Así ha sido la vacunación contra el COVID-19 en la comunidad indígena del Amazonas brasileño
Las comunidades en el Amazonas son una de las poblaciones priorizadas en el plan de vacunación de Brasil. Más de 280.000 dosis empezaron la inmunización con cerca de 5000 indígenas en la primera fase. Las ventajas y los obstáculos que ya se están viviendo a ese lado del río podrían replicarse en Colombia que aún no ha detallado la logística con esta población vulnerable.
InfoAmazonia
El martes 19 de enero Isabel Bruno Cezário, una ticuna de 68 años, fue la primera en vacunarse de toda su comunidad en el distrito de Alto Rio Solimões al suroccidente del estado del Amazonas en Brasil. “Yo no tengo miedo. Siempre que hay vacunación vengo”, le dijo a un medio local que acompañó una de las primeras jornadas de inmunización para los indígenas, población que fue considerada vulnerable a la par con el personal de salud y los mayores de 60 años en el plan de vacunación del país que comparte frontera con Colombia. (Lea: Este sería el cronograma de la llegada de las vacunas de COVID-19 a Colombia)
Cerca de 6 millones de dosis de la Coronavac, desarrollada por Sinovac Biotech, llegaron el 17 de enero a Brasil y dos días después ya habían sido repartidas en diferentes estados del país. Al Amazonas le correspondieron más de 280.000 dosis que se distribuyeron en 16 municipios. En esta fase inicial cerca de 5000 indígenas recibirán la primera dosis contra el virus SARS-CoV-2 que, al igual que en Colombia, por las distancias y las capacidades de los centros de salud en la región dejó más vulnerables a las comunidades.
A Tabatinga, ciudad que limita con Leticia en Colombia, llegaron 13.110 dosis la semana pasada y en el Alto Río Negro, territorio que tiene frontera con el departamento del Vaupés, se contaron 13.984 vacunas en la primera fase. Indígenas de diferentes etnias han sido vacunados en los últimos días, ya se cuentan más de 1000 que en 21 días deberán recibir la segunda dosis. Sin embargo, y aunque la acogida en las comunidades es buena, la desconfianza de algunos en los efectos de la vacuna, las distancias que podrían afectar la cadena de frio del biológico y la educación en salud han sido algunos de los retos en medio de las históricas jornadas de inmunización.
Vacunar a lo largo del río
Debido a las medidas de contención de la pandemia, y más en lugares como Manaos donde los casos volvieron a incrementar desde diciembre, el personal de salud, en su mayoría agentes comunitarios del Distrito Sanitario Especial Indígena, fueron capacitados para vacunar directamente dentro de los resguardos y las zonas donde se encuentran las comunidades. Sin embargo, eso también se convirtió en una carrera contra el tiempo, pues los primeros beneficiados han sido los que se encuentran más cercanos a casos urbanos y cabeceras municipales, pero según advierte Martha Suárez, médica investigadora de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), vinculada al Ministerio de Salud en Brasil, habrá un momento en el que toque empezar a recorrer el río para alcanzar otras poblaciones vulnerables.
“Ahora se están aplicando en los lugares más próximos a las comunidades, pero va a llegar el momento en el que toque llegar a lugares mucho más lejanos. Ya para un segundo momento se está planeando acciones para ello”, dijo a El Espectador. Y agregó, que una de las más grandes preocupaciones es que se rompa la cadena de frio en la que tienen que ir las dosis pues algunos recorridos podrían durar días. “Está la dificultad logística porque es un recorrido bastante lejos y la temperatura del biológico debe mantenerse entre 2 y 8 grados centígrados. Eso es un problema para los lugares que son lejanos”, señaló.
Aunque, según el comportamiento del virus en estas áreas, es claro que entre más cercanos a las ciudades es más alto el riesgo de contagio, el tema de la logística para alcanzar la inmunización de la población indígena en el Amazonas de Brasil ya se está revisando. “No es tan fácil porque son áreas muy extensas. De todas formas, lo que se está pensando es que los que son los lugares más próximos de las ciudades o de la sociedad occidental son los que tienen un poco más de riesgo, por ahora. Sin embargo, ese es un problema con la dificultad de la logística que se está valorando”, agregó Martha Suárez. (Puede leer: Vacuna de Janssen (comprada por Colombia) tiene un 85% de eficacia contra COVID-19 severo)
En la primera fase del plan de vacunación en Brasil se incluyó a todas las comunidades indígenas que habiten los resguardos, aldeas y espacios oficialmente destinados para estas comunidades. Sin embargo, otro de los debates que también se está discutiendo en Brasil es el cubrimiento de los indígenas que se encuentran fuera de estas áreas y por ello no registran en el censo.
