Michel Brown y Margarita Muñoz llevan una década de esposos
Michel Brown y Margarita Muñoz se han convertido en una pareja entrañable en la historia de Pálpito, de Netflix, ella encarna a una esposa bella, fiel, deportista y buena madre que es asesinada para extraer su corazón, mientras que él personifica al esposo que no descansará hasta averiguar toda la verdad de la muerte de su esposa. En la vida real también son pareja. El argentino, de 45 años, y la colombiana, de 34, conforman uno de los matrimonios más estables del medio artístico con una década de casados y desde hace varios años están residenciados en México, aunque viajan con frecuencia a Argentina, Estados Unidos, Colombia o España por trabajo o descanso. No tienen hijos y toda su historia de amor la contaron hace algunas ediciones a revista Vea.
Michel Brown y Margarita Muñoz, así fue el flechazo
Cuando se conocieron Michel admitió que no se le cruzaba por la cabeza estabilizarse. “No pensaba en casarme, no era mi prioridad tener una esposa. Soy un hombre que dejo que mi vida suceda y me dejo sorprender por las cosas que van llegando y la vida me trajo a Marga”, dijo para el reportaje central de Vea y admitió que tiene muy presente que fue en ese tiempo que vio por primera vez a su esposa y hubo flechazo. “Nos vimos en una fiesta hace muchos años, Marga tenía 17 años y yo, 28 y tuvimos un flechazo tremendo, pero no pasó demasiado, pero sí hubo como un coqueteo inmenso. Después pasaron como 3 años y nos volvimos a ver, pero cada uno estaba en pareja. Nos dejamos de ver hasta que nos reencontramos después de 7 años. Pero sí, fue un flechazo esa primera vez”.
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Margarita confesó que tiene intacto el recuerdo de su primera cita y donde sintió que este podría ser el hombre de su vida. “Nos topamos muchas veces antes de empezar a salir, pero definitivamente me quedo con esa primera cita. Tuvimos una conversación fantástica y entendí que simplemente no solo me parecía churro, guapo, sino que me entendía mucho con él hablando y me sentía a gusto. Normalmente soy tímida y tal vez no se me da tan fácil el coqueteo. Esa primera cita fue increíble, comimos delicioso”.
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Al principio del noviazgo, que se extendió por un par de años antes de llegar a un romántico altar en la isla Punta Faro en la Costa Atlántica colombiana, Margarita se alcanzó a incomodar con algunas actitudes de su novio y admitió que sentía celos. “Me costaba entender esta excesiva amabilidad de Mich; todas sus protagonistas eran sus mejores amigas y dentro de mi mentalidad no me parecía normal y sí, admito que al principio era un poco más celosa”. Con el tiempo lo entendió y hoy hay una confianza mutua al respecto. “Lo hablamos en una cena, que no hay nada que dé más gusto que tu pareja te dé seguridad para que no dudes, para que no pienses que alguien va a venir a patear el tablero”.