Alfonso Esguerra Fajardo: innovador social por excelencia
El pasado 24 de octubre falleció uno de los seis creadores de la Fundación Santa Fe.
Perfil de un médico visionario.
Carlos Pizano Mallarino / ESPECIAL PARA EL ESPECTADOR
La Fundación Santa Fe de Bogotá es, sin lugar a dudas, uno de los emprendimientos sociales más importantes del siglo XX en Colombia. En una época en que la medicina privada era preponderantemente individual y los hospitales y clínicas eran espacios de práctica para que los profesionales atendieran a sus pacientes, la creación de una entidad sin ánimo de lucro que impulsara la práctica institucional con los más altos estándares de calidad y seguridad, en un concepto integral de promoción, prevención y atención a lo largo de toda la vida, constituía un reto de enormes proporciones.
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La Fundación Santa Fe de Bogotá es, sin lugar a dudas, uno de los emprendimientos sociales más importantes del siglo XX en Colombia. En una época en que la medicina privada era preponderantemente individual y los hospitales y clínicas eran espacios de práctica para que los profesionales atendieran a sus pacientes, la creación de una entidad sin ánimo de lucro que impulsara la práctica institucional con los más altos estándares de calidad y seguridad, en un concepto integral de promoción, prevención y atención a lo largo de toda la vida, constituía un reto de enormes proporciones.
Como suele suceder en múltiples actividades productivas y de servicio, no fue un actor establecido y exitoso quien se encargó de la disrupción del modelo tradicional de atención, sino un grupo de individuos brillantes e inconformes con las prácticas imperantes, muchos de ellos formados en instituciones internacionales líderes, quienes se atrevieron a retar el “statu quo” de la práctica médica a través de una propuesta innovadora y actualizada. En la noche del 2 de noviembre de 1972 firmaron el acta de constitución de la Fundación Santa Fe de Bogotá Alfonso Esguerra Fajardo, Gloria González de Esguerra, Pedro Gómez Valderrama, Alejandro Jiménez Arango, José Félix Patiño Restrepo y Enrique Urdaneta Holguín. La invitación a que destacados profesionales médicos y de enfermería se sumaran a la causa de una nueva institución que exigía su dedicación exclusiva y su compromiso con la asistencia, la docencia, la investigación y la salud poblacional con el fin de lograr un impacto contundente e integral, fue recibida con enorme entusiasmo.
El doctor Alfonso Esguerra Fajardo desempeñó un papel determinante en hacer realidad esta utopía. Doctor en medicina y especializado en radiología en la Universidad de Yale, vivió en compañía de su señora, Gloria González de Esguerra, también fallecida recientemente, la formación y práctica médica de frontera en los años sesenta. Tal como lo esperaban, regresaron a Colombia en 1969 y se encontraron con modelos de atención que necesitaban una profunda revisión para beneficio de los pacientes.
No tardó mucho tiempo Alfonso Esguerra en encontrar a colegas médicos que compartían sus preocupaciones y determinación por ejercer un impacto positivo y contundente en la práctica de la salud en Colombia.
Su imaginación visionaria cimentada en un profundo conocimiento del tema asistencial, su indeclinable compromiso con el servicio integral y seguro a los pacientes y sus familias, unas reservas de energía y una capacidad de persistencia prácticamente inagotables, le generaron un poder de convocación admirable. A partir del apoyo incondicional de Gloria y su generosa donación del terreno que hoy ocupa el Hospital Universitario de la Fundación Santa Fe de Bogotá, con su visión de un hospital distinto configurado por el arquitecto George Nelson como un Jardín de la Salud y la dotación de equipos avanzados en las diferentes especialidades médicas, aseguró con sus colegas fundadores la materialización del sueño.
Pero quizá la contribución más importante de Alfonso Esguerra y sus colegas fundadores fue la conceptualización y ejecución de una institución privada, sin ánimo de lucro, que albergara de manera efectiva ese nuevo modelo integral de atención y que fuera capaz de generar progresivamente desenlaces clínicos a la altura de los mejores hospitales del mundo y trascendiera a sus fundadores, preservara su propósito y proyectara su legado (Carlos Pizano Mallarino, Alfonso Esguerra Fajardo, Gloria González de Esguerra y José Félix Patiño. “Libro Blanco del Modelo Médico de la Fundación Santa Fe de Bogotá”. Capítulo 1: Propósito Institucional. 2022).
