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Hace unos días, al departamento de urgencias del hospital universitario St. Vincent’s, ubicado en Dublín, la capital de Irlanda, llegó una mujer de 66 años que aseguraba haber ingerido una cantidad desconocida de baterías AA y AAA. Tras tomar una radiografía, los médicos detectaron una gran cantidad de baterías en el abdomen de la mujer. (Puede leer: “Lamento la posición tomada por el Gobierno colombiano en la OPS”: exministro Ruíz)
A los doctores, inicialmente, les causó extrañeza el caso pues, como cuentan en un artículo publicado en el Irish Medical Journal, la ingesta de baterías cilíndricas es una método raro de autolesión deliberada que, además, tiene un alto potencial de causar complicaciones severas como lesión de la mucosa, perforaciones y obstrucciones.
El problema con este tipo de emergencias, aclaran, es que no existe un tratamiento claro para la expulsión de las baterías. Entonces, en primer lugar, optaron por un tratamiento “conservador” que consistió en hacerle seguimiento a la mujer y esperar cuántas pilas AA podía expulsar sin ayuda. Durante la primera semana, la paciente logró eliminar cinco baterías. (Le puede interesar: Las enfermedades olvidadas que crecen entre la palma y la coca)
Sin embargo, tras tres semanas de observaciones, los doctores identificaron que la gran mayoría de pilas permanecían en el abdomen de la mujer que para entonces ya experimentaba fuertes dolores. Fue en ese momento que el equipo médico decidió realizar una laparotomía, una cirugía para poder acceder al abdomen. Además de una gran cantidad de baterías, los cirujanos se encontraron con un estómago distendido y estirado que, por el peso de los objetos que había ingerido la mujer, ya hacía contacto con el hueso púbico.
En la intervención quirúrgica se extrajeron 46 pilas del estómago, entre las que se encontraban AA y AAA. Además, cuatro pilas que estaban atoradas en el colón, tuvieron que ser sacadas por el ano de la mujer. Las 50 baterías extraídas, sumadas a las cinco que logró expulsar la paciente sin ayuda, arrojaron un total de 55 pilas. “Hasta donde sabemos, este caso representa el mayor número de pilas ingeridas en un solo momento”, informaron los doctores. (También puede leer: Hospitales y clínicas detectan escasez de insumos y medicamentos)
Tras varios días de recuperación y una última radiografía que confirmó que ya no había más pilas alojadas en el cuerpo de la mujer, esta fue dada de alta sin mayores complicaciones.