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Los casos de covid-19 en las Américas casi se duplicaron la primera semana de enero y se dispararon un 250% respecto al mismo periodo de 2021, informó la OPS, oficina regional de la OMS.
Desde el comienzo de la pandemia, casi 300 millones de personas se han infectado con covid-19 en todo el mundo y, en las Américas, ómicron va camino a convertirse en la cepa dominante por encima de delta, que sigue causando infecciones, afirmó Carissa Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en rueda de prensa virtual.
“El virus se ha acelerado rápidamente durante la temporada navideña, alcanzando niveles de transmisión nunca vistos”, afirmó Etienne, quien precisó que los casos pasaron de 3,4 millones el 1 de enero a 6,1 millones el 8 de enero.
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Si se compara con el año pasado, en la primera semana de 2021 las Américas registraron 2,4 millones de casos notificados, mientras que en 2022 para las mismas fechas hubo 6 millones, lo que representa un aumento del 250%, dijo. Sin embargo, las muertes por covid-19 no han aumentado con la nueva ola en las Américas, que cuenta con un 60% de la población vacunada, asegura la OPS, y espera llegar al 70% para el 1 de junio.
Ya son 42 países y territorios de la región que han detectado la variante ómicron, altamente contagiosa, y en algunos de ellos el contagio es generalizado “probablemente a través de la transmisión en espacios cerrados”, afirma la directora.
Estados Unidos registra la mayor parte de los nuevos casos, que también avanzan en Canadá. En el Caribe, Puerto Rico y República Dominicana tienen las cifras más altas de nuevas infecciones, y en Centroamérica son especialmente elevadas en Belice y Panamá.
Bolivia, Ecuador, Perú y Brasil contabilizan aumentos significativos de nuevos casos, y en Argentina y Paraguay “los contagios de covid-19 han subido casi un 300% durante la última semana”, según datos de la OPS.
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La rápida propagación de ómicron ha llevado a algunos países, como Estados Unidos, a acortar el periodo de cuarentena, lo cual se justificaría siempre que la decisión se tome “sopesando los riesgos y los beneficios para la salud pública y los servicios de salud frente a los riesgos sociales y económicos”, afirmó Sylvain Alighieri, responsable del seguimiento de la pandemia en la OPS.
Hay que distinguir entre aislamiento, es decir el confinamiento de personas infectadas por covid-19, y la cuarentena, aplicable a los contactos de esos casos.
Actualmente la rápida propagación de ómicron tiene un fuerte impacto en las empresas y en el mantenimiento de infraestructuras esenciales debido a las bajas laborales por enfermedad o aislamiento. En este contexto se justifica que los países barajen opciones para adaptar las estrategias de respuesta nacionales con base en varios factores, añade Alighieri.
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Entre ellos están lo que se considera aceptable por parte de las comunidades, la capacidad de testeo, distinguir entre los individuos vacunados (con menos probabilidades de necesitar atención hospitalaria aunque se infecten) y los no vacunados “que conllevan un riesgo de sobrecargar los servicios de salud”, y “fundamentalmente en base al riesgo” que las autoridades nacionales estimen admisible.
Como parte del esfuerzo por frenar la pandemia, algunos países como México y Estados Unidos han aprobado la administración de pastillas anticovid, pero estos antivirales se fabricarán “a través de acuerdos voluntarios de licencia”, explica Alighieri.
Ante la posible limitación de acceso a estos productos, “instamos a los fabricantes a que pongan a disposición el conocimiento técnico requerido para que se produzcan antivirales en todos los países que los necesiten”, añade.
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Los pasaportes sanitarios son otra herramienta, pero para que esta funcione “se necesita un acuerdo global entre países para que la OMS (la Organización Mundial de la Salud) y la OPS puedan hacer esa recomendación”, y resulta “difícil alcanzar un consenso porque muchos países del mundo no tienen acceso a las vacunas de una manera amplia”, afirmó Jarbas Barbosa, subdirector de la OPS.
La organización sigue recomendando como escudo anticovid-19 el uso de la mascarilla, el distanciamiento social, la ventilación de los espacios cerrados, evitar el agrupamiento en lugares pequeños y el lavado de manos.