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Así afectan los vuelos de larga distancia al cuerpo y qué puede hacer para prevenirlo

Más allá de la emoción que puede significar viajar hacia otros países, estar en una cabina por un periodo extendido puede afectar su cuerpo. Estos son algunas de la maneras en las que puede tener una mejor experiencia en un avión y evitar contratiempos.

14 de julio de 2024 - 10:36 p. m.
El presunto ladrón fue detenido en el interior del avión.
El presunto ladrón fue detenido en el interior del avión.
Foto: Tomada de Pixabay
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Con el desarrollo de la industria de la aviación, cada vez es más posible llegar a nuevos destinos para conocer diferentes países y lugares del mundo a través de vuelos de avión. Para ponerlo en perspectiva, se estima que el mundo hay más de 120.000 vuelos cada día.

A pesar de los tiempos de desplazamiento más cortos que permite viajar en avión, los vuelos de larga duración pueden tener un impacto considerable en el cuerpo humano debido a las características especiales que se experimentan en una cabina.

Si piensa realizar un viaje largo en los próximos días, acá le dejamos algunos de los efectos en la salud que tiene esta travesía, y algunas cosas que pueden hacer para evitarlas.

Coágulos de sangre

Uno de los posibles efectos secundarios de un vuelo de larga distancia es la formación de coágulos de sangre en las piernas, que, en términos médicos, es conocido como, trombosis venosa profunda (TVP). Esta afectación no es causada por estar en al aire, sino por permanecer inmóvil por un tiempo tan extenso.

¿A qué se debe esto? Cuando una persona se sienta por demasiado tiempo, el flujo de sangre en las piernas disminuye, lo que puede incrementar la probabilidad de que se formen coágulos de sangre. De hecho, un estudio reciente encontró que entre más largo sea el vuelo, se tiene más probabilidades de esto ocurra.

Aunque las probabilidades de que esto ocurra son considerablemente reducidas, haber tenido una cirugía, tomar pastas anticonceptivas con estrógenos, estar proceso de gestación, estar en una terapia hormonal sustitutiva o tener antecedentes familiares de coágulos sanguíneos puede aumentar el riesgo.

Algunos de los síntomas de alarma son hinchazón en las piernas, tobillos o pantorrillas, así como el enrojecimiento de la piel.

Para prevenir esto, un elemento esencial es mantenerse en movimiento, al ponerse de pie y caminar por el avión. También es útil tener un espacio adecuado para las piernas o realizar ejercicios sentado (como flexiones de rodilla o de tobillo), y se recomienda usar medias de comprensión para mejorar el flujo sanguíneo.

Un poco de deshidratación

Otra de las formas en que los vuelos largos afectan el cuerpo humano se debe a la falta de humedad que hay dentro de un avión. Esto se debe a que el aire que circula es mucho más seco al que encuentra por fuera de la cabina, y aún más a altitudes elevadas.

Lo cierto es que, más allá de generar ciertas incomodidades, una persona no se va a deshidratar en términos clínicos. Según estimaciones de la Autoridad de Aviación Civil del Reino Unido, la cantidad de fluidos que se pierde en un viaje de ocho horas es de cerca de 150 mililitros

Aun así, tenga en cuenta que tomar bebidas con alcohol o con cafeína puede acelerar la deshidratación en el cuerpo, lo que puede causar, al aterrizar, que sienta un poco mareo, fatiga o incluso cierto dolor de cabeza.

Para prevenir llegar a este punto, se sugiere tomar líquidos en abundancia, en particular agua. Y, aunque sea una tentación difícil de resistir, es recomendable tomar alcohol en cantidades moderadas durante su vuelo. Por su parte, para el cuidado de la piel y de sus labios se recomienda utilizar cremas y bálsamos labiales.

Cambios en el sueño

Probablemente, haya escuchado otro de los efectos de tomar un vuelo largo: el jet lag. Entre más duración tenga el trayecto que realice, es más probable que atraviese varias zonas horarias, por lo que, cuando aterrice, habrá una desajuste entre el reloj interno de su cuerpo (el ritmo circadiano) y la hora en la que se encuentra después del viaje.

Esto afecta de manera importante el cuerpo con síntomas que van desde trastornos del sueño, agotamiento durante el día, problemas estomacales e incluso problemas de memoria y concentración.

Pero, ¿qué puede hacer para mitigar sus efectos? A pesar de que ser una situación que no se puede evitar del todo, existen ciertas cosas que puede hacer para no pasar los primeros días de su viaje enfermo.

Una de las recomendaciones es, unos días antes de salir de viaje, empezar a adaptar a su cuerpo a la nueva zona horaria. Esto implica ir a cama una hora antes o después de lo acostumbrado, dependiendo de lugar a donde viaje.

Frente a la mejor estrategia de sueño, todo depende de la hora que será cuando aterrice en su destino. Si es de día, es mejor permanecer despierto, y si es de noche, puede ayudar dormir en el avión.

Además, cuando sea la hora de dormir cuando se encuentre en su destino, no olvide poner una alarma, pues dormir de más en el nuevo horario podría hacer el problema aún peor.

Finalmente, tenga en cuenta que si siente algún problema de salud persistente durante o después de su vuelo, le recomendamos pedir la opinión a un médico para evaluar sus síntomas.

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