Juan Diego Alvira y su esposa, Ana María Escobar tienen una hija llamada María del Mar
Antes de ingresar a Caracol Noticias, Juan Diego Alvira había logrado estabilizarse sentimentalmente y concretó el sueño de conquistar a su colega Ana María Escobar, quien era su amor platónico y hoy es su esposa y la madre de su hija María Paz.
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Sigue a la Revista Vea en WhatsAppLos detalles de la conquista los reveló hace algunas ediciones a Revista Vea, como también los pormenores de su relación con su suegra. Juan Diego estaba en City TV cuando volvió a ver a su amor platónico. “Un día fui a entrevistar al superintendente de Industria y Comercio y al terminar a minutos de entrar al aire la persona que me había cuadrado la entrevista me dice que me quiere presentar a la nueva jefe de prensa de la Super, le dije que no por tiempo, pero ella insistió. Apenas vi quién era, se me acabó el afán. Era Ana María Escobar, mi excompañera de Universidad. Yo pensé si la vida me la puso así, tenía que hacer para algo así que le pregunté si todavía estaba con el novio, tomé sus datos y ya luego la invité a salir”. El problema vino cuando por motivos de trabajo, Juan tuvo que dejarla plantada y no apareció a las citas. “Qué vergüenza, perdí puntos y ella se indignó; dejó de contestar y me decía no a todo. Ahí si me tocó remar y pedir cacao varias semanas”. La cita definitiva fue una invitación a cine a ver la película de terror El aro. “Eso también fue calculado como era de terror, me agarraba el brazo y ahí yo le tocaba la mano y le decía ´tranquila´. Jaja. Fue estratégico”. Ahí y con una declaración a la antigua empezó el idilio que terminó casi tres años después en el altar.
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Juan Diego Alvira conquistó a la suegra
Con el noviazgo Juan Diego también abrazaría otro sueño pendiente: el de convertirse en abogado. Su entonces novia y él se matricularon en la Universidad La Gran Colombia, a unos pasos de las instalaciones de City tv. En esa época uno de los grandes desafíos para el periodista fue conquistar a la suegra, una abogada muy reconocida, estricta penalista y profesora de la Universidad Nacional que no terminaba de convencerse de que el tolimense fuera el mejor partido para su hija. “Tenía sus prevenciones siendo novios. Yo había hecho todo lo habido y por haber y había ganado terreno, pero todavía faltaba. Hubo algo que ayudó mucho. Nos fuimos a pasar un puente a una finca que alquilamos en Chicoral, Tolima, que es el palacio del zancudo, y una de las perritas fresh poodle de mi suegra se perdió. La buscamos y nada, yo la busqué y me di cuenta de que se había caído a unas matas de pringamosa, por estar detrás de unos pájaros, y no se podía salir. Yo me metí entre las matas quedé vuelto nada con espinas y la salvé. Fui el héroe. Ahí todo cambió”.