Cambiar los requisitos para dirigir el Invima, un debate no tan simple como lo pintan

Pocas veces el Invima ha ocupado tantos espacios en noticieros y periódicos como ha sucedido en el primer mes del 2024. Las críticas a la ausencia de un director no han cesado y volvieron a reactivarse luego de que el candidato que prometió Gustavo Petro para el puesto optara por “bajarse del bus”, ante la demora en su nombramiento. “Mi situación personal ha cambiado (...) Ya no estoy disponible”, dijo en una carta hace un par de semanas Germán Velásquez, un filósofo y PhD en Economía de la Salud de la U. de Sorbona. (Lea No es la primera vez que Minsalud habla de hacer una tributaria por el sistema)

Pocas veces el Invima ha ocupado tantos espacios en noticieros y periódicos como ha sucedido en el primer mes del 2024. Las críticas a la ausencia de un director no han cesado y volvieron a reactivarse luego de que el candidato que prometió Gustavo Petro para el puesto optara por “bajarse del bus”, ante la demora en su nombramiento. “Mi situación personal ha cambiado (...) Ya no estoy disponible”, dijo en una carta hace un par de semanas Germán Velásquez, un filósofo y PhD en Economía de la Salud de la U. de Sorbona. (Lea No es la primera vez que Minsalud habla de hacer una tributaria por el sistema)

Hoy el Invima ha vuelto a estar en boca de todos. La razón es una resolución que modifica los requisitos que se necesitan para poder ser director(a) de la entidad. De pedir un título relacionado con Administración, Biología, Microbiología, Ciencia Política, Relaciones Internacionales, Contaduría Pública, Derecho, Economía, Ingenería Agroindustrial o de Alimentos, Ingeniería Química, Medicina, Medicina Veterinaria, Odontología o Química, entre otros, hoy el cargo lo puede ocupar cualquier persona que tenga un título profesional y cuente con una maestría en áreas relacionadas con las funciones del cargo. Además, debe acreditar, mínimo, 72 meses de experiencia profesional en temas que tengan que ver con el puesto.

En el caso de tener una especialización debe acreditar 84 meses de experiencia. Si no cuenta con ningún posgrado, debe tener, al menos, 108 meses de experiencia, es decir, nueve años.

La resolución causó todo tipo de comentarios. En varios de los programas radiales de la mañana reprocharon que cualquier profesional pudiese ahora llegar al puesto. Algunos preguntaron si la seguridad sanitaria del país estaba en riesgo. “Suena Nerú para la dirección del Invima”, bromearon algunos en X. “El nivel de improvisación del gobierno sobre los temas de salud es evidente (...) No pueden manejar el Invima, la solución es que no se requiera especialidad para dirigirlo”, trinó la senadora Paloma Valencia. (Lea Vuelve el debate sobre muerte digna en Colombia: Minsalud prepara nueva resolución)

Pero también hay quienes creen que la discusión tomó un camino equivocado. Para Tatiana Andia, profesora de la U. de los Andes y una conocedora del mundo de los medicamentos en Colombia, se trata de una “indignación” que califica de “absurda”. “Veo un sesgo a ciertas disciplinas que no habían ingresado al Estado porque el Estado está hecho para abogados y economistas. Además, veo un sesgo hacia los pregrados de las personas, como si uno fuese hoy lo que estudió en el pregrado”, asegura.

Andia se pone como ejemplo: como economista, dice, podría calificar para cualquier cargo público, pero es una profesión que no refleja los campos en los que ha investigado ni sus títulos (tiene una Maestría en Desarrollo del London School of Economics and Political Science y es PhD en Sociología de la Universidad de Brown).

