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Colombia tiene altos niveles de fecundidad adolescente y en América Latina se encuentra dentro del grupo de países con mayores tasas de fecundidad adolescente. Para determinar las consecuencias socioeconómicas del embarazo adolescente en el país, el Fondo de Población de las Naciones Unidas realizó un estudio en el que encontró que el embarazo adolescente y la maternidad temprana afectan los ingresos y la participación de las mujeres en el ámbito laboral. (Lea: Invertir en que niñas acaben la educación secundaria aumenta el PIB un 10 %)
Para ello, la UNFPA aplicó por primera vez en el país la metodología MILENA, que detalla y cuantifica las diferencias entre las mujeres que tuvieron hijas o hijos durante la adolescencia frente a aquellas que postergaron la maternidad para la edad adulta joven. Luego, relacionaron esta variante con la participación laboral, ingresos, educación, el gasto del país por la atención del embarazo y el parto en niñas y adolescentes, y el costo para el Estado en términos fiscales. Dividieron los resultados en cinco grupos.
El primero fue la participación laboral de las mujeres. El estudio evidenció que en 2018 la tasa de inactividad de las mujeres que tuvieron su primer hija o hijo en la adolescencia fue de 32,37%, mientras que en aquellas que postergaron su maternidad para la edad adulta joven la tasa fue de 30,82%. Además, la tasa del desempleo para quienes tuvieron una hija o hijo en la adolescencia fue mayor, con un 16,5%.
La UNFPA resalta que en 2018 las mujeres que tuvieron una hija o un hijo durante la adolescencia dejaron de recibir cerca de $1,1billones en sus ingresos por tener una menor participación laboral. “Las mujeres que fueron madres durante la adolescencia recibieron 23,5% menos ingresos, es decir $7.963.812 frente a las mujeres que postergaron su maternidad, lo que equivale a $3,6 billones por la brecha de ingresos entre ambos grupos”, señala el grupo. (Puede leer: ¿Inconsistencias en reducción de embarazos adolescentes?)
Para los ingresos laborales, la UNFPA estimó que las mujeres que fueron madres entre los 10 y los 19 años recibieron en promedio 23,5% menos ingresos laborales en 2018. Una cifra que le representó a Colombia una perdida de $3,6 billones anuales por la brecha de ingresos existentes.
Según el estudio, en la gran mayoría de ocasiones, los ingresos entre las mujeres dependen de su nivel educativo. Aquellas que alcanzan un posgrado, por ejemplo, tienen un ingreso 7.3 veces mayor frente a quienes solo cuentan con educación primaria. De las mujeres entre los 10 y 19 años que quedaron embarazadas en 2018 solo el 13,8% consiguió continuar con sus estudios. Para 2018, la pérdida de ingresos provocada por el abandono escolar relacionado con el embarazo adolescente fue de $2,2 billones.
En cambio, las mujeres que postergaron su maternidad, entre los 20 y 29 años, el 71,5% consiguieron terminar sus estudios de primaria y secundaria; el 28,5% continuaron con sus estudios, por ejemplo en carreras técnicas; y el 25,4% lograron un nivel tecnológico.
La dimensión salud, quizás, fue la más alarmante. en 2018 murieron 82 niñas y adolescentes entre los 10 y 19 años por causas relacionadas con el embarazo, el parto y el posparto. El 15,7% del total de las 521 muertes maternas registradas para ese año fueron causadas por el embarazo adolescente.
“Si el Estado colombiano previniera el embarazo en la adolescencia ahorraría hasta $12 mil millones, que fue el gasto que tuvo ese año el sistema de salud por la asistencia en salud de niñas y adolescentes durante su embarazo, parto y posparto”, señala el estudio. (Le puede interesar: Cada 16 segundos ocurre una muerte perinatal en el mundo, según ONU)
En cuanto al impacto fiscal, más de 2 millones y medio de mujeres entre los 20 y 29 años que tuvieron su primera hija o hijo en la adolescencia, dejaron de devengar $5.1 billones de pesos. Ese fue el costo para la sociedad y el Estado colombiano no prevenir el embarazo adolescente y la maternidad temprana, una cifra que corresponde al 0.56% del Producto Interno Bruto del país.
La UNFPA resalta que con ese dinero que se perdió que pudo haber invertido 2,3 veces en el Programa Familias en Acción, con el que se pudo beneficiar a 318 mil familias más; o se pudo multiplicar por siete el número de niñas y niños beneficiados con los refrigerios de los programas de alimentación escolar.
Además de ese monto dinero, la UNFPA resalta que el impacto del embarazo adolescente representa una menor educación, ingresos más bajos, aumenta el riesgo de enfermar y/o morir por tener una vida reproductiva a menor edad, menor participación en el mercado laboral o menos aportes fiscales para el Estado. (Podría leer: El colectivo católico mexicano que apoya el aborto libre en Colombia)