En menos de un año, la vida de Germán Albarracín tuvo un giro inesperado. El doble perfecto de J Balvin tuvo que superar dos grandes adversidades que a muchos les hubiera quitado la ilusión de salir adelante. La primera se dio siendo patrullero de la Policía Nacional en Cartagena. “Atendimos un llamado por hurto. Cuando llegamos las personas emprendieron la huida en moto y en la persecución un carro nos cerró, y yo, que iba de parrillero, salí volando”.
Germán se despertó en el hospital. “Tenía dolor en todo el cuerpo y no podía ni moverme. Me diagnosticaron fractura de la vértebra T8 y me operaron. Tenía pocas probabilidades de retornar a mi vida anterior. Era muy duro. Me encerraba a llorar, lo hacía a escondidas de mis papás y le pedía mucho a mi Dios que me ayudara. Nunca renegué, pero me sentía muy mal, aunque por dentro algo me decía que yo podía, que me iba a levantar”.
Sigue a la Revista Vea en WhatsAppEstuvo en silla de ruedas, y aunque decían que no iba a volver a caminar, el doctor que lo operó hizo un gran trabajo y pudo volver a hacerlo, aunque tiene secuelas, como no poder mover o levantar objetos pesados y hacer actividades como lavar loza porque le resultan dolorosas. Luego de su recuperación, que tardó casi un año, se retiró de la institución. “Ya no me sentía tan feliz y quería hacer algo diferente, que impactara a la gente”.
En su natal Cúcuta, Germán abrió una barbería donde combinaba su pasión por el fútbol. “Era ‘Barber shop El 10′, un sueño que hice realidad. Aprendí a cortar el cabello y estaba contento, pero llegó la pandemia y acabó todo”. Tuvo que reinventarse, y, como es un talentoso dibujante, se dedicó a hacer dibujos. Ganó prestigio y recibía pedidos de toda Colombia.
Nuevos horizontes
Buscando nuevos horizontes, hizo un curso de barman y barista, y lo contrataron en un restaurante de su ciudad. Por su facilidad para socializar lo pusieron a atender mesas. Germán tenía el cabello largo, y viendo que había meseros con el mismo look tomó una decisión que le cambiaría la vida. “Fui donde un barbero y él me dijo que me parecía a J Balvin, así que me cortó el cabello bien bajito y me lo pintó de amarillo”.
Esa noche en el restaurante se presentaba Yo me llamo Jorge Celedón. “Cuando llegué, la gente me miraba y me pedía fotos. Jorge Celedón, por bromear, dijo: “es un honor tener aquí a Yo me llamo J Balvin”. Al ver que la gente se emocionó, mi jefe me preguntó si cantaba y le canté Sigo extrañándote. Me programó para el sábado siguiente. Me tomaron fotos, hicieron publicidad. Empecé nervioso, pero me la sollé cuando vi que la gente bailaba, me tomaba fotos y aplaudía”.
Comenzó a subir videos y lo contactó quien hoy es su mánager. “Me citó en Yopal, porque estaba preparando material para enviar”. Inició su vida de artista trabajando desde enero del 2021 como tributo a J Balvin y en octubre ingresó a Yo me llamo, donde se dio su gran salto al reconocimiento.
Admirador total
Germán comenta que desde hace 13 años es gran admirador de J Balvin, fervor que creció cuando lo vio en escena. “Prestaba servicio como auxiliar bachiller en la Policía, en Cúcuta, y me enviaron a un evento. Ese día llevaron a J Balvin y yo lo veía y decía ‘qué chimba como canta, su estilo’, y le pedí que nos tomáramos una foto. José me contestó, ‘de una, parcero’, y me dio un abrazo. Si antes me gustaba ahora me gusta más. Seguía su música, sus videos, si sacaba una camiseta o una manilla, yo la mandaba a hacer. Inconscientemente me fui preparando para ser su imitador”.
El cantante paisa sorprendió al integrarse al show de su imitador, quien quedó ‘mudo’ apenas lo vio. Así fue ese emotivo momento.
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