La vida del diseñador Diego Guarnizo cambió hace más de 30 años cuando de día se desempeñaba como mensajero en un fondo de empleados de un supermercado y de noche era estudiante de publicidad en la Universidad Jorge Tadeo Lozano y Kepa Amuchástegui fue allí a dar una conferencia y habló del que sería su nuevo proyecto La casa de las dos palmas. Diego se le acercó y manifestó su interés en trabajar con él. El director lo aceptó. Diego había llegado a Bogotá a estudiar medicina en la Universidad Juan N. Corpas y lo hizo durante un año, pero por costos se retiró y fue mensajero del Fondo de empleados de Carulla. Allí le brindaron el apoyo para que estudiara Publicidad de noche.
Feliza, fue la colección que Diego presentó en la pasada Colombiamoda
Hoy Diego no solo es reconocido en el ámbito del vestuario de las más famosas producciones, sino como diseñador de moda con una presencia obligada en las pasarelas de eventos tan importantes como Colombiamoda. Diego, alejado de esnobismos y pretensiones se define así mismo como un “tolimense, provinciano, amoroso, vulnerable y líder”, a quien es fácil añadirle disciplinado y recursivo. Diego es el diseñador de producción, director de arte y diseñador de vestuario junto a su socio Germán Lizarralde, actualmente de los dramatizados Las Villamizar y El Cartel de los sapos, el origen. “Tenemos un equipo entre vestuaristas, maquilladores, escenógrafos, ambientadores y utileros de aproximadamente 100 personas entre las dos producciones. Además, el taller de confección que realiza el vestuario está conformado por 40 personas entre costureros, modistas, bordadoras, zapateros y sombrerero, artesanos y sombrereros”, comenta sobre su trabajo que permite que los escenarios, los personajes y en general todo el ambiente de estas dos series tan distintas como exigentes se vean tan reales. Una de época de la campaña libertadora y la otra, de los años 70 y 80, cuando el país comenzó a enfrentar el narcotráfico.
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Antes de grabar Guarnizo se adentra en una investigación sobre la época de la historia que puede duran unos seis meses. En Las Villamizar lucen las telas, los bordados, los drapeados y creó cerca de 30 trajes para cada una de las protagonistas, eso sin contar piyamas o atuendos de guerreras.
DIEGO GUARNIZO EN EL CARTEL DE LOS SAPOS, TODO UN DESAFÍO
En El Cartel también hubo una investigación y contaba con la experiencia de haber sido también el creador de vestuario de Escobar, el patrón del mal. En general la narconovela le ha significado un reto grande. “Difícil en el diseño de la producción de El Cartel nuevamente esa responsabilidad de que el narcotráfico y los villanos no se conviertan en héroes, entonces insisto en que los protagonistas seamos nosotros las víctimas, eso en el tema conceptual. En la producción como tal, difícil encontrar una información veraz de la moda, de esas botas campanas de los 70s y de los 80s, en Cali además. Y mantener esa línea delgada entra la caracterización y el disfraz con una ropa tan llamativa pues era un punto muy difícil, el manejo de los estampados tan fuertes y representativos, como saberlos mezclar sin que se vaya a la payasada”. EL creador dedicó días enteros a observar el archivo de la revista Cromos, tal vez el más completo que tiene el país para analizar cómo vestían las personas en las distintas épocas que se ven en El Cartel. “Pero no solo es el vestuario también el diseño de los textiles para las paredes, los muebles”.
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Para Diego Guarnizo su trabajo va más allá de crear vestidos. “La historia es muy importante, es la que se verbaliza, es fundamental, yo soy un creativo más desde lo tangible… desde lo que se puede tocar y ver. Mi responsabilidad es volver la palabra tangible, que se pueda usar, ver tocar, para lograr eso tengo u aprendizaje que la vida me ha dado”.