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América Latina y el Caribe deben “asegurar y garantizar la seguridad alimentaria para la región y el mundo, y para hacerlo necesitamos transformar nuestros sistemas agroalimentarios”, afirmó el Director General de la FAO, QU Dongyu, durante la clausura de la 37 Conferencia Regional del organismo.
En su discurso durante la jornada final de la reunión de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), QU calificó como “contribución histórica” el consenso alcanzado con la aprobación por aclamación del informe final de la Conferencia, que sesionó durante tres días en el hotel Swissôtel de la capital ecuatoriana.
Durante las sesiones a nivel ministerial los 33 países de la región buscaron acordar estrategias que permitan enfrentar el complejo escenario actual, derivado del impacto de la pandemia del covid-19, de los efectos del cambio climático en la agricultura y del alza de los precios de alimentos y fertilizantes a causa del conflicto en Ucrania.
“Empoderemos a nuestra gente, empoderemos la tecnología, facilitando las políticas y la financiación responsable”, enfatizó el máximo representante de la FAO al exhortar a trabajar por la transformación agroalimentaria, incluyendo “la innovación, la articulación y la inclusión para enfrentar estos desafíos”. (Lea: De la pandemia a la guerra)
La agricultura de América Latina y el Caribe desempeña un papel fundamental en la economía regional y en el suministro mundial de alimentos. La FAO sostiene que, actualmente, la región produce alimentos suficientes para satisfacer las necesidades calóricas de mil trescientos millones de personas; debido al crecimiento de la población mundial, si la región quiere mantener su contribución, debe ser capaz de producir alimentos para trescientos millones de personas más al año 2050.
La Conferencia Regional se enfocó en cuatro mejoras: una mejor producción, una mejor nutrición, un mejor medio ambiente y una mejor vida. Los países analizaron el Marco Estratégico de la FAO 2023-2031, para adaptarlo a las condiciones y prioridades de los países de la región.
El Marco estratégico de la FAO está en concordancia con los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y busca apoyar a los países a avanzar hacia sistemas agroalimentarios que sean más eficientes, inclusivos, resilientes y sostenibles.
“Ese fue el gran acuerdo de esta reunión: avanzar a la transformación de los sistemas agroalimentarios no solo para hoy, sino para el mañana”, reafirmó Julio Berdegué, Representante Regional de la FAO.
Prioridades
Durante la Conferencia Regional, los países miembros de la FAO establecieron tres prioridades para los próximos dos años: sistemas agroalimentarios sostenibles que garanticen dietas saludables, sociedades rurales prósperas e inclusivas, y una agricultura resiliente y adaptada al cambio climático. (Lea: Casi la mitad de todos los embarazos en el mundo no son intencionales)
Parte de la agenda estratégica de la FAO en la región es impulsar aplicación de innovaciones tecnológicas y lograr la digitalización en áreas rurales y urbanas.
Berdegué destacó la concurrida presencia de los países caribeños en la Conferencia, y que, pese a la diversidad y las diferencias entre las naciones de la región en cuanto a tamaño, capacidad económica, política o ecológica, se logró “encontrar puntos comunes para enfrentar una situación extraordinariamente compleja para los sistemas agroalimentarios de América Latina y el Caribe”.
“La Conferencia sobrepasó nuestras expectativas, porque además de estar tomando decisiones para hoy, se han tomado decisiones pensando también en el mañana”, sostuvo el alto funcionario de la FAO.
El impacto de la guerra en UcraniaMantener el comercio mundial de alimentos y fertilizantes abierto, mejorar la información que tienen los actores del sistema agroalimentarios, y evitar medidas unilaterales que tengan impactos negativos, son tres aspectos destacados por la FAO para enfrentar el aumento de los precios de los alimentos y los fertilizantes producto de la guerra en Ucrania.
Una mayor diversificación de la producción y de las exportaciones mundiales también serán necesarias: “Debería hacerse todo lo posible con vistas a proteger las actividades de producción y comercialización necesarias para satisfacer la demanda nacional y mundial. Las cadenas de suministro deberían seguir en movimiento, lo que significa proteger los cultivos en pie, el ganado, la infraestructura de elaboración de alimentos y todos los sistemas logísticos”, manifestó Máximo Torero, economista jefe de la FAO. (Le puede interesar: Los tres escenarios que plantea la OMS sobre el futuro de la pandemia)
Muchos países en desarrollo dependen del suministro de cereales y de fertilizantes por parte de Rusia y Ucrania. Ante esto, Torero considera que hay que buscar “nuevos y más diversos proveedores”, así como aprovechar las actuales reservas de alimentos y diversificar la producción interna, con lo cual también se garantizaría el acceso a dietas saludables.
Otras alternativas que ayudarían a mitigar el impacto del conflicto ruso – ucraniano, añadió el economista jefe de la FAO, son el apoyo a los grupos vulnerables, incluidos los desplazados internos, y una mayor transparencia e información sobre las condiciones del mercado mundial a la hora de tomar decisiones.
“En todo el mundo, muchas más personas se verán empujadas a la pobreza y el hambre a causa del conflicto, y debemos ofrecerles programas de protección social oportunos y bien orientados”, advirtió Torero.
Guyana acogerá el 38 período de sesiones. La próxima Conferencia Regional para América Latina y el Caribe se celebrará dentro de dos años en Guyana, país situado en la costa nororiental de América del Sur.
Zulfikar Mustapha, ministro de Agricultura de Guyana, agradeció las muestras de apoyo a que su país sea sede del próximo foro regional, y al dar la bienvenida a sus colegas expresó que tendrán la oportunidad de estar en un país que es, al mismo tiempo, “latinoamericano y caribeño”.