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Una tristeza infinita: Patricia Silva, de Sábados Felices, superó la depresión

Patricia Silva, actriz de Sábados felices, sufrió gran angustia y depresión. Aquí detalles de cómo las superó y por qué se siente tan fortalecida.

Por Redacción Vea
21 de noviembre de 2021
Patricia Silva
Fotografía por: Andrés Reina
Patricia Silva

Patricia Silva

Fotografía por: Andrés Reina

Patricia Silva lo tenía todo. “Estaba en una época formidable con mi trabajo, llena de contratos, con mi billetera bien gordita, mi carro último modelo y muy bendecida en la parte laboral y económica, pero me separé y a pesar de que yo trabajaba estaba en una de las mejores épocas de mi vida, yo me sentía triste, sola. Un día estrenando apartamento, me asomé por ese piso 11 y dije la solución a esa tristeza es quitarme la vida, lo llegué a pensar… Sentía que había que había algo que faltaba en mi vida… Era una tristeza infinita, una melancolía”. A la separación conyugal que se refiere la actriz, se sumó la distancia de su hijo, que se fue a vivir fuera del país y toda esta situación se convirtió en el detonante para que ella viviera un tiempo de oscuridad.

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LA CURA Y EL AMOR

“Comencé a buscar a Dios, esa es la verdad y Él se me reveló. La gente es incrédula y no cuento tanto detalle, pero yo le dije a Dios: ´si existes mándame un buen hombre, que no beba, que no me maltrate, que sea un hombre que esté contigo´. Dios me respondió y a las dos semanas llegó mi esposo a mi vida”. Patricia era amiga desde hacía seis años de una niña, a la que conoció después de dar su testimonio en Yo José Gabriel. Su contacto era telefónico y un día, quince días después de la mencionada oración, le escribió el hermano de esa joven. Inicialmente Patricia pensó que se trataba de un amigo que tenía el mismo nombre, pero luego se dio cuenta de que no y por ello no accedía a salir con él. Finalmente lo hizo y fueron a tomar algo, en el siguiente encuentro, todo cambiaría. “En esa segunda cita, me dijo que me casara con él, que yo era la mujer que él estaba buscando. Él tenía que ir a un viaje y se demoraba quince días y me dijo que al regresar esperaba mi respuesta y cuando él volvió nos fuimos a vivir juntos”. Han pasado 17 años desde entonces y su esposo, ha sido más que eso, un regalo del cielo. “No voy a decir que él es un angelito, pero sí es un hombre respetuoso, temeroso de Dios, con él me acerqué más a lo espiritual”. Fue así como quedaron atrás esos episodios de melancolía y ya no hubo más vacíos. Sin embargo, cuando viene algún momento de depresión ella acude a las herramientas que le ha brindado lo espiritual y que no son otras que la oración y la lectura bíblica. “Más que hablar de religiones, hablo del amor de Dios”.

EL COVID

A su hijo, que reside en Canadá y la convirtió en abuela de cuatro nietos, lo visita cada año. “El año pasado no pude y este tampoco, pero dios mediante el año entrante iremos”, comenta Patricia quien confiesa que hace pocos meses el covid tocó a su puerta y le pidió a sus amigas y compañeras de Sábados felices que no lo comentaran con nadie. “Ellas hicieron cadena de oración desde la madrugada por mí, por mi salud”. Patricia estuvo hospitalizada luego de que su compañero, el colega y también médico Camilo Cifuentes la contactara y le pidiera a su esposo que le midiera la saturación. “Él le dijo a mi esposo: ´hay que llevarla a la clínica, porque se puede complicar”. La actriz admite que tuvo temor y aunque no llegó a la Uci este tiempo también al ha fortalecido interior y espiritualmente. “Mi esposo me veía a través de la pantalla y siempre estuvo ahí”.

Por Redacción Vea

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