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129 personas fumaban, en promedio, 23 cigarrillos al día. En uno de esos días, sufrieron un ictus, también conocido como accidente cerebrovascular. Luego de la enfermedad, el 53 % del total siguió fumando con normalidad. Sin embargo, el 26 % lo dejaron por completo y sin dificultad. En términos médicos: cumplieron los criterios de remisión a la adicción.
¿Por qué unos individuos pudieron dejar de fumar y otros no tras la enfermedad? Esa fue la pregunta que guio a un grupo de investigadores que acaban de publicar los resultados en Nature. La diferencia entre ambos grupos parece estar en un circuito común del cerebro, señala el trabajo. De hecho, el estudio se titula “Las lesiones cerebrales que alteran la adicción se sitúan en un circuito común del cerebro humano”. (Puede leer: Endometriosis: cuando la normalización del dolor menstrual invisibiliza una enfermedad)
La primera hipótesis que surgió en el equipo de investigadores liderado por el neurólogo Juho Joutsa, y los médicos Khaled Moussawi y Shan Siddiqi, fue que el accidente cerebrovascular se producía en la misma región del cerebro para los 34 pacientes que dejaron de fumar.
Tras analizar cientos de imágenes cerebrales, se dieron cuenta de que esto no era cierto. “La heterogeneidad de las áreas cerebrales afectadas en estos casos fue una de las principales motivaciones para nuestro enfoque”, comentó Joutsa, que trabaja en la Universidad de Turku, Finlandia. (Le puede interesar: Alerta por lotes falsificados de dos medicamentos que podrían circular en el país)
Viendo refutada su primera hipótesis, propusieron un abordaje distinto para el problema. “Comparamos las conexiones de las áreas lesionadas de pacientes que remitieron con pacientes que siguieron fumando para determinar las que median la remisión de la adicción”, apunta el neurólogo.
De esta manera, llegaron a la conclusión del estudio: “Las lesiones que perturban la adicción al tabaco se produjeron en muchas localizaciones cerebrales diferentes, pero se caracterizaron por un patrón específico de conectividad cerebral”. En palabras menos técnicas, existe un patrón de conexiones cerebrales que explican por qué ciertos individuos dejaron de fumar luego del accidente. (También puede leer: La necesidad de sangre es universal: OPS en el Día Mundial del Donante de Sangre)
“Este patrón implicaba una conectividad positiva con el cíngulo dorsal, el córtex prefrontal lateral y la ínsula, y una conectividad negativa con el córtex prefrontal y temporal medial”, explica el estudio. En otras palabras, los pacientes dejaron de fumar, no por el área del cerebro que se vio afectada por el accidente, sino porque la lesión que alteró la adicción se dio en ese circuito cerebral que describe el trabajo.
Pero los autores del estudio fueron más allá. Compararon los perfiles de los pacientes que dejaron el tabaco con los de cerca de 200 veteranos de la Guerra de Vietnam que tienen poco riesgo de ser adictos al alcohol. Encontraron que el daño generado en los circuitos de los exfumadores, era el mismo que en el de los veteranos. “Este circuito se asoció con un menor riesgo de adicción al alcohol”, concluye el trabajo. (Puede interesarle: Por primera vez Estados Unidos aprueba tratamiento sistémico contra la alopecia)
“Llegamos a la conclusión de que las lesiones cerebrales que perturban la adicción se sitúan en un circuito cerebral humano específico y que los centros de este circuito proporcionan objetivos comprobables para la neuromodulación terapéutica”, apunta el trabajo en el que participaron 13 investigadores más.
La neuromodulación terapéutica busca interferir determinados circuitos cerebrales para tratar diferentes enfermedades como la depresión o los trastornos alimentarios. Con este hallazgo, lo que proponen los científicos es tratar las adicciones de esta manera. (Puede leer: Viruela del mono: OMS no recomienda vacunación masiva)
Así lo expresó Michael Fox, director del Centro de Terapéutica del Circuito Cerebral de Hospital Brigham and Women’s (Universidad de Harvard, Estados Unidos) y autor senior de la investigación: “Ahora que nuestro estudio ha identificado un objetivo, un circuito cerebral humano específico, esperamos comprobar si la neuromodulación dirigida a este circuito proporciona una recuperación sostenida de los síntomas de nuestros pacientes”.