La desconfianza en la vacunación
Las noticias falsas, los rumores y las ideas en contra de la vacunación también llegaron hasta el Amazonas en el Brasil y el miedo colectivo en algunas comunidades ha impedido que se lleven a cabo las jornadas de vacunación voluntarias. “El miedo más grande es que los estén utilizando como conejillos de indias. Se escuchan los argumentos de que como hacen parte del grupo prioritario los quieran vacunar para que sean el experimento de saber si se puede morir con la vacuna. Otros dicen que esa vacuna no les va a servir, etc. Esas son las desinformaciones que están llegando y que hay que tener en cuenta en la estrategia para ellos”, dijo a El Espectador José Joaquín Carvajal Cortés, investigador del Fiocruz Amazonia.
Para Martha Suárez esto también es consecuencia de cómo las comunidades indígenas han vivido las diferentes epidemias. “De alguna manera los indígenas tienen en la memoria las diferentes epidemias que se han vivido. Cuando llegó la gripa, por ejemplo, la gente se aisló provisionalmente y ellos aún tienen ese mecanismo de defensa. Esta enfermedad de alguna manera es nueva para todos, pero ellos tienen en la memoria tradicional las epidemias del pasado. Sin embargo, son muchos los que se quieren vacunar”, señaló.
La importancia de la educación en salud
La priorización de las comunidades indígenas en la primera fase de vacunación en Brasil fue un logro también del sistema de salud indígena que cuenta con más de 20.000 integrantes del personal de salud indígenas, quienes, desde el principio a través de los agentes comunitarios, llegaron a los lugares más remotos con información y prevención del virus. “Esta el Distrito Sanitario Especial Indígena, ellos tienen enfermeras, comunicadores y capacitadores de educación y también crearon lugares de unidades de atención rápida para no tener que salir de la aldea a la ciudad. Ellos han tenido un papel muy importante en la pandemia. Han hecho seguimiento y debates en el congreso a través de diputadas indígenas para que la agenda de la vacunación indígena este al frente”, agregó Suárez. (Le puede interesar: Invima aprueba ensayo clínico para vacuna contra COVID - 19 realizada por biofarmacéutica alemana)
Sin embargo, para José Joaquín Carvajal hay que seguir construyendo estrategias de comunicación más efectiva para evitar que se siga difundiendo información falsa frente a la vacunación. “Nuestra divulgación científica de las estrategias de comunicación para vacunas tienen que ser diferente para población indígenas y eso no solo sale de la salud tiene que haber otros sectores que apoyen los procesos de educación”, agregó.
Los retos de Colombia
Aunque en Colombia la logística con las comunidades indígenas en el Plan Nacional de vacunación aún no ha sido detallada, el Ministerio de Salud incluyó hace algunas semanas el Capítulo Indígena al Plan Decenal de Salud Pública para la construcción de políticas públicas especializadas en estas poblaciones. Por su parte, Julián Fernández Niño, Director de Epidemiología y Demografía de la cartera de salud, también informó hace algunas semanas en una columna de opinión que en el decreto próximo a salir se explicará más a fondo la priorización.
“El nuevo decreto, y la nueva versión por salir del plan mencionará explícitamente la necesidad de adaptarse a contextos geográficos y socioculturales diversos. De este modo, adicional a su inclusión en las mismas fases y etapas que todos, en la que siempre estaban contados, se deberán hacer acciones afirmativas para garantiza su inclusión. Adicionalmente, y como un hito histórico, los sabedores ancestrales, gestores de salud propia y médicos tradicionales indígenas serán incluidos en la etapa 2 junto con el resto de personal de salud, reivindicando como debe ser las prácticas sanitarias de estos pueblos, y así también, con el mismo espíritu, a la guardia indígena y cimarrona que está priorizada en la etapa 3”, dice el artículo de opinión. (Lea: Priorizar a unos es protegernos a todos)
Lo cierto, es que aún sin una directriz muy clara y según como se ha visto la evolución de la pandemia en el Amazonas y las afectaciones a las mismas comunidades de ambos países, los retos que enfrenta Brasil en la inmunización deberían tenerse también en cuenta en la planeación de la llegada de las dosis a Colombia en febrero. “Hay que preparase con mucho tiempo de anticipación, la situación de vulnerabilidad en frontera es muy grande. Es una necesidad priorizar a esta población porque esta región tiene situaciones complejas con el acceso a la atención, la gente puede demorar de 7 a 8 días desplazándose a los centros de atención. Creo que el Covid-19 nos mostró al sistema de salud transparente en todas sus deficiencias y eso es todo lo que tenemos que mejorar. Después de un año, Leticia continúa igual y la pregunta es: ¿vamos a esperar cuantas muertes para poder parar eso?”, concluyó Carvajal desde Manaos, Brasil.
