67 millones de niños en el mundo no han sido vacunados, ¿cómo influyó la pandemia?
Uno de cada cinco niños en el mundo no está vacunado contra el sarampión, una enfermedad que puede ser mortal en la primera infancia y que aumentó en 2022. Esta situación se repite, en diferente medida, con la inmunización contra otras enfermedades y virus.
La pandemia de covid-19 hizo retroceder la inmunización de los niños y niñas en todo el mundo. Esa fue la conclusión a la que llegó el informe “El Estado Mundial de la Infancia 2023: Para cada niño, vacunación”, luego de analizar los datos, recopilados por The Vaccine Confidence Project y publicados por UNICEF.
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La pandemia de covid-19 hizo retroceder la inmunización de los niños y niñas en todo el mundo. Esa fue la conclusión a la que llegó el informe “El Estado Mundial de la Infancia 2023: Para cada niño, vacunación”, luego de analizar los datos, recopilados por The Vaccine Confidence Project y publicados por UNICEF.
Según este estudio, en 2019, 19.1 millones de niños y niñas no accedieron a las vacunas de la primera infancia, o solo se les aplicó una dosis. En 2020 la cifra aumentó a 22, 9 millones, y en 2021 la cantidad fue de 25 millones. Es decir, que en esos tres años, 67 millones de menores no se beneficiaron de la vacunación total o parcial. (Lea: ONU pide prestar más atención a derechos de las mujeres que al aumento de población)
De esa cifra, 48 millones no recibieron ni una sola vacuna de rutina, también conocida como “dosis cero”, contra la difteria, la tos ferina y el tétanos (DTP1). Además, los niveles de cobertura de vacunación disminuyeron en 112 países.
Esta situación ya está reflejando sus consecuencias negativas, pues en 2022, por ejemplo, el número de casos de sarampión aumentó en más de doble, en comparación con el año anterior. Lo preocupante es que aproximadamente 1 de cada 5 niños no tienen ninguna protección contra esa enfermedad que puede ser mortal durante la primera infancia.
Además, el número de niños y niñas paralizados por la poliomielitis aumentó un 16 % en 2022. Al comparar el período de 2019 a 2021, con el período anterior de tres años (2016 - 2018), se multiplicó por ocho el número de niños paralizados por esta enfermedad. (Lea: Italia distribuirá pastilla anticonceptiva gratis a mujeres de todas las edades)
Un panorama más grave y alarmante viven las niñas, pues alrededor de 7 de cada 8 menores expuestas no están vacunadas contra el virus de papiloma humano (VPH) que puede causar cáncer de cuello uterino.
Los más afectados por la falta de acceso a vacunas viven en las comunidades pobres, remotas y marginadas, algunas afectadas por conflictos. Esta desigualdad se ve reflejada en las cifras, como por ejemplo, que 1 de cada 5 niños que vive en hogares pobres no recibe dosis, mientras que en los más ricos, es solo 1 de cada 20.
En los países de ingresos bajos y medianos, las brechas entre niños y niñas que viven en zonas urbanas y rurales son también notables. Aproximadamente 1 de cada 10 niños en áreas urbanas no reciben dosis, mientras que en las áreas rurales la cifra es 1 de cada 6.
A finales de 2021, India y Nigeria tenían el mayor número de niños sin ni quisiera una vacuna. Sin embargo, los aumentos en el número de niños sin vacuna fueron especialmente notables en Myanmar y Filipinas. (Lea también: La exposición a la contaminación del tráfico tiene impactos en la mortalidad)
“Las enfermedades no respetan fronteras. Las inmunizaciones de rutina y los sistemas de salud sólidos son nuestra mejor opción para prevenir futuras pandemias, muertes innecesarias y sufrimiento”, sostuvo Catherine Russell, directora ejecutiva de UNICEF.
Esta situación es alarmante teniendo en cuenta que las vacunas salvan 4,4 millones de vidas cada año, una cifra que podría aumentar a 5,8 millones en 2030 si se cumplen los objetivos de la agenda de inmunización, de acuerdo con el estudio de UNICEF.
