Beber alcohol moderadamente no sería tan bueno para la salud
Investigadores canadienses analizaron 107 estudios que han comparado la salud de los abstemios frente a quienes ingieren alcohol leve o moderadamente. Los resultados controvirtieron una afirmación que se ha reiterado durante años: que ingerir alcohol en pequeñas cantidades es bueno para la salud.
Investigadores canadienses afirmaron que podría no ser cierta la afirmación sobre los beneficios para la salud que trae beber alcohol en pequeñas cantidades. Su artículo fue publicado en la revista académica Journal of Studies on Alcohol and Drugs.
“Proponer que el uso moderado del alcohol alarga la vida de las personas es un golpe de propaganda de la industria”, le dijo Tim Stockwell al medio británico The Guardian.
Luego de que él y su equipo revisaran 107 artículos de investigación en los que se hacían estudios comparativos entre quienes beben leve o moderadamente —entre una bebida a la semana y dos al día—, respecto a las personas que se abstienen totalmente de hacerlo, Stockwell afirmó que se encontraron con algo muy interesante: para explicarlo de manera sencilla, resulta que, mientras que algunos abstemios habían dejado la bebida por alguna condición de salud, quienes ingerían alcohol en algunas ocasiones no padecían ninguna enfermedad y se encontraban en buenas condiciones. Esto, según Stockwell, es una clara desventaja.
“En la mayoría de los estudios anteriores se han exagerado las estimaciones de los beneficios del alcohol para la salud, mientras que sus daños han sido subestimados”, continuó el investigador. “Además, sabemos que las personas dejan de beber o reducen su consumo cuando se enferman y envejecen”.
En sus palabras, algunos de los estudios más sesgados tuvieron en cuenta a muchas personas que habían reducido su consumo, o abandonado por completo, por razones de salud, “de modo que las personas que se encontraban lo suficientemente bien como para seguir bebiendo parecían aún más sanas”, explicó Stockwell.
La doctora Sally Davies, consultada también por The Guardian, recordó un importante estudio en 2018 que señala aspectos importantes: que no existe un nivel seguro de consumo de alcohol -porque depende del organismo de cada persona-, y que, en 2016, su ingesta se relacionó con 2,8 millones de muertes, y fue el principal factor de riesgo de fallecimiento prematuro y discapacidad en personas entre los 15 y 49 años.
En su momento, la Organización Mundial de la Salud dijo que, en 2019, hubo 2,6 millones de muertes por ese mismo motivo. “De estas, 1,6 millones se debieron a enfermedades no transmisibles, 700 mil a traumatismos y 300 mil a enfermedades transmisibles”, declaró la OMS. En complemento, durante 2021, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) afirmó que la ingesta tuvo un gran aumento durante la pandemia en 2020 debido al confinamiento.
Pero también se aclaró que, incluso cuando los estudios que hacen relaciones entre el alcohol y la salud son realizados con rigurosidad, pueden verse expuestos a diferentes sesgos que tienen que ver con el nivel socioeconómico de las personas evaluadas e, incluso, su consumo de tabaco.
Durante años, la OMS ha alertado sobre algunas de las patologías relacionadas con su consumo, como las enfermedades cardiovasculares y el cáncer. Además, aumenta el riesgo de otro tipo de lesiones, como los accidentes de tránsito, quemaduras, violencias basadas en género y agresiones físicas.
Respecto al reciente estudio, Stockwell concluyó que la subestimación del consumo de alcohol “ha sido un impedimento para la formulación de políticas eficaces sobre el alcohol y la salud pública”.
👩⚕️📄¿Quieres conocer las últimas noticias sobre salud? Te invitamos a verlas en El Espectador.⚕️🩺
Investigadores canadienses afirmaron que podría no ser cierta la afirmación sobre los beneficios para la salud que trae beber alcohol en pequeñas cantidades. Su artículo fue publicado en la revista académica Journal of Studies on Alcohol and Drugs.
“Proponer que el uso moderado del alcohol alarga la vida de las personas es un golpe de propaganda de la industria”, le dijo Tim Stockwell al medio británico The Guardian.
Luego de que él y su equipo revisaran 107 artículos de investigación en los que se hacían estudios comparativos entre quienes beben leve o moderadamente —entre una bebida a la semana y dos al día—, respecto a las personas que se abstienen totalmente de hacerlo, Stockwell afirmó que se encontraron con algo muy interesante: para explicarlo de manera sencilla, resulta que, mientras que algunos abstemios habían dejado la bebida por alguna condición de salud, quienes ingerían alcohol en algunas ocasiones no padecían ninguna enfermedad y se encontraban en buenas condiciones. Esto, según Stockwell, es una clara desventaja.
“En la mayoría de los estudios anteriores se han exagerado las estimaciones de los beneficios del alcohol para la salud, mientras que sus daños han sido subestimados”, continuó el investigador. “Además, sabemos que las personas dejan de beber o reducen su consumo cuando se enferman y envejecen”.
En sus palabras, algunos de los estudios más sesgados tuvieron en cuenta a muchas personas que habían reducido su consumo, o abandonado por completo, por razones de salud, “de modo que las personas que se encontraban lo suficientemente bien como para seguir bebiendo parecían aún más sanas”, explicó Stockwell.
La doctora Sally Davies, consultada también por The Guardian, recordó un importante estudio en 2018 que señala aspectos importantes: que no existe un nivel seguro de consumo de alcohol -porque depende del organismo de cada persona-, y que, en 2016, su ingesta se relacionó con 2,8 millones de muertes, y fue el principal factor de riesgo de fallecimiento prematuro y discapacidad en personas entre los 15 y 49 años.
En su momento, la Organización Mundial de la Salud dijo que, en 2019, hubo 2,6 millones de muertes por ese mismo motivo. “De estas, 1,6 millones se debieron a enfermedades no transmisibles, 700 mil a traumatismos y 300 mil a enfermedades transmisibles”, declaró la OMS. En complemento, durante 2021, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) afirmó que la ingesta tuvo un gran aumento durante la pandemia en 2020 debido al confinamiento.
Pero también se aclaró que, incluso cuando los estudios que hacen relaciones entre el alcohol y la salud son realizados con rigurosidad, pueden verse expuestos a diferentes sesgos que tienen que ver con el nivel socioeconómico de las personas evaluadas e, incluso, su consumo de tabaco.
Durante años, la OMS ha alertado sobre algunas de las patologías relacionadas con su consumo, como las enfermedades cardiovasculares y el cáncer. Además, aumenta el riesgo de otro tipo de lesiones, como los accidentes de tránsito, quemaduras, violencias basadas en género y agresiones físicas.
Respecto al reciente estudio, Stockwell concluyó que la subestimación del consumo de alcohol “ha sido un impedimento para la formulación de políticas eficaces sobre el alcohol y la salud pública”.
👩⚕️📄¿Quieres conocer las últimas noticias sobre salud? Te invitamos a verlas en El Espectador.⚕️🩺