Aún no se conoce la causa de la enfermedad que afecta a 5 millones de colombianas
Un estudio que replicaron varios medios, parecía dar señales sobre la causa de la endometriosis, una enfermedad que puede causar un dolor paralizante a las mujeres y cuyo origen aún es desconocida. Sin embargo, hay muchas razones para leerlo con pinzas.
Luisa Fernanda Orozco
La endometriosis afecta a más de 5 millones de colombianas durante su menstruación y no tiene cura. De hecho, tampoco se tiene certeza sobre su causa. ¿Por qué afecta a unas mujeres y a otras no? ¿En qué influye que los síntomas sean diferentes para cada una, y por qué muchas tardan en ser diagnosticadas a pesar de sufrir dolores en su periodo? (Lea también: Se aprobó la ley para diagnosticar y tratar la endometriosis en Colombia).
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La endometriosis afecta a más de 5 millones de colombianas durante su menstruación y no tiene cura. De hecho, tampoco se tiene certeza sobre su causa. ¿Por qué afecta a unas mujeres y a otras no? ¿En qué influye que los síntomas sean diferentes para cada una, y por qué muchas tardan en ser diagnosticadas a pesar de sufrir dolores en su periodo? (Lea también: Se aprobó la ley para diagnosticar y tratar la endometriosis en Colombia).
Esa enfermedad ocurre cuando un tejido similar al que recubre el interior del útero, o sea el endometrio, crece en otros lugares como los ovarios, las trompas de Falopio y, a veces, la pelvis. Quienes la sufren experimentan diferentes niveles de dolor durante su ciclo menstrual. Algunas afirman que es paralizante, que interviene con sus labores diarias, y entre sus consecuencias se encuentra la posibilidad de desarrollar quistes en el aparato reproductor femenino o que sus órganos se adhieran entre sí. Muchas mujeres han tenido que esperar años para ser diagnosticadas, y comprar los medicamentos para el tratamiento puede resultar complicado (Estaría relacionado: Las estudiantes de especialidades médicas también sufren acoso sexual y laboral).
Con la endometriosis hay otra dificultad: no se sabe con precisión su causa. Hace unos días se publicaron unos estudios que fueron replicados en varios medios de comunicación. En ellos parecía abrirse una ventana para comprender el origen de esta enfermedad. “Endometriosis: la ciencia empieza a desvelar el misterio de una enfermedad que afecta a millones de mujeres”, tituló, por ejemplo, El País, de España (Podría interesarle: Estos son los países donde más personas mueren por fumar cigarrillo).
La investigación había aparecido en la revista Science Translational Medicine y fue liderada por profesores de la Universidad de Nagoya (Japón), quienes aseguraban que la presencia de un tipo de bacteria, la Fusobacterium, podía estar detrás de algunos casos de endometriosis. En el estudio participaron 155 mujeres: 79 con la patología y el resto sin ella. De acuerdo con sus resultados, el 64 % de las mujeres que sí tenían endometriosis tenían presencia de Fusobacterium en su organismo mientras que, entre las voluntarias sanas, esa cifra fue menos del 10%.
Según los investigadores, esa bacteria estaría detrás del incremento de la transgrelina, una proteína clave en la endometriosis, pues sería una de las responsables del crecimiento del tejido en el órgano reproductor femenino y en otros lugares, como la pelvis. El estudio dice que suministrar antibióticos para tratar la infección de Fusobacterium podría abrir la puerta para un tratamiento para las mujeres.
Pero, aunque esas conclusiones parecen haber ilusionado a algunas mujeres, hay que verlas con mucha cautela. De hecho, en palabras de Luz Marina Araque, directora de la Asociación Colombiana de Endometriosis (Asocoen), “fue muy apresurada la forma como se vendió la investigación a las pacientes. Llegamos a la conclusión de que, si bien es muy interesante establecer una relación entre la Fusobacterium y la endometriosis, se debe tener cuidado. No se puede decir en este momento que esa bacteria cause la enfermedad y tampoco que su tratamiento sea la cura”, dice Araque.
¿Por qué? Araque explica, en primer lugar, que la cantidad de mujeres con las que se realizó el estudio fue muy pequeña. José Fernando de los Ríos, médico experto en endometriosis, dice, por su parte, que hay que tener precaución, pues se trata de estudios que están en las primeras fases en humanos y es muy pronto para sacar conclusiones. “Todavía no hay aplicaciones para el tratamiento o el pronóstico”, añade.
Incluso, como asegura de los Ríos, las asociaciones entre bacterias y endometriosis no son nuevas. Según él, desde 2012 se vienen haciendo investigaciones de este tipo en animales y en los últimos tres años se han publicado entre 15 y 20 investigaciones que hablan al respecto sin conclusión absoluta.