Antes de la puesta en marcha de la vacuna en 1963, el sarampión causaba la muerte de unos 2,6 millones de personas al año en todo el mundo, en su mayoría niños y niñas. En 2021, esa cifra se redujo a 128.000, que si bien aún es una cantidad demasiado elevada, representa una notable mejoría.
¿Cómo influyó la pandemia del covid-19?
Antes de la pandemia, el progreso de la vacunación se había estancado durante casi una década. El covid-19 ayudó a exacerbar esta tendencia. La incertidumbre sobre la respuesta a la situación que estaba viviendo el mundo, el creciente acceso a información engañosa, la disminución de la confianza en la experiencia y la polarización política, fueron algunos de los factores que influyeron.
El coronavirus representó nuevas y enormes exigencias para los sistemas sanitarios, que en su gran mayoría no estaban preparados para afrontarlas. La pandemia también agravó la escasez existente de personal sanitario, y además el confinamiento, y posteriormente las recomendaciones de permanecer en casa, así como el miedo de contraer el virus, llevaron a las familias a posponer la vacunación. (Lea: El 84% de las migrantes prostituidas tenían impactos en su salud mental)
A esta situación se suma la percepción de las personas sobre la vacunación infantil. Vaccine Confindet Poject realizó encuestas en 55 países y encontró que esta percepción disminuyó en más de un tercio en la República de Corea, Papúa Nueva Guinea, Ghana, Senegal y Japón tras el inicio de la pandemia.
China, India y México, por su parte, fueron los únicos países estudiados donde los datos indican que la percepción de la importancia de las vacunas se mantuvo firme o incluso mejoró.
Dentro de las preguntas que hicieron estaba, por ejemplo, si creían que las vacunas son compatibles con sus creencias. En Japón solo 36 % de las personas estuvieron de acuerdo, en Camboya el 46 % y en Pakistán el 53 %.
En casi la mitad de los 55 países estudiados, más del 80 % de los encuestados percibieron las vacunas como importantes para los niños. Pese a esto, en países como Rusia solo el 49 % cree que la vacunación es relevante. (Lea: La razón que explicaría los altos nacimientos de gemelos en un municipio de Brasil)
“Estos datos son una señal de advertencia preocupante. No podemos permitir que la confianza en las inmunizaciones de rutina se convierta en otra víctima de la pandemia. De lo contrario, la próxima ola de muertes podría ser de más niños con sarampión, difteria u otras enfermedades prevenibles”, indicó la funcionaria de UNICEF.
¿Qué se debe hacer?
Desde esta agencia de las Naciones Unidas, consideran que se deben implementar diferentes medidas. La primera de estas es fortalecer la atención primaria de salud y proporcionar a sus trabajadores, en su mayoría mujeres, los recursos y el apoyo que necesitan.
“El informe encuentra que las mujeres están en la primera línea de la entrega de vacunas, pero enfrentan salarios bajos, empleo informal, falta de capacitación formal y oportunidades profesionales y amenazas a su seguridad”, señalan.
Es por esto que UNICEF hace un llamado a los gobiernos para que redoblen su compromiso de aumentar el financiamiento para la inmunización, incluso los que sobraron en la pandemia. (Lea: Descubren una nueva especie de salamandra en Colombia)
“Sabemos muy bien que las enfermedades no respetan fronteras. Es el momento de redirigir los recursos aún disponibles de la campaña de vacunación contra el covid-19 para fortalecer los servicios de inmunización e invertir en sistemas sostenibles para todos los niños”, dijo Russell.
Un componente clave que mencionan, es el trabajo con las comunidades y sus líderes para ayudar a identificar las barreras para que los niños sean vacunados y desarrollar enfoques para resolverlas.
“Hay que equipar a médicos, trabajadores de la salud y líderes religiosos para abordar las preocupaciones. Estas personas a menudo disfrutan de altos niveles de confianza en su comunidad. Por lo tanto, es esencial que estén facultados para contrarrestar la información errónea y promover el valor de la vacunación”, señala el estudio.