Sandra Reyes duró un buen tiempo ausente de la pantalla colombiana, y cuando regresó lo hizo con roles contundentes. Fue doña Aracely, la mamá de Rigo en la serie que contó la vida del pedalista colombiano y actualmente está en pantalla en Pedro el escamoso, más escamoso que nunca, retomando su rol como la inolvidable doctora Paula.
La actriz bogotana de 49 años, que comenzó muy joven en la pantalla, estudió Comunicación Social, pero no ejerció porque decidió que la actuación era su verdadera pasión. Empezó en la serie juvenil Clase Aparte, en 1994, luego protagonizó producciones como La mujer del presidente, Pedro el escamoso y Pena máxima. También realizó importantes roles de reparto en La saga, negocio de familia, Me llaman Lolita, Tres milagros, El cartel de los sapos, Paraíso Travel, El libertador, Enfermeras y La verdad oculta.
Sigue a la Revista Vea en WhatsAppSandra Reyes se siente feliz en el campo. En Ubaté cultiva la tierra, medita y conecta con la naturaleza. Viaja a Bogotá cuando el trabajo lo amerita.
Fue en pandemia cuando decidió darle un giro a su vida en la capital y se mudó a su finca en Ubaté, la misma que heredó de su padre y donde había pasado vacaciones y navidades con sus primos. Así lo reveló a revista Vea hace unos años. Se marchó con su hijo Jerónimo, que ya está por los 15 años, y quien ama tanto la vida de finca como ella.
Sandra Reyes cultiva sus propios alimentos en su finca
La artista confesó que no solo disfrutaba de levantarse cada mañana a ver la naturaleza, sino que ese entorno es el ambiente ideal para dedicar tiempo a la contemplación. También trabaja la tierra y come lo que ella produce. “De mi huerta he comido lechuga, espinaca, zanahoria, alverja, brócoli, rábanos y fríjol”, mencionó cuando detalló cómo era nueva vida.
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“No me interesa vivir en la ciudad, no me siento a gusto, me siento feliz en el campo. Pienso que hay que volver a origen, a cultivar la comida por muchas razones, porque me garantiza que no tiene venenos, que no está llena de tanta cosa que le echan y además tengo una tierra que está esperando a que la siembren. Me encanta comerme lo que siembro”, dijo la bogotana, que también habló sobre sus prácticas espirituales para conectar con la tierra misma. ´La doctora Paula’ también da charlas a mujeres y saca tiempo para pintar, otro de sus pasatiempos.
A Bogotá solo viene cuando le ofrecen un papel que le resulta interesante y en coherencia con la vida sencilla que prefiere, busca un hotel básico para quedarse mientras graba.