Aunque tanto Lyle como Erik Menéndez perdieron su libertad en 1990, seis meses después de haber matado a sus padres en su propia casa, en Beverlly Hills, y están sentenciados a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, los parricidas han procurado llevar una vida normal en la prisión de San Diego, donde actualmente están.
Además de dar clases de religión, procurar ayudar a presos que han sido abusados de niños, trabajar en actividades para mejorar el entorno de la prisión, como el embellecimiento de los patios, o tomar sesiones de yoga y escribir, los dos son esposos de mujeres en libertad. A ellas las conocieron a través de cartas.
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¿Quiénes son las esposas de Lyle y Erik Menéndez?
Lyle, quien tenía 21 años cuando ocurrieron los crímenes y hoy tiene 56, contrajo matrimonio por primera vez con Anna Eriksson. Con ella estuvo entre 1996 y 2001. Ella pidió el divorcio luego de que descubriera que él mantenía correspondencia con otra mujer, en términos románticos. Su actual esposa es Rebecca Sneed, con quien se casó en 2003. Ella es periodista.
Por su parte, Erik se casó con Tammi Saccoman, en 1999 y sigue con ella. Curiosamente cuando ella le escribió la primera carta a Erik, lo hizo en compañía de su entonces esposo como una muestra de su solidaridad. Erik le respondió y ahí comenzaron una amistad. Tammi descubrió en 1996 que su marido abusaba de su hija, solicitó el divorcio, lo acusó delante de las autoridades y empezó una relación con el convicto.
“El amor de Tammi me ha impulsado a ser mejor persona. Quiero ser el mejor marido posible para ella”, dijo Erik a People en 2005. “Y esto afecta a las decisiones que tomo cada día en la cárcel. Tammi me ha enseñado a ser un buen marido”, puntualizó el menor de los Menéndez, hoy de 53 años.
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En una charla con Dan Abram en ‘The Abrams Report’ Tammi por su parte, dijo: “Todo el mundo me cuestiona. Ya sabes, ¿está loca? ¿Está loca?”, contó. “La única que me apoya es mi madre y su familia también. Pero aparte de eso, es muy difícil”, refiriéndose a la constante crítica por estar casada con un convicto.
Lyle y Erik Menéndez no tienen visitas conyugales de sus esposas
Ahora ha trascendido información de Los Ángeles Times, según la cual ni Erik ni Lyle pueden sostener relaciones sexuales en prisión y aunque sus esposas los frecuentan, no son consideradas visitas conyugales, ya que no está permitido ningún encuentro íntimo. Esto porque en California existe un programa basado en las visitas de contacto, que permite al recluso pasar tiempo con su familia en vez de “tiempo privado” con su cónyuge como medio de forzar el amor o la procreación.
En charla con People, Erik mencionó al respecto: “Tammi me ha enseñado a ser un buen marido. No hay sexo de reconciliación, sólo una llamada telefónica de 15 minutos… Así que realmente tienes que intentar que las cosas funcionen”. Tammi mencionó en su entrevista en MSNBC que la situación era compleja. “Es muy difícil”, pero adicionó. “Recibo apoyo emocional de Erik. Es mi mejor amigo”.
Tanto Tammi como Rebeca han vuelto a ser abordadas para entrevistas, a raíz de la popularidad de la serie ‘Monstruos: la historia de Lyle y Erik Menéndez’, que muestra la vida de los hermanos y lo que pasó antes, durante y después del crimen. Los hermanos se pronunciaron en contra de la serie de Ryan Murphy y la acusaron de mentirosa.