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Los movimientos antivacunas, uno de los mayores riesgos que hoy enfrenta la salud pública, parecen haber logrado su cometido: hay 21 millones de niños que no se vacunan cada año contra el sarampión. (Lea Estudiantes colombianos, entre los 5 mejores equipos de Física del mundo)
La cifra la dio a conocer Unicef en un estudio en el que los investigadores analizaron datos globales desde 2010 a 2017. Entre esos años, es posible que unos 169 millones de menores no recibieran la primera dosis de la inoculación contra esta enfermedad. (Lea Inicia el primer programa de vacunación contra la malaria)
Estados Unidos, Francia y Reino Unido son los países desarrollados en donde más infantes no han recibido su vacuna: 2,6 millones, 608.000 y medio millón, respectivamente. Entre los de bajos y medianos ingresos, Nigeria lidera el escalafón: 4 millones de niños no recibieron la vacuna en 2017. Lo sigue la India, con 2,9 millones de menores sin vacuna.
De hecho, 110.000 personas, mayoritariamente niños, murieron por sarampión en 2017, representando un aumento del 22% con respecto al año anterior.
En 2019, según Unicef, se han detectado más de 110.000 casos, un 300 % más que en el primer trimestre de 2018.
"El caldo de cultivo de los brotes mundiales de sarampión de los que somos testigos hoy en día se estableció hace años. El virus del sarampión siempre encontrará a niños sin vacunar. Si realmente queremos evitar la propagación de esta peligrosa pero evitable enfermedad, debemos vacunar a todos los niños", dijo la directora ejecutiva del organismo, Henrietta Fore.
Fore llama también a no distinguir entre los niños procedentes de países con mayor abundancia de los más pobres, puesto que si bien la situación en los países de menores rentas es grave, en aquellos con mayores ingresos se está agravando. Precisamente en el barrio neoyorquino se ha declarado una emergencia sanitaria por el rechazo de la comunidad ortodoxa judía a vacunarse.
Para conseguir una inmunización contra el sarampión son necesarias dos dosis: a nivel mundial, la cobertura de la primera es del 85 % y la segunda del 67 %, cuando la Organización Mundial de la Salud recomienda un umbral del 95 % para lograr la "inmunidad colectiva".
En los países más ricos la cobertura de la primera dosis es del 94%; pero la de la segunda es del 91 %. Falta de acceso, sistemas de salud deficientes, el temor y el escepticismo con respecto de las vacunas, son algunos de los factores que están influyendo en este serio problema.