¿Apuesta en línea en partidos de fútbol? Es hora de que piense en su salud mental
La rápida expansión de los juegos de azar preocupa a la comunidad científica, que advierte sobre los crecientes riesgos para la salud pública y la estabilidad social a nivel global. Un reciente informe de la Comisión de Salud Pública de The Lancet señala que la digitalización del juego está facilitando su acceso masivo y exacerbando sus efectos negativos, como el daño emocional, la adicción y las pérdidas financieras.
Los científicos están preocupados por los juegos de azar. Advierten que cada vez atrapan a más personas, llevándolas a la ruina y provocando daños físicos y emocionales que pasan inadvertidos. Esta semana, una Comisión de Salud Pública de la revista médica The Lancet publicó un artículo que resume sus temores sobre lo que describen como una “rápida expansión global y transformación digital de la industria del juego.”
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Los científicos están preocupados por los juegos de azar. Advierten que cada vez atrapan a más personas, llevándolas a la ruina y provocando daños físicos y emocionales que pasan inadvertidos. Esta semana, una Comisión de Salud Pública de la revista médica The Lancet publicó un artículo que resume sus temores sobre lo que describen como una “rápida expansión global y transformación digital de la industria del juego.”
La Comisión reunió a un grupo multidisciplinario de expertos líderes en estudios sobre el juego, salud pública, políticas sanitarias globales, control de riesgos y políticas regulatorias, junto con colaboradores que tienen experiencia de primera mano sobre los daños del juego. Tras una revisión y un metaanálisis, los comisionados concluyeron que “el juego representa una amenaza para la salud pública, cuyo control requiere una expansión sustancial y un endurecimiento de la regulación de la industria del juego”.
En este punto, es crucial aclarar algunas definiciones. Cuando los científicos mencionan el “juego”, se refieren a la acción de apostar dinero o bienes materiales en eventos de resultado incierto, con la expectativa de obtener ganancias. El juego comercial, sin embargo, no solo implica riesgos financieros y la posibilidad de una ruina económica; también se asocia con problemas de salud física y mental, rupturas familiares, mayor riesgo de suicidio y violencia doméstica, aumento del crimen, y pérdida de empleo.
Las cifras hablan de una industria de juego gigante. Según la investigación, aproximadamente 448,7 millones de adultos en todo el mundo experimentan algún tipo de juego de riesgo, en el que los individuos experimentan al menos un síntoma conductual o una consecuencia adversa personal, social o de salud del juego. De ellos, se estima que el 80% padecen trastorno del juego o juego problemático. Se trata de un trastorno de salud reconocido y que está clasificado tanto en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11), como en el Manual Diagnóstico y Estadístico-5 (DSM-5) de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, como un trastorno debido a conductas adictivas.
La CIE-11 (una clasificación que fue creada por la Organización Mundial de la Salud) identifica el llamado juego de riesgo como “un patrón de juego que aumenta apreciablemente el riesgo de consecuencias perjudiciales para la salud física o mental del individuo o de quienes lo rodean”. Describe patrones de comportamiento que justifican “la atención y el asesoramiento de profesionales de la salud”. Las directrices internacionales indican que las personas que juegan más de cuatro veces al mes o participan en más de dos tipos diferentes de actividades de juego están sujetas a riesgos sustancialmente mayores de sufrir daños.
El nuevo análisis estima que el trastorno del juego podría afectar al 15,8% de los adultos y al 26,4% de los adolescentes que juegan utilizando productos de casino o tragamonedas en línea, y al 8,9% de los adultos y al 16,3% de los adolescentes que apuestan utilizando productos de apuestas deportivas.
De hecho, los investigadores creen que este impacto perjudicial del juego de apuestas no se distribuye de manera uniforme entre las poblaciones y que hay grupos que enfrentan un riesgo elevado de sufrir daños. Entre ellos, se incluyen los niños y adolescentes, que están expuestos de manera rutinaria a la publicidad de productos de juego de maneras que no tenían precedentes antes de la revolución digital. “Debemos tomar medidas para proteger a los niños de los daños que causa el juego. Sabemos que la exposición temprana al juego aumenta el riesgo de desarrollar trastornos relacionados con el juego más adelante. en la vida, y los niños y adolescentes son particularmente vulnerables al atractivo del dinero fácil y a los diseños lúdicos de los juegos de azar en línea”, señala una de las comisarias de The Lancet, Kristiana Siste.
Las apuestas digitales
Los investigadores escriben preocupados sobre una rápida transformación de la industria del juego hacia productos digitales. Los productos de juego tradicionales, como de casino y las máquinas tragamonedas, se han digitalizado y se han puesto disponibles en línea. Con los celulares como medio de acceso permanente, la industria ha logrado crear un casino en el bolsillo de las personas, abierto las 24 horas del día
Este cambio no es menor. Durante años, quienes querían apostar en deporte, por ejemplo, tenían que hacer una compra semanal en un establecimiento dispuesto para ello. Ahora, las apuestas deportivas se juegan de forma continua a través de aplicaciones. “Las novedades, como las apuestas en directo, permiten apostar no solo sobre el resultado de las competiciones deportivas, sino también sobre varios momentos a lo largo de un partido”, dicen. En el caso del fútbol, si va a haber un penal o si va a haber un expulsado. Todo esto ha significado el surgimiento de mercados internacionales de juego muy poderosos y lucrativos.
