Carmenza Cossio viajó muy niña de Medellín a Bogotá
Carmenza Cossio, la actriz que le dio vida a Leda en Arelys Henao: canto para no llorar se graduó de la universidad a los 56 años y la razón no fue otra que la falta de oportunidad. Ahora goza no solo de prestigio profesional, sino de una estabilidad económica, pero no siempre fue así. Carmenza, que es madre de la también actriz Mónica Lopera ha demostrado que es posible luchar contra las adversidades, aun siendo niña. En su caso su dura realidad la llevó a tomar decisiones para mejorar su vida. Toda la situación la reveló a Vea.
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Sigue a la Revista Vea en WhatsAppCarmenza Cossio y su dura llegada a Bogotá
“A mi papá lo trasladaron a vivir a Bogotá cuando yo tenía 10 años y llegamos a vivir en unas condiciones de extrema pobreza. Yo en Medellín vivía en un barrio popular que era Manrique Oriental, fue un cambio muy duro para mi vida. Yo venía de un barrio popular lleno de árboles, alegre y llegué a un lugar inhóspito sin calles, sin servicios eléctricos, eran los primeros asentamientos de Ciudad Bolívar. El cambio fue duro y triste. Recuerdo las primeras épocas de mi vida de tristeza profunda”.
La familia de Carmenza estaba conformada por tres hijas (ella y sus dos hermanas), su padre y su madre. “Mi mamá había sufrido un derrame cerebral y tenía medio cuerpo torcido, además había perdido su capacidad cerebral, hablaba raro, tenía una discapacidad evidente. A mi papá le faltaba una pierna, le había perdido prestando en el servicio militar en un accidente de carro; así que el panorama era triste y desolador… de alguna manera la vida me mostró que debía asumir mi vida, salir adelante y ayudarlos a ellos”.
Carmenza Cossio se buscó su cupo en colegio
Carmenza Cossio anhelaba estudiar en un colegio de monjas privado que había cerca de su casa, pero sabía que los ingresos familiares no daban para asumir un costo de esa magnitud así que tomó una decisión importante. “Descubrir un colegio de unas monjas salesianas y me armé de valor y fui y toqué la puerta. Les dije que llegaba a esa zona y quería estudiar en ese colegio y que si me daban una beca porque yo no tenía dinero. Esas monjas maravillosas me dieron la beca”.
Al culminar su bachillerato, Carmenza deseaba estudiar periodismo, pero nuevamente la economía era su principal obstáculo. Así que no tuvo más remedio que emplearse. Su primer trabajo fue en una aerolínea, donde ella reveló anteriormente a Revista Vea fue víctima de abuso, razón por la cual al cabo de un tiempo renunció. “Me voy a New York a casa de una prima que me recibe y empiezo a estudiar ingles y luego voy a Miami”. Ella regresó al país cuando conoció a Hernán, el padre de Mónica. De nuevo en Medellín tuvo que empezar de cero. “Monté una empresa marroquinera con una amiga. Me encargaba de las ventas, de compras de materiales y trabajamos muy duro”, pero la apertura económica del país poco a poco las quebró porque empezaron a llegar productos chinos a precios muy bajos.
Separada, sin empresa, pero con un talento que no sabía que tenía terminó convertida en actriz cuando acompañaba a su hija a grabaciones. Esta carrera le ha permitido hacer catarsis y reflexionar sobre su vida, su experiencia y también le ha dado herramientas para interpretar personajes.