Un año antes del fatídico 20 de agosto de 1989, día en el que Lyle y Erik Menéndez mataron a sus padres en su casa, la familia en pleno, compuesta por José y Kitty y sus hijos llegaron a vivir al vecindario de Beverly Hills.
La casa contaba con todos los lujos y las comodidades para que los Menéndez fueran vistos como una parentela exitosa. El padre, que había salido de Cuba a los 16 años, donde era parte de una familia adinerada que se vio perseguida por el régimen, había estudiado y se había esforzado por salir adelante y destacarse en los negocios. Luego de trabajar en Hertz, fue nombrado ejecutivo de la disquera RCA, donde tenía contacto con las estrellas del momento. José fue el encargado de firmar al grupo Menudo, que confió en esta disquera su internacionalización.
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La casa, que antes de recibir a los parricidas, de 18 y 21 años cuando cometieron los crímenes, y sus padres, había sido alquilada a estrellas como Elton John o Prince, fue construida en los años 20; después, fue remodelada en 1984 y José la compró en 1988 por 4 millones de dólares.
Lyle y Erik Menéndez semanas antes de matar a sus padres en la noche del 20 de agosto de 1989 sentado a la entrada de la mansión
La mansión está ubicada en North Elm Drive, el mismo vecindario donde han tenido lugar series que se refieren al lujo de los millonarios como ‘Beverly Hills 90210′.
“La villa de 9,063 pies cuadrados de estilo mediterráneo en Elm Drive cuenta con siete habitaciones y originalmente figuraba por $19,999,500”, dice Realtor.com, la empresa de bienes raíces, que se ha encargado de comercializarla en los últimos años. En su descripción informa que tiene una piscina, una cancha de tenis, nueve baños y una casa de huéspedes.
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La casa de los Menéndez fue valorada en 4.8 millones de dólares en 1991 y, poco tiempo después de los crímenes, salió a la venta. William Link, escritor de series como ‘Columbo’ y ‘Murder She Wrote’, la adquirió en 1993 por cerca de 3.6 millones de dólares.
Link solo vivió ahí unos años. Luego, fue comprada por Sam Delug, un ejecutivo de comunicaciones, en el 2001, por 3.7 millones de dólares.
Según información del New York Post, la mansión volvió a ser comprada hace pocos meses, por un comprador que ha preferido mantenerse en el anonimato. Pagó 17 millones de dólares, una suma que se cree es inferior en un 25% al valor real. Aunque la denominada Murder House recibe muchos curiosos que cada año, se conforman con verla en su fachada, pues quieren ir a ver dónde se cometieron los crímenes, esto no le ha aumentado sino disminuido su valor: no muchos quieren vivir en un lugar donde un par de hijos mataron a sus padres y luego se fueron al cine para después fingir hallar sus cadáveres y llamar al 911.
Con respecto a si la serie ‘Monstruos: la historia de Lyle y Erik Menéndez’ se grabó allí, la respuesta es no. Netflix usó una casa similar en Los Ángeles para ello.