Entre los factores claves del éxito de los emprendimientos está la habilidad de sus gestores para imprimir una visión ambiciosa de futuro y una cultura organizacional que apropie sus rasgos y valores fundamentales. Desde la perspectiva de Alfonso Esguerra, era indispensable articular una visión de acceso equitativo a servicios de salud seguros y de alta calidad, que solo se alcanza a través de la institucionalidad de grupos de práctica que además se preocupen de la investigación y la docencia. Su foco permanente en lograr la trascendencia de la Fundación Santa Fe de Bogotá manteniéndose centrada en su propósito fundamental y su actividad personal en investigación y docencia, con profundidad, rigor y exigencia contribuyeron a que muchos de sus colaboradores y estudiantes apropiaran con entusiasmo esos valores.
El enfoque de mejoramiento continuo tan importante en sectores exigentes e innovadores, como el de la salud, nace del reconocimiento de las debilidades como oportunidades de mejoramiento. La insistencia de Alfonso Esguerra en muchas de sus comunicaciones sobre la importancia de la humildad, del bajo perfil, de la discreción y de la apertura genuina a diversos enfoques y criterios fue fundamental para erradicar la autocomplacencia.
Afirmó siempre que lo importante no son las personas, sino las instituciones, pero valoró el aporte generoso y desinteresado de quienes contribuyen a desarrollarlas. En cada ocasión subrayaba el valor de la institucionalización: “Cada día subordinábamos más nuestros intereses personales a los de la institución. La terminación de nuestro sueño no era una alternativa para nosotros. Así se inició la institucionalización organizacional dentro de la FSFB, característica indispensable para lograr su subsistencia indefinida” (Alfonso Esguerra Fajardo: “La Fundación Santa Fe de Bogota, sus primeros años: 1972-1985”).
En su dimensión filantrópica hizo eco a la intención de Gloria en cuanto al cuidado de las comunidades vulnerables vecinas a la Fundación. Promovió desde años antes de la apertura del hospital las actividades de la división de gestión comunitaria que contribuyó a mejorar significativamente las condiciones sanitarias de las poblaciones de menores ingresos en la zona de Usaquén y posteriormente en todo el país.
El arrojo y la propensión al riesgo basadas en la profundidad y el carácter impulsan a los innovadores sociales y fueron elementos esenciales de la personalidad de Alfonso Esguerra, quien los destacó de manera elocuente: “No dudo en aseverar que la Fundación Santa Fe de Bogotá fue posible gracias a esa actitud de, y por qué no, sus integrantes, la cual progresivamente se transformó en característica propia de la institución” (Alfonso Esguerra Fajardo: “La Fundación Santa Fe de Bogota: sus primeros años: 1972-1985”).
El profundo sentido estético y la atención al detalle, casi al grado del perfeccionismo, son evidentes en los jardines de la casa de campo de Alfonso y Gloria. Un lago apacible, refugio de patos silvestres, con un bosque de jazmines cruzado por senderos inmaculados que acoge a quien lo transita en un lugar de paz y armonía.
Su disciplina y persistencia las demostró al regresar a la práctica de la radiología, después de retirarse por muchos años que dedicó a múltiples iniciativas, preparándose y actualizándose por su cuenta en unas tecnologías novedosas y complejas, retomando con gran éxito su trabajo riguroso y de excelencia.
Y, por supuesto, la buena suerte cumple un papel importante en el éxito de los emprendimientos. En una de nuestras inolvidables conversaciones, ya alejado Alfonso Esguerra de la práctica médica y del gobierno institucional, le pregunté con gran interés cómo explicaba el éxito de unos fundadores sin mayor experiencia gerencial y con muy pocos recursos de liquidez, y no dudó en contestarme: “¡CHIRIPA!”.
Un protagonista del emprendimiento para la innovación social en Colombia en el siglo XX que nos deja a quienes tuvimos el privilegio de conocerlo, y a todos los que se interesen por su trayectoria y realizaciones, valiosas enseñanzas de humanismo, filantropía y liderazgo emprendedor. (Aquí puede leer más sobre la vida y obra de Alfonso Esguerra Fajardo).