Mitos sobre la endometriosis
Ha habido muchas las teorías para intentar explicar la endometriosis. Araque cuenta, por ejemplo, que durante mucho tiempo la más popular fue la que hablaba de “menstruación retrógrada”. Comenzó a divulgarse desde 1988 y decía que, cuando se desprendía la capa del endometrio durante la menstruación y esta salía por la vagina, una parte se devolvía y se implantaba en las trompas de Falopio, en los ovarios, y que así crecía el tejido que generaba dolor. “Pero hoy esa teoría está cada vez menos avalada por la ciencia. Ahora se habla de otras causas, como las genéticas”, explica Araque.
De los Ríos concuerda. Él dice que la asociación genética de la endometriosis está claramente estudiada. “Una mujer que tenga madre o hermanas con endometriosis tiene 7 veces más riesgo de desarrollar la enfermedad”, explica.
Lo que explica el médico no es nuevo. De hecho, la revista Nature publicó el 23 de marzo de este año un estudio que analizó toda la evidencia disponible sobre endometriosis en todo el mundo. Los autores llegaron a la conclusión de que la endometriosis tiene correlación con 11 condiciones de dolor, como la migraña, el dolor crónico de espalda, junto a condiciones inflamatorias, como el asma y la osteoartritis.
No solo las causas de esa enfermedad han sido estudiadas; también sus mitos. Incluso, algunos que se pensaban efectivos para un supuesto tratamiento han sido desmentidos. Por ejemplo, antes se creía que cuando una mujer quedaba en embarazo y daba a luz, tenía posibilidades de mejorar parcialmente o disminuir las posibilidades de desarrollar endometriosis. Araque explica que una nueva teoría demostró lo opuesto, pues, después de tener hijos o luego de una intervención quirúrgica, algunas mujeres empiezan a desarrollar síntomas.
El otro mito indicaba que la histerectomía, o sea la remoción quirúrgica del aparato reproductor femenino, curaba por completo la endometriosis. “Eso no es verdad. Cuando esa patología ya se ha extendido a otros lugares del cuerpo, como la pelvis y la vejiga, el dolor crónico no mejora y el crecimiento del tejido continúa”, explica Araque, quien también cuenta que eso llevó a comprender cómo esa enfermedad puede expandirse a otros lugares del cuerpo, como el cerebro, el tórax, las mucosas nasales, la retina y la córnea.
“Aunque esos casos son muy aislados, se ha demostrado que, cuando unas pocas pacientes tienen endometriosis, sangran por la nariz y por los ojos como consecuencia del tejido que está presente allí. Eso sucedería por el transporte del líquido endometrial a través del sistema linfático a otras células del cuerpo”, explica.
Por lo general, cuando una mujer llega al consultorio médico y dice que tiene una menstruación rara, irregular, con incomodidad o dolor, la primera solución que ofrecen las EPS es una que muchas mujeres conocen muy bien: las pastillas anticonceptivas. Sin embargo, cuando la situación escala y los médicos se dan cuenta de que efectivamente se trata de endometriosis, otra de las respuestas más comunes, según cuenta Araque, es la prescripción de Dienogest, un medicamento que inhibe la menstruación. A algunas les llega un sangrado que no es una menstruación real, pero otras dejan de sangrar por completo.
Así el dolor se controla mucho y la inflamación también. “A muchas les ofrecen tratarse con eso de por vida, pero eso no es curar la enfermedad, sino controlar sus síntomas. Luego de un tiempo, las mujeres van a exámenes de control y tienen el riesgo de que la enfermedad les haya afectado otros órganos”, dice Araque.
Es por eso que el único tratamiento parcial que ha funcionado tiene que ver con la adaptación de un estilo de vida saludable: actividad física, alimentación balanceada y sueño regular. Todos esos detalles, según Araque y De los Ríos, reducen la inflamación.
Hoy en día, quienes han estudiado la enfermedad piden verla de manera más integral. “Actualmente, se le nombra como una patología multisistémica, inflamatoria y multifactorial. Eso quiere decir que no es solo una cuestión ginecológica, sino que tiene repercusiones en otros sistemas, como el digestivo, y además podría detonar otras problemáticas, por ejemplo psicológicas. Pero, si se revisa la literatura, todavía se sigue nombrando a la endometriosis como una enfermedad ginecológica, o sea, que afecta solamente al aparato reproductivo femenino”, dice Araque.
¿Cómo va la Ley de endometriosis en Colombia?
El pasado 29 de marzo se aprobó la Ley de Endometriosis. El proyecto había sido radicado en septiembre de 2021 y buscaba establecer unos protocolos de detección oportuna y tratamiento de la endometriosis.
Lo único que falta para comenzar a implementar es que el presidente Gustavo Petro firme la ley. Luego de que eso suceda viene el verdadero trabajo porque, en palabras de Araque, la implementación puede tomar años y se requiere de una articulación entre varias entidades, como el Ministerio de Salud, la Asociación Colombiana de Obstetricia y las organizaciones sociales, como Asocoen.
Además, lo más importante, en palabras de Araque, es crear un registro de pacientes de endometriosis: si bien se estima que más de 5 millones de colombianas la padecen, no se tiene la certeza de un número definitivo y eso, en palabras de la directora, complica su visibilidad y tratamiento.