* Este artículo es publicado en alianza entre El Espectador e InfoAmazonia, con el apoyo de Amazon Conservation Team.
El martes 19 de enero Isabel Bruno Cezário, una ticuna de 68 años, fue la primera en vacunarse de toda su comunidad en el distrito de Alto Rio Solimões al suroccidente del estado del Amazonas en Brasil. “Yo no tengo miedo. Siempre que hay vacunación vengo”, le dijo a un medio local que acompañó una de las primeras jornadas de inmunización para los indígenas, población que fue considerada vulnerable a la par con el personal de salud y los mayores de 60 años en el plan de vacunación del país que comparte frontera con Colombia. (Lea: Este sería el cronograma de la llegada de las vacunas de COVID-19 a Colombia)
Cerca de 6 millones de dosis de la Coronavac, desarrollada por Sinovac Biotech, llegaron el 17 de enero a Brasil y dos días después ya habían sido repartidas en diferentes estados del país. Al Amazonas le correspondieron más de 280.000 dosis que se distribuyeron en 16 municipios. En esta fase inicial cerca de 5000 indígenas recibirán la primera dosis contra el virus SARS-CoV-2 que, al igual que en Colombia, por las distancias y las capacidades de los centros de salud en la región dejó más vulnerables a las comunidades.
A Tabatinga, ciudad que limita con Leticia en Colombia, llegaron 13.110 dosis la semana pasada y en el Alto Río Negro, territorio que tiene frontera con el departamento del Vaupés, se contaron 13.984 vacunas en la primera fase. Indígenas de diferentes etnias han sido vacunados en los últimos días, ya se cuentan más de 1000 que en 21 días deberán recibir la segunda dosis. Sin embargo, y aunque la acogida en las comunidades es buena, la desconfianza de algunos en los efectos de la vacuna, las distancias que podrían afectar la cadena de frio del biológico y la educación en salud han sido algunos de los retos en medio de las históricas jornadas de inmunización.
Vacunar a lo largo del río
Debido a las medidas de contención de la pandemia, y más en lugares como Manaos donde los casos volvieron a incrementar desde diciembre, el personal de salud, en su mayoría agentes comunitarios del Distrito Sanitario Especial Indígena, fueron capacitados para vacunar directamente dentro de los resguardos y las zonas donde se encuentran las comunidades. Sin embargo, eso también se convirtió en una carrera contra el tiempo, pues los primeros beneficiados han sido los que se encuentran más cercanos a casos urbanos y cabeceras municipales, pero según advierte Martha Suárez, médica investigadora de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), vinculada al Ministerio de Salud en Brasil, habrá un momento en el que toque empezar a recorrer el río para alcanzar otras poblaciones vulnerables.
“Ahora se están aplicando en los lugares más próximos a las comunidades, pero va a llegar el momento en el que toque llegar a lugares mucho más lejanos. Ya para un segundo momento se está planeando acciones para ello”, dijo a El Espectador. Y agregó, que una de las más grandes preocupaciones es que se rompa la cadena de frio en la que tienen que ir las dosis pues algunos recorridos podrían durar días. “Está la dificultad logística porque es un recorrido bastante lejos y la temperatura del biológico debe mantenerse entre 2 y 8 grados centígrados. Eso es un problema para los lugares que son lejanos”, señaló.
Aunque, según el comportamiento del virus en estas áreas, es claro que entre más cercanos a las ciudades es más alto el riesgo de contagio, el tema de la logística para alcanzar la inmunización de la población indígena en el Amazonas de Brasil ya se está revisando. “No es tan fácil porque son áreas muy extensas. De todas formas, lo que se está pensando es que los que son los lugares más próximos de las ciudades o de la sociedad occidental son los que tienen un poco más de riesgo, por ahora. Sin embargo, ese es un problema con la dificultad de la logística que se está valorando”, agregó Martha Suárez. (Puede leer: Vacuna de Janssen (comprada por Colombia) tiene un 85% de eficacia contra COVID-19 severo)
En la primera fase del plan de vacunación en Brasil se incluyó a todas las comunidades indígenas que habiten los resguardos, aldeas y espacios oficialmente destinados para estas comunidades. Sin embargo, otro de los debates que también se está discutiendo en Brasil es el cubrimiento de los indígenas que se encuentran fuera de estas áreas y por ello no registran en el censo.
