Alemania propone grandes multas para los padres que no vacunen a sus hijos
El Ministerio de Salud de ese país propuso una ley que cobraría una multa de hasta 2.500 euros a padres de niños no vacunados. El objetivo sería vacunar a la mayor cantidad posible de niños.
Redacción salud
El Ministerio de Salud alemán, en cabeza de Jens Spahn, anunció este miércoles que presentará un proyecto de ley con el que se impondría multas de hasta 2.500 euros (unos 7 millones de pesos) para los padres que no vacunen a sus hijos.
Spahn señaló que el objetivo de dicha legislación “no es multar a los padres, sino asegurarnos que la mayor cantidad de gente está inmunizada”, especialmente contra el sarampión, una enfermedad prácticamente extinta pero que, debido a la desinformación promovida por los movimientos antivacunas, está resurgiendo en Europa y Estados Unidos.
La medida prohibiría a los niños no vacunados de asistir al preescolar, debido al peligro que implican los ambientes escolares para los menores no inmunizados. Con esto, señaló el Ministerio de Salud, buscan proteger a los pequeños.
Para los niños que ya están en edad de asistir al colegio, la ley propone otra solución: que los padres paguen la multa, ya que el estado alemán exige que todos los niños mayores de 5 años asistan a la escuela.
Sin embargo, la norma permite hacer excepciones, pues hay niños mayores, e incluso adultos, que no pueden vacunarse debido a condiciones como la leucemia, o aquellos que son receptores de órganos. Para estos casos, informó el medio alemán DW, los padres deberán dar pruebas de que sus hijos padecen una condición médica que les impide recibir la vacuna.
“Quiero erradicar el sarampión”, le dijo el ministro Spahn al diario local Bild am Sonntag. “Todos los padres deberían poder tener la tranquilidad de que sus hijos no serán infectados ni amenazados por esta enfermedad”, añadió.
Y es que la vacuna del sarampión, como muchas otras, funciona en parte gracias al llamado “efecto rebaño”: si la mayor parte de una población está vacunada, blinda a quienes, por x o y motivo, no fueron inmunizados. Pero si las tasas de vacunación empiezan a descender, el virus puede colarse más fácilmente en los cuerpos de los niños no protegidos, y propagarse con mayor velocidad.
Y si bien en Alemania siguen siendo altas – se estima que el 93% de los menores tienen la vacuna–, de acuerdo con el Instituto de Salud Robert Koch, el país no cumple con el porcentaje mínimo de vacunación del 95% de la población infantil.
Se espera que la medida, que actualmente está siendo discutida por el gabinete, empiece a regir desde Julio de 2020, cuando los padres que deseen inscribir a sus hijos en el sistema de educación deberán comprobar que están vacunados.
Una amenaza a la salud planetaria
Las bajas tasas de vacunación que se han presentado en los últimos años tienen en alerta a las autoridades sanitarias de todo el mundo. A principios de este año, la Organización Mundial de la Salud señaló que el movimiento antivacunas (o antivaxxers, como se conocen en inglés) representa una de las peores amenazas a la salud pública en el mundo. (Puede interesarle: Movimiento antivacunas y polución entran a la lista de amenazas para la salud de la OMS)
Solo en 2018, el sarampión mató a 136.000 personas en todo el mundo, y las cifras de infectados aumentaron en un 50% respecto a 2017. En Ucrania, donde tuvo lugar la mayor alza, se registraron 35.000 casos en 2018, es decir, 30.000 más que el año anterior. Entre enero y febrero de 2019, este país ya suma 24.000 casos.
En los primeros cuatro meses de este año, señaló esta misma entidad, la tasa de infectados en Europa aumentó en un 300% comparado con 2018. "Si la respuesta a los brotes no es oportuna y completa, el virus encontrará su camino en más bolsillos de personas vulnerables y potencialmente se propagará a otros países dentro y fuera de la región", advirtió la OMS el martes pasado.
