Andrés Felipe Robledo Londoño, mejor conocido como Reykon, es uno de los cantantes de reguetón más conocidos del país. En 2009, su canción La Santa, fue una de las más sonadas y exitosas del momento, lo que le permitió ganar más reconocimiento. De hecho, en el 2012 se convirtió en el primer artista latinoamericano en grabar con el ‘padre del reguetón’ Daddy Yankee. Pese a que alcanzó la fama, hubo un momento de su vida en el que las cosas no le salieron como esperaba.
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Sigue a la Revista Vea en WhatsAppEn entrevista con Vea recuerda cómo vivió esa época y cuál fue el secreto para salir adelante y lograr éxito en la industria musical.
¿Cómo te sientes en este momento de tu carrera?
“Me siento una persona más madura, hay un Reykon con un poquito más de conocimiento, pero me equivoco igual y me voy a seguir equivocando, somos seres humanos. Incluso, me atrevo a decir que me equivoco más ya porque ya sabiendo lo que puede pasar y aun me sigo equivocando en las mismas cosas, pero soy un pelado que puede asumir todo lo que venga. Cuando yo miro mi carrera y hay gente que me pregunta por qué no estoy en el punto que está X o Y sabiendo que tú fuiste un pionero, yo siempre lo miro como que Dios tenía que hacerme esos altos en el camino porque yo dejé que en mi vida ingresaran excesos, que en mi vida hubiera cosas que estaba haciendo mal. Si uno va ganando no aprende, uno aprende es cuando va perdiendo, eso me sirvió muchísimo, yo estoy muy contento, me siento preparado para lo que venga”.
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Esto es como un renacer para ti, después de pasar momentos tan difíciles
“Cuando yo traigo momentos del pasado los traigo con mucho amor. Hay personajes sin decir nombres que toda su vida estuvieron bien económicamente, entonces ya cuando los cogió el éxito no era algo raro para ellos, ya estaban acostumbrados. Yo soy un pelado de un barrio, yo soy un pelado que la escasez económica fue mucha, yo nunca tuve nada y de un momento a otro pasé a tenerlo todo, hubo un cambio muy fuerte en mi vida, entonces yo creo que no lo manejé como era y por eso Dios que me quiere tanto me frenó, se me fue la voz, tuve un contrato que no me sirvió mucho, se me frenaron muchas cosas en mi carrera, pero acá estamos vivos, todavía hay muchas oportunidades desde que uno se levante hay una nueva oportunidad”.
Su hija Violeta, ha sido su fuente de inspiración y la motivación para salir adelante y aunque no viven juntos, sostienen una gran relación. De hecho, cuando la niña se queda a compartir con él, es la persona que lo acompaña en sus proyectos laborales y lo anima a seguir sacando lo mejor de sí.
¿Cómo cambió en ese momento tu vida cuando llegó tu hija?
“Cuando mi hija nació fue que yo hice La Santa, y a ella le tocó eso que comenté anteriormente y hoy en día veo cómo tengo una gran oportunidad. Nunca he sido mal papá, siempre he estado ahí, yo he sido un papá presente, pero hoy en día estoy más consciente de lo que puedo vivir con ella y lo disfruto demasiado”.
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