La desconfianza en la vacunación
Las noticias falsas, los rumores y las ideas en contra de la vacunación también llegaron hasta el Amazonas en el Brasil y el miedo colectivo en algunas comunidades ha impedido que se lleven a cabo las jornadas de vacunación voluntarias. “El miedo más grande es que los estén utilizando como conejillos de indias. Se escuchan los argumentos de que como hacen parte del grupo prioritario los quieran vacunar para que sean el experimento de saber si se puede morir con la vacuna. Otros dicen que esa vacuna no les va a servir, etc. Esas son las desinformaciones que están llegando y que hay que tener en cuenta en la estrategia para ellos”, dijo a El Espectador José Joaquín Carvajal Cortés, investigador del Fiocruz Amazonia.
Para Martha Suárez esto también es consecuencia de cómo las comunidades indígenas han vivido las diferentes epidemias. “De alguna manera los indígenas tienen en la memoria las diferentes epidemias que se han vivido. Cuando llegó la gripa, por ejemplo, la gente se aisló provisionalmente y ellos aún tienen ese mecanismo de defensa. Esta enfermedad de alguna manera es nueva para todos, pero ellos tienen en la memoria tradicional las epidemias del pasado. Sin embargo, son muchos los que se quieren vacunar”, señaló.
La importancia de la educación en salud
La priorización de las comunidades indígenas en la primera fase de vacunación en Brasil fue un logro también del sistema de salud indígena que cuenta con más de 20.000 integrantes del personal de salud indígenas, quienes, desde el principio a través de los agentes comunitarios, llegaron a los lugares más remotos con información y prevención del virus. “Esta el Distrito Sanitario Especial Indígena, ellos tienen enfermeras, comunicadores y capacitadores de educación y también crearon lugares de unidades de atención rápida para no tener que salir de la aldea a la ciudad. Ellos han tenido un papel muy importante en la pandemia. Han hecho seguimiento y debates en el congreso a través de diputadas indígenas para que la agenda de la vacunación indígena este al frente”, agregó Suárez. (Le puede interesar: Invima aprueba ensayo clínico para vacuna contra COVID - 19 realizada por biofarmacéutica alemana)
Sin embargo, para José Joaquín Carvajal hay que seguir construyendo estrategias de comunicación más efectiva para evitar que se siga difundiendo información falsa frente a la vacunación. “Nuestra divulgación científica de las estrategias de comunicación para vacunas tienen que ser diferente para población indígenas y eso no solo sale de la salud tiene que haber otros sectores que apoyen los procesos de educación”, agregó.
Los retos de Colombia
Aunque en Colombia la logística con las comunidades indígenas en el Plan Nacional de vacunación aún no ha sido detallada, el Ministerio de Salud incluyó hace algunas semanas el Capítulo Indígena al Plan Decenal de Salud Pública para la construcción de políticas públicas especializadas en estas poblaciones. Por su parte, Julián Fernández Niño, Director de Epidemiología y Demografía de la cartera de salud, también informó hace algunas semanas en una columna de opinión que en el decreto próximo a salir se explicará más a fondo la priorización.
“El nuevo decreto, y la nueva versión por salir del plan mencionará explícitamente la necesidad de adaptarse a contextos geográficos y socioculturales diversos. De este modo, adicional a su inclusión en las mismas fases y etapas que todos, en la que siempre estaban contados, se deberán hacer acciones afirmativas para garantiza su inclusión. Adicionalmente, y como un hito histórico, los sabedores ancestrales, gestores de salud propia y médicos tradicionales indígenas serán incluidos en la etapa 2 junto con el resto de personal de salud, reivindicando como debe ser las prácticas sanitarias de estos pueblos, y así también, con el mismo espíritu, a la guardia indígena y cimarrona que está priorizada en la etapa 3”, dice el artículo de opinión. (Lea: Priorizar a unos es protegernos a todos)
Lo cierto, es que aún sin una directriz muy clara y según como se ha visto la evolución de la pandemia en el Amazonas y las afectaciones a las mismas comunidades de ambos países, los retos que enfrenta Brasil en la inmunización deberían tenerse también en cuenta en la planeación de la llegada de las dosis a Colombia en febrero. “Hay que preparase con mucho tiempo de anticipación, la situación de vulnerabilidad en frontera es muy grande. Es una necesidad priorizar a esta población porque esta región tiene situaciones complejas con el acceso a la atención, la gente puede demorar de 7 a 8 días desplazándose a los centros de atención. Creo que el Covid-19 nos mostró al sistema de salud transparente en todas sus deficiencias y eso es todo lo que tenemos que mejorar. Después de un año, Leticia continúa igual y la pregunta es: ¿vamos a esperar cuantas muertes para poder parar eso?”, concluyó Carvajal desde Manaos, Brasil.
* Este artículo es publicado en alianza entre El Espectador e InfoAmazonia, con el apoyo de Amazon Conservation Team.