El problema también se ha extendido en Estados Unidos. En el estado de Nueva York, han sido cerradas varias escuelas judías ortodoxas pues en lo que va del año ya se han registrado 423 casos de la enfermedad. La zona de Williamsburg, en Brooklyn, fue declarada en estado de emergencia pública el pasado 9 de abril. (Puede leer: Cierran más escuelas judías en Nueva York por brote de sarampión)
El Ministerio de Salud alemán, en cabeza de Jens Spahn, anunció este miércoles que presentará un proyecto de ley con el que se impondría multas de hasta 2.500 euros (unos 7 millones de pesos) para los padres que no vacunen a sus hijos.
Spahn señaló que el objetivo de dicha legislación “no es multar a los padres, sino asegurarnos que la mayor cantidad de gente está inmunizada”, especialmente contra el sarampión, una enfermedad prácticamente extinta pero que, debido a la desinformación promovida por los movimientos antivacunas, está resurgiendo en Europa y Estados Unidos.
La medida prohibiría a los niños no vacunados de asistir al preescolar, debido al peligro que implican los ambientes escolares para los menores no inmunizados. Con esto, señaló el Ministerio de Salud, buscan proteger a los pequeños.
Para los niños que ya están en edad de asistir al colegio, la ley propone otra solución: que los padres paguen la multa, ya que el estado alemán exige que todos los niños mayores de 5 años asistan a la escuela.
Sin embargo, la norma permite hacer excepciones, pues hay niños mayores, e incluso adultos, que no pueden vacunarse debido a condiciones como la leucemia, o aquellos que son receptores de órganos. Para estos casos, informó el medio alemán DW, los padres deberán dar pruebas de que sus hijos padecen una condición médica que les impide recibir la vacuna.
“Quiero erradicar el sarampión”, le dijo el ministro Spahn al diario local Bild am Sonntag. “Todos los padres deberían poder tener la tranquilidad de que sus hijos no serán infectados ni amenazados por esta enfermedad”, añadió.
Y es que la vacuna del sarampión, como muchas otras, funciona en parte gracias al llamado “efecto rebaño”: si la mayor parte de una población está vacunada, blinda a quienes, por x o y motivo, no fueron inmunizados. Pero si las tasas de vacunación empiezan a descender, el virus puede colarse más fácilmente en los cuerpos de los niños no protegidos, y propagarse con mayor velocidad.
Y si bien en Alemania siguen siendo altas – se estima que el 93% de los menores tienen la vacuna–, de acuerdo con el Instituto de Salud Robert Koch, el país no cumple con el porcentaje mínimo de vacunación del 95% de la población infantil.
Se espera que la medida, que actualmente está siendo discutida por el gabinete, empiece a regir desde Julio de 2020, cuando los padres que deseen inscribir a sus hijos en el sistema de educación deberán comprobar que están vacunados.
Una amenaza a la salud planetaria
Las bajas tasas de vacunación que se han presentado en los últimos años tienen en alerta a las autoridades sanitarias de todo el mundo. A principios de este año, la Organización Mundial de la Salud señaló que el movimiento antivacunas (o antivaxxers, como se conocen en inglés) representa una de las peores amenazas a la salud pública en el mundo. (Puede interesarle: Movimiento antivacunas y polución entran a la lista de amenazas para la salud de la OMS)
Solo en 2018, el sarampión mató a 136.000 personas en todo el mundo, y las cifras de infectados aumentaron en un 50% respecto a 2017. En Ucrania, donde tuvo lugar la mayor alza, se registraron 35.000 casos en 2018, es decir, 30.000 más que el año anterior. Entre enero y febrero de 2019, este país ya suma 24.000 casos.
En los primeros cuatro meses de este año, señaló esta misma entidad, la tasa de infectados en Europa aumentó en un 300% comparado con 2018. "Si la respuesta a los brotes no es oportuna y completa, el virus encontrará su camino en más bolsillos de personas vulnerables y potencialmente se propagará a otros países dentro y fuera de la región", advirtió la OMS el martes pasado.
El problema también se ha extendido en Estados Unidos. En el estado de Nueva York, han sido cerradas varias escuelas judías ortodoxas pues en lo que va del año ya se han registrado 423 casos de la enfermedad. La zona de Williamsburg, en Brooklyn, fue declarada en estado de emergencia pública el pasado 9 de abril. (Puede leer: Cierran más escuelas judías en Nueva York por brote de sarampión)