo permaneciera con salud. “Si Dios me lo cumplía, prometí que no tendría sexo durante un año ni consumía licor por un año”.
El cantante recuerda que en aquel tiempo cumplió a cabalidad su promesa y hasta hoy ve los resultados de dicho acuerdo, pues su abuelo sigue con ellos. “Lo prometí, mi abuelo se salvó, aún está vivo y así pasé un año sin licor y sin sexo”, mencionó a La red en enfatizando en que cuando el plazo se cumplió él se sintió muy bien: “cuando llegó el día 365 a la media noche yo estaba con todos los poderes”.
Pipe aprovechó el diálogo con el programa de Caracol para mencionar la importancia de la salud mental y lo vital que es cuidar de ella, porque todos sin excepción tenemos problemas, nos hemos caído y hemos tenido momentos de debilidad. “Lo más importante es saber que todos tenemos problemas, que todos nos sentimos inseguros y fracasamos. Yo me he caído, asimismo me he levantado y sé qué es sacar una canción y que no funcione. La vida es de los valientes y equivocarse no está mal. Lo peor es la diligencia que no se hace”, puntualizó.
