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En medio de una sesión de la Comisión Séptima del Senado, el ministro de Salud, Guillermo Jaramillo, volvió a referirse al manejo del sector salud durante la pandemia del covid-19, causando una gran controversia. (Lea Actores del sistema de salud se pronuncian tras aprobación de la reforma a la salud)
Jaramillo se expresó sobre un tema del que ya había hablado: al incremento de Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), señalando que durante la pandemia “se triplicaron las camas de cuidado intensivo”. Eso, a su parecer, “fue un negocio”, pues “así no estuviera llena [la UCI], las pagaban. Ningún país del mundo tuvo que ampliar las UCI como las ampliamos aquí. Pusimos UCI en sitios en donde yo nunca me hubiera dejado entubar”.
El ministro afirmó que incrementar las UCI no se trata únicamente de “entubar y poner un respirador. Se generan más muertes con eso que con cualquier otra cosa”. En mayo de este año, en medio de la discusión de la reforma a la salud en la Cámara de Representantes, el ministro ya había hecho un comentario similar.
Sus argumentos causaron más de un disgusto en el mundo de la salud, pues varias personas no estuvieron de acuerdo ni con sus cálculos ni con sus afirmaciones. Para empezar, las camas UCI en Colombia se duplicaron; no se triplicaron. Al inicio de la emergencia sanitaria, el país contaba con alrededor de 5.346, una cifra que alcanzó a ser hasta de 13 mil en los momentos de mayor exigencia. Fue una medida que muchos hospitales y clínicas de todo el mundo se vieron obligados a tomar.
De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó en muchas ocasiones la reconversión de camas, para ajustar la capacidad. En Estados Unidos, por citar solo un ejemplo, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades reportaron que las camas UCI aumentaron un 36 % en los primeros meses de la pandemia. Y en Europa, naciones como Grecia, Francia, Irlanda, Países Bajos y Suecia, duplicaron su capacidad, mientras que estados como Malta (también europeo) la llegaron incluso a quintuplicar.
A la pregunta de qué tanto aportó el aumento de las UCI al manejo de la pandemia, hay que plantear varios puntos. Hay diferentes estudios que sugieren una asociación de una mayor mortalidad, con la carga hospitalaria y las tensiones en la capacidad de atención crítica. Esto básicamente indica que era posible que la gente tuviera más probabilidad de morir a medida que los sistemas de salud colapsaban.
Una investigación publicada a mediados de mayo de 2020, que se enfocó en Italia, mostró una tasa de mortalidad más alta en la región norte del país, donde menos pacientes podían ingresar a una UCI. Otra publicada en el Journal of Hospital Medic, enfocada en Estados Unidos, sugirió que en las zonas donde los hospitales tenían menos camas en unidades de cuidados intensivos, menos enfermeras y menos camas para atender a los pacientes con covid-19, hubo más personas que murieron por esa enfermedad en abril de 2020.
Y otra, publicada en PLOS ONE en 2022, comparó las características, el manejo y el pronóstico de los pacientes ingresados a unidades de cuidados intensivos (UCI) por covid-19 durante las primeras dos oleadas del brote en Francia, evaluando la relación entre la demanda de UCI y la mortalidad. El estudio encontró que el cómo los pacientes fueron tratados y cómo se manejaron en el hospital fue diferente durante las dos veces que la enfermedad fue más grave. Encontraron que cuando los hospitales estaban muy ocupados y no tenían muchas camas disponibles, más personas podrían morir después de 28 días de estar en el hospital.
En esa investigación, los autores señalan que la idea de que un aumento en la cantidad de pacientes que necesitan cuidados intensivos sobrecarga los recursos de un hospital, lo que a su vez empeora la calidad de la atención médica y los resultados, no es nueva. Los investigadores cuentan que un análisis de varios estudios mostró que en 9 de 12 investigaciones en UCI, entre 1999 y 2015, en varias partes alrededor del mundo, la cantidad de personas que murieron aumentó durante periodos de alta demanda en los hospitales.
No hay que olvidar, además, que en estos casos la respuesta a la hora de evaluar la medida es más compleja que “sí” o “no”. El coronavirus es una enfermedad que causa fiebre, tos y, sobre todo, dificultad respiratoria. De manera que los pacientes que llegaban a cuidados intensivos necesitaban monitorización y, en especial, ventilación mecánica. Pero la mayoría de quienes llegaron a ese punto eran, además, personas de la tercera edad con enfermedades o condiciones como diabetes, insuficiencia cardiaca, obesidad o sistema inmunitario débil.
Es decir, estos pacientes que llegaron a necesitar camas UCI tenían pronósticos complejos que dependían de otros factores como que el diagnóstico se hubiera dado a tiempo, algo difícil de cumplir al principio de la pandemia. Es cierto, como dicen unos investigadores en este estudio en The Lancet, que la mortalidad global disminuyó del 11,6% en marzo de 2020, al 1,4% en septiembre de 2020 en la cohorte global.
Pero esa disminución no se debió solo a una intervención (como las UCI), sino a muchas que, incluso, difieren entre regiones. Por ejemplo, el tratamiento de la enfermedad evolucionó rápidamente gracias al mayor conocimiento que se fue adquiriendo y a la disponibilidad de los resultados de los ensayos clínicos; el uso de antivirales cambió después de la demostración de que unos servían más que otros, e incluso realidades como la inmunidad natural comenzaron a intervenir para que menos gente se muriera por covid-19.
Para diferentes sectores hay una razón más por la que la expansión de las camas UCI pudo haber justificado toda la inversión necesaria. Como afirmó hace unos meses Julián A. Fernández-Niño, exdirector de Epidemiología y Demografía del Ministerio de Salud, “muchas personas pudieron acceder a una UCI para tener una oportunidad de salvarse, y si no, de morir con dignidad. Si bien es respetable aquellas personas y familias que por su voluntad deciden morir en casa (respetable, cuando es su opción), para muchas otras personas es necesario sentir que se hizo todo lo posible, necesitan intentarlo, y recibir toda la atención”.
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