Ángela Caro Rojas, directora de la Carrera de Química Farmacéutica de la Universidad Javeriana y presidente mundial de la International Society of Pharmacovigilance, también cree que en la discusión debe contemplarse más argumentos. No le parece adecuado exigir, como hacen algunos, que el cargo sea, exclusivamente, para profesionales en un área de la salud. Pero si se va a abrir la ventana para todas las profesiones, sugiere que se defina muy bien las competencias que debe tener quien asuma la dirección del Invima.

“No es lo mismo que cualquier filósofo la dirija, a que llegue un filósofo como Germán Velásquez —que fue el motivo detrás de la resolución—, quien tienen una amplísima experiencia en el mundo farmacéutico y ha trabajado gran parte de su vida en medicamentos”, argumenta. “Más allá de un pregrado, es vital que tenga experiencia en salud y conozca y entienda la importancia e impacto de una agencia sanitaria como el Invima”.

Lo que a Caro Rojas no le suena es que, en medio de un momento con tantas tensiones, se emita esta resolución con un perfil que le cae como anillo al dedo a una persona en particular —aunque ya desistió— para asumir el cargo. Es sus ojos, “un pésimo mensaje del gobierno”.

Javier Guzmán, que fue director del Invima durante el gobierno Santos, está parado en una posición similar. No cree que la discusión deba girar en torno a unos estudios de pregrado, sino a las exigencias que debe tener un perfil de director.

“Limitar la dirección a alguien experto en medicina no me parece adecuado. El Invima tiene un gran alcance que atraviesa los alimentos, los medicamentos, los dispositivos médicos. Pero el perfil sí debe ser mucho más preciso y acotado. Más allá de su pregrado, debe ser una persona que demuestre capacidades técnicas para liderar una entidad con más de 1.500 personas y por la que pasa los productos que consumen los colombianos”, apunta Guzmán.

Para Guzmán hay una pregunta que también se hace la profesora de la U. Nacional, Claudia Vaca, integrante del Centro de Pensamiento Medicamentos, Información y Poder: ¿No haber acotado más ese perfil podría desembocar a que, en el futuro, llegue alguien que no es idóneo para el cargo?

Ella cree que, posiblemente, no era indispensable abrir el cargo a cualquier profesión, pero insiste en que quienes están indignados con la resolución omitieron los otros requisitos como haber estudiado un posgrado en un área afín al puesto o tener experiencia en las funciones de la dirección. También se pone como ejemplo, para mostrar lo poco útil que es fijarse únicamente en los estudios del pregrado: como química farmacéutica fue la presidenta del Comité de Escogencia que eligió a los jueces de la Jurisdicción Especial de Paz.

En la otra cara de la moneda, coinciden todos, exigir a un profesional de una rama de la salud tampoco garantiza una buena gestión. “Puede llegar un médico que no sepa de medicamentos ni de salud pública o un químico farmacéutico que no tenga ni idea de vigilancia, inspección y control sanitario”, añade Caro Rojas, de la U. Javeriana. “O un médico político que no ha ejercido la medicina”, agrega Andia, de la U. de los Andes.

“Aclarando que tengo el mejor de los conceptos de Germán Velásquez y que creo que tiene un gran recorrido que podría prestar una ayuda inmensa al Invima, para mí, modificar el manual de funciones —que fue lo que hizo la resolución— no era la dirección correcta. Eso da pie para que una persona sin recorrido llegue a dirigir la entidad”, señala, por su parte, Julio César Aldana, médico radiólogo y quien fue director del Invima durante el gobierno de Iván Duque.

Pero más allá de este episodio, para Caro Rojas, de la U. Javeriana, hay otros asuntos de fondo en los que deberían estar los focos como la reestructuración y fortalecimiento que necesita una entidad que no solo ha tenido directores encargados durante este gobierno. En palabras de Johnattan García Ruiz, investigador en Salud Global de la Universidad de Harvard, “no es que Nerú pueda asumir la dirección del Invima. Eso no me preocupa. De hecho, antes podía ocuparla una contadora o una politóloga. Me parece más grave es que nada que nombran a alguien en la dirección”.

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