Se prevé que el rendimiento de los juegos de azar en todas sus formas comerciales alcance casi los 700 mil millones de dólares en 2028. La entrada de lo digital ha permitido la introducción de características que ha hecho que los productos, tradicionalmente menos nocivos, sean más intensivos. “Se utilizan técnicas e interfaces de diseño persuasivas para moldear el comportamiento del consumidor y maximizar la participación del usuario”, se lee en el estudio. Por ejemplo, la frecuencia de los sorteos de lotería ha aumentado. De manera similar, el bingo se ha transformado en un producto en línea altamente intensivo, al igual que los productos híbridos, como el “slingo” (una combinación de bingo y tragaperras).
Los algoritmos basados en datos se utilizan para orientar la promoción de contenido más atractivo para usuarios específico. Como en un círculo de atracción, las características de diseño del software pueden incluir facilidad de uso y posibilidades como chats en vivo. A diferencia de otras áreas de regulación de la seguridad de los productos, el problema para los científicos es que no existen normas técnicas universales ni reglamentos de protección al consumidor que regulen la seguridad de los productos de juego, a pesar de una mayor comprensión de las características de los productos asociadas con mayores riesgos de daño.
La transformación digital, además, ha hecho universal el juego. La industria juega un papel cada vez más importante en los países de ingresos bajos y medios, muchos de los cuales tienen poca exposición previa a formas comerciales de actividad de juego (por ejemplo, la expansión a países del África subsahariana). “La transformación digital del juego plantea nuevos desafíos, como la penetración de operaciones de juego con sede en el extranjero en países donde están prohibidas todas las formas de juego. En Indonesia, por ejemplo, el juego comercial es ilegal, pero los productos de juego en línea están fácilmente disponibles para el público”, dicen los investigadores. En otras ocasiones, los juegos están siendo subsidiados por el Estado.
¿Qué hacer para controlar los juegos de azar?
Los investigadores son claros: los Estados: “Se necesitan urgentemente controles regulatorios eficaces y con recursos suficientes y liderazgo internacional para reducir el impacto de los juegos de azar comerciales en la salud pública y proteger el progreso hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas”.
“La Comisión insta a los responsables políticos a que traten el juego como un problema de salud pública, al igual que tratamos otros productos adictivos y nocivos para la salud, como el alcohol y el tabaco. Pedimos a los responsables políticos que hagan de la protección contra los daños relacionados con el juego, el foco regulador principal y dominante, y aislar más eficazmente el proceso de formulación de políticas de la influencia de la industria”, señala el profesor Malcolm Sparrow, comisionado de la Escuela de Gobierno Kennedy de Harvard. “Mientras que la industria continúa promoviendo los juegos de azar como un entretenimiento inofensivo, los países y las comunidades están experimentando amenazas cada vez mayores derivadas de los daños que causa el juego”, agrega.
Independientemente de si los juegos de azar están permitidos legalmente, la Comisión pide que se establezca una regulación eficaz en todos los países. Entre las medidas de mayor eficacia se incluyen la aplicación de límites de edad legales, la restricción de la disponibilidad y accesibilidad de los juegos de azar, la prohibición o limitación sustancial de la publicidad, la aplicación de límites universales y obligatorios para el consumo de juegos de azar y la imposición de controles sobre las características de los productos.
Pero no solo eso, los Estados también deben invertir en políticas de prevención. “Son necesarias intervenciones selectivas y específicas para apoyar a las personas que corren el riesgo de sufrir daños relacionados con el juego, o que ya los están experimentando o recuperándose de ellos. Estas medidas incluyen políticas de autoexclusión, mensajes y comentarios personalizados sobre el consumo de juegos de azar, intervenciones basadas en datos de seguimiento y medidas terapéuticas”, dice el estudio. La Comisión pide que las entidades de las Naciones Unidas, en particular la Organización Mundial de la Salud (OMS), y las organizaciones intergubernamentales, incorporen un enfoque sobre los daños del juego en sus estrategias y planes de trabajo para mejorar la salud y el bienestar. en general.
Se requieren también mayores niveles de investigación y mejores sistemas de monitoreo para producir evidencia creíble, independiente, no impulsada por la industria y, por lo tanto, confiable sobre los daños del juego y la eficacia de los diversos métodos de control, escriben los investigadores. “Sin una supervisión adecuada, las conductas corporativas con ánimo de lucro en la industria del juego plantearán riesgos cada vez mayores para un círculo cada vez más amplio de consumidores y para la salud pública en el mundo”.
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