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Hace unos días la ONU publicó una preocupante alerta: los casos de sarampión, una enfermedad para la que hay vacuna, se dispararon en el mundo: durante los dos primeros meses del 2022, advirtió, se notificaron cerca de 17.338 casos frente a los 9.665 que se habían registrado en el mismo lapso durante 2021. (Lea Estados Unidos quiere prohibir los sabores en los cigarrillos)
Y eso es muy inquietante porque el sarampión es una enfermedad que puede ser mortal para los niños que no han recibido la vacuna. Como aseguró la ONU, el gran temor es que a la pandemia de covid-19 le siga una “tormenta” de brotes de otras enfermedades.
Según la agencia, ha habido tres factores que incidieron en este fenómeno: las alteraciones causadas por la pandemia, el aumento de las desigualdades en el acceso a las vacunas y el desvío de recursos.
“El desvío de recursos usados normalmente en las vacunaciones de rutina está dejando demasiados niños sin protección contra el sarampión y otras enfermedades evitables”, dijeron en un comunicado la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Unicef.
Otro de los factores que pueden haber incidido es la relajación de las medidas de distanciamiento físico en los últimos meses y las crisis humanitarias en países como Ucrania, Etiopía o Afganistán.
En cifras un poco más detalladas, hay naciones que reportan un escenario muy preocupante. En Nigeria se detectaron 12.341 casos; en Somalia, 9.068; en Yemen, 3.629; en Afganistán, 3.628, y en Etiopía, 3.039. En gran parte de ellos las tasas de vacunación son bajas (entre el 46 % y el 68 %).
El otro caso que preocupa es Ucrania. Antes de la guerra era el país europeo con más casos (115.000, de los que 41 fueron mortales, entre 2017 y 2019). Ahora, con el conflicto, las campañas de vacunación se han interrumpido.
Las organizaciones advierten de que durante la pandemia se han paralizado 57 campañas de vacunación contra enfermedades infecciosas en 43 países, lo que afecta a 203 millones de personas, muchas de ellas niños.
De esas campañas interrumpidas, 19 son de sarampión, lo que ha puesto a 73 millones de niños en situación de vulnerabilidad ante una enfermedad con capacidad letal y que, al debilitar el sistema inmunológico, puede producir graves infecciones por neumonía o diarrea.
Como dice la Organización Panamericana de la Salud, el sarampión es “una enfermedad viral muy contagiosa que afecta sobre todo a los niños y puede causar severos problemas de salud, incluyendo diarrea intensa, infecciones de oído, ceguera, neumonía y encefalitis (inflamación del cerebro). Algunas de estas complicaciones pueden llevar a la muerte”.
“El sarampión es algo más que una enfermedad peligrosa y potencialmente mortal. También es un primer indicio de que existen lagunas en nuestra cobertura mundial de inmunización, vacíos que los niños vulnerables no pueden permitirse”, dijo la directora ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell.
“La pandemia de COVID-19 ha interrumpido los servicios de inmunización, los sistemas de salud se han visto desbordados y ahora asistimos a un rebrote de enfermedades mortales como el sarampión. En el caso de muchas otras enfermedades, las repercusiones de estas interrupciones de los servicios de inmunización se dejarán sentir durante décadas”, aseguró, por su parte, el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus