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En la Clínica Santa Isabel, en Lima, Perú, se registró el primer nacimiento humano vivo del mundo tras utilizarse una novedosa tecnología que promete convertirse en un punto de inflexión en la salud reproductiva.
Se trata de Fertilo, una tecnología de células de soporte ovárico (OSC, por sus siglas en inglés), que madura óvulos fuera del cuerpo, según Gameto, una empresa biotecnológica estadounidense, que es la responsable del desarrollo de la innovación tecnológica.
“Estamos encantados de celebrar el primer nacido vivo del mundo concebido con Fertilo. Al superar los principales retos de la fecundación in vitro convencional, como los largos ciclos de tratamiento, los importantes efectos secundarios y el desgaste emocional y físico, Fertilo ofrece una solución potencialmente más rápida, segura y accesible para las familias”, aseguró Dina Radenkovic, médica, CEO y cofundadora de Gameto.
Según explicó la empresa en un comunicado, a diferencia de los métodos tradicionales, que se basan en 10 a 14 días de estimulación hormonal a altas dosis para madurar los óvulos, Fertilo usa células jóvenes que son manipuladas para recrear el proceso natural de maduración de los óvulos en un entorno de laboratorio.
De esta manera, se sustituye cerca del 80 % de las inyecciones hormonales que requiere la fecundación in vitro tradicional, lo que reduce la duración del tratamiento a tres días, mejorando la experiencia de las pacientes y siendo una alternativa menos invasiva.
“Este hito marca un punto de inflexión en la salud reproductiva y pone de relieve la primera aplicación de la tecnología de células madre pluripotentes inducidas (iPSC, por sus siglas en inglés) en la fecundación in vitro y el inmenso potencial de nuestra tecnología”, agregó la doctora Radenkovic.
Por su parte, el doctor Luis Guzmán, Director de Pranor Labs & Science, resaltó que la capacidad de madurar óvulos fuera del cuerpo, con una intervención hormonal mínima, también ayuda a reducir significativamente riesgos como el síndrome de hiperestimulación ovárica y alivia los efectos secundarios causados por las altas dosis hormonales.
Por eso, Guzmán señaló que “este avance representa un hito histórico en la medicina reproductiva” y que este tipo de tecnologías representa un avance para las mujeres que no pueden o quieren someterse a tratamientos de fecundación in vitro tradicional, “aportando esperanza y nuevas posibilidades a una población más amplia de